Una venganza en nombre de Conchita Martínez para que la 'niña maravilla' del tenis siga derribando muros
La rusa Mirra Andreeva, número 11 del ranking WTA, conquista Indian Wells con apenas 17 años.

Ya probó las mieles del éxito en el WTA 1000 de Dubái, fue semifinalista de Roland Garros y el verano pasado se colgó una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de París, pero el viaje de Mirra Andreeva tan solo acaba de comenzar. La jovencísima rusa es, a sus 17 años —serán 18 en abril—, la nueva sensación del tenis mundial.
Andreeva, que está batiendo todos los récords de precocidad ha levantado este domingo el WTA 1000 de Indian Wells, el título más importante de su corta carrera. Y ya no es el qué, sino el cómo: cargándose a Iga Swiatek en semis y a Aryna Sabalenka en la final para ingresar, ahí es nada, en el top-10 del ranking mundial.
"Mi entrenadora perdió en la final aquí cuando era jugadora, así que voy a intentar tomarme la revancha", aseguraba hace unos días Andreeva, sonrisa tímida, todavía sobre la pista central después de su triunfo en semis. Desde el banquillo, Conchita Martínez sonreía, dibujaba un corazón con los dedos y, sin perder de vista a su pupila, exclamaba: "¡Vamos, hazlo!".
Andreeva after beating Iga Swiatek at Indian Wells
— The Tennis Letter (@TheTennisLetter) March 15, 2025
Mirra: "My coach lost in the final. So I'll try to do better than her."
Conchita Martinez: "Come on, do it!" 😂
Mirra: "I saw my mom's nervous face in the big screen. I tried not to look there." 😂
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En la final esperaba Sabalenka, incontestable número uno del circuito. Martínez lo sabe. Andreeva también. Pero no tienen miedo. "Mirra es una chica muy madura para la edad que tiene; de hecho, se puede llegar a tener una conversación adulta con ella", aseguró la española a 'El País'. "En los primeros días juntas [en primavera de 2024], incidimos en que tenía que ser humilde y trabajadora, y en que debía tener los pies en el suelo de manera constante porque si eso cambiaba, se lo diría".
"Tiene una buena base, pero el margen de progresión es amplio en todos los sentidos", añade Martínez, que como jugadora triunfó en Wimbledon, en el año 1994, alcanzó dos finales de Grand Slam (Open de Australia 1998 y Roland Garros 2000) y se quedó a las puertas de otras tantas, pues llegó a disputar nueve semifinales en la década de los noventa.
"Es una chica muy madura y sumamente perfeccionista"
Entrenadora de Mirra Andreeva"Cuando empecé con ella nos centramos mucho en trabajar el drive, la movilidad de piernas y en mejorar ciertos aspectos físicos con el objetivo de hacer un tenis potente y agresivo", explica Martínez en El País. No les ha ido mal. Además de los logros mencionados en el primer párrafo, Andreeva ha conseguido hacer de la potencia una de sus principales bazas.
No por nada la joven de Krasnoyarsk registró ante Swiatek en Indian Wells un servicio a 202 kilómetros por hora, acercándose a la marca de la alemana Sabine Lisicki, que en el US Open de 2014 dejó el listón en 210,8km/h. "No tenía ni idea de que mi saque había sido tan, tan rápido", reconoció la rusa tras la semifinal. "Miré a las pantallas y vi 126 millas por hora, pero es que no tengo ni idea de cómo medir la velocidad en millas [ríe]. Desde luego, es el saque más rápido que he hecho nunca".

Perfeccionista y disciplinada, Andreeva sabe que está haciendo historia por su corta edad, pero insiste en mantener los pies en el suelo. Ni ella ni su equipo quieren caer en los errores que ya cortaron la progresión de otras figuras precoces como la de la británica Emma Raducanu. "Hay mucha presión, claro que la hay, pero sé cómo lidiar con ella", sentenció la rusa en una entrevista reciente con 'Clay'.
"En mi segundo año en el circuito [2024], cuando tuve que defender los puntos, fue un poco difícil porque me di cuenta de lo que era la verdadera presión. Antes solo jugaba e intentaba ganar algunos puntos. Fue ahí cuando me enfrenté a esa presión por primera vez", añadió. "He hablado mucho con Conchita [Martínez], con mi familia y con mis amigos sobre esto, y ahora sé mejor cómo manejar esa presión".