TENIS

Una maleta en pista, doce horas de viaje, dos aviones y un tren retratan la dura realidad del tenis fuera de los focos

Seggerman se despertó a las 4:30 tras caer en una final para llegar a su nuevo torneo. No le dio tiempo ni a pasar por el hotel.

Seggerman llega con la maleta de viaje a Saint-Tropez./X
Seggerman llega con la maleta de viaje a Saint-Tropez. X
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Lo que vais a leer a continuación es una historia real que evidencia que el deporte de élite convierte a sus grandes protagonistas en estrellas del rock y a sus obreros en absolutos supervivientes. El tenista Ryan Seggerman ha llegado a la previa del challenger de Saint Tropez en Francia con una maleta. Y no para sus equipaciones, raquetas o complementos alimenticios. Lo hizo porque acababa de llegar a la ciudad tras una odisea de viajes de 1.300 kilómetros que retrata la extrema dureza de los deportistas para poder ganarse la vida. Él mismo lo compartió: "Es verdad, vivo por la adversidad".

Seggerman disputó este sábado a las 19:25 horas la final de dobles del challenger de Szczecin, en Polonia, junto a su compañero Walkow. Perdieron 6-2 y 6-1 y el protagonista de estas líneas ya valoró cómo lograr llegar a su nuevo torneo, para el que estaba inscrito a cientos de kilómetros. Suena a historia graciosa, pero en realidad refleja la dureza del día a día cuando no compites contra los mejores. La programación de los circuitos y diferentes campeonatos no le deja otra opción. Esto no va de improvisar y sí de tener una programación que te permita crecer y ganar el dinero suficiente para salir adelante.

En caso de que Seggerman hubiera renunciado a Saint Tropez, hubiera perdido el botín económico que allí pueda ingresar sin tener ninguna alternativa sólida para compensarlo hasta bien pasados los días. El tenista en cuestión salió del hotel a las 4:30 de la madrugada para coger un vuelo rumbo a Berlín. Desde allí, hacer escala hasta Marsella, ya que no había comunicación mejor. Una vez en suelo francés, aún necesitaba coger un tren hasta llegar a un punto de acuerdo con la organización, que fue la que finalmente le acercó a las pistas.

Un auténtico caos... que le salió bien. Seggerman apareció en la pista con la maleta del viaje, sin tiempo alguno para pasar por el hotel. Sin respiro, se enfrentó a Reymond, 300 puestos por detrás en el ranking. Le mereció la pena, ya que le derrotó en tan solo una hora por 7-6 y 6-1. Tampoco la planificación le dará tregua alguna. Este lunes, a partir de las 11:30, jugará la segunda ronda previa ante el costamarfileño Coulibaly.

La necesidad de sumar puntos y lograr buenas cantidades económicas le ha llevado también a apuntarse al dobles junto a su compañero Walkow. Efectivamente, el mismo con el que disputó la final perdida de este sábado. En este caso, su debut llegará el martes a partir de las 10:00 ante Hassan y el español David Vega.

Walkow, eso sí, no es un habitual en el cuadro individual y solo ha disputado dos torneos en lo que va de año. Ambos con derrota en primera ronda, por cierto. Por tanto, solo se ha inscrito al dobles y no ha tenido que vivir la travesía de su compañero. Esta vez buscarán el triunfo y no quedarse a las puertas. Una derrota que trajo más lamentos que la caída en sí: Seggerman se despertó de madrugada e inició un viaje de más de doce horas para llegar a una previa. La dura realidad de quien vive el deporte lejos de los focos.