COPA DAVIS

El día que Piqué se embarcó en la aventura de la Davis: "Dime, Iván, ¿quieres salir en la Wikipedia?"

El ex del Barça empezó a pensar en la industria del tenis durante el Mundial de Sudáfrica. Una llamada de teléfono en 2015 lo cambió todo.

El CEO de Rakuten, Hiroshi Mikitani, y el fundador de Kosmos, Gerard Piqué, durante la Copa Davis 2019. /REUTERS/Sergio Perez
El CEO de Rakuten, Hiroshi Mikitani, y el fundador de Kosmos, Gerard Piqué, durante la Copa Davis 2019. REUTERS/Sergio Perez
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Julio de 2010, Potchefstroom, Sudáfrica. Gerard Piqué está aburrido durante la concentración de España del Mundial. Aunque la pocha y las bromas de Pepe Reina llenan muchas horas, hay demasiado tiempo libre. El gusanillo empresario de Piqué empieza a brotar. Piensa en la evolución de la industria del tenis y fantasea con poder hacer algo grande.

Diciembre de 2015, Barcelona, España. Piqué recibe una llamada de teléfono y descuelga. Es Iván Modia, antiguo agente de futbolistas, que está intentando traer un torneo ATP 250 a España. Mantienen una conversación durante varios minutos y llegan a una conclusión: lo que hay que hacer es revolucionar la Copa Davis. Iván Modia recuerda bien aquella llamada.

- Quiero que me ayudes a traer un ATP 250 a España.

- Qué curioso que me llames porque yo también estoy pensando en hacer algo en el tenis. Pero Iván, dime, ¿quieres traer un 250 o quieres salir en la Wikipedia?

Iván Modia se empezó a reír, pero Piqué iba muy en serio.

- ¿Qué es para ti el deporte?

- No me vengas con preguntas filosóficas, Gerard.

- ¿Ves algún partido de la Liga regular de fútbol americano?

- No.

- ¿Y la Superbowl?

- Sí.

- ¿A que no ves la Liga inglesa de rugby?

- No.

- ¿Y el Mundial de rugby?

- Sí.

- Pues eso es el deporte, Iván. Algo único. Y al tenis le falta eso: vamos a convertir la Copa Davis en un deporte único.

Convencer a la ITF

Dos años después de aquella llamada, en 2017, Piqué fundó Kosmos Global Holding, nombró a Iván Modia director del área de tenis y se lanzó a por la Copa Davis, un torneo que llevaba ya más de una década en franca decadencia. El todavía futbolista del Barcelona se veía capaz de recuperar el lustre con un nuevo modelo. La idea fue apostar por una sede única, al estilo de un Mundial de fútbol, y con eliminatorias más rápidas: fuera los cinco sets y fuera los cinco partidos por serie.

El catalán empezó a reunirse con tenistas, con los organismos que rigen el deporte de la raqueta y con inversores. Su idea sedujo a muchas partes, aunque también encontró oposición en un mundo, el del tenis, con múltiples cabezas y muchos intereses cruzados: el circuito masculino (ATP), el femenino (WTA), la Federación Internacional (ITF) y los cuatro Grand Slam van cada uno por su lado. Sumen ahí los intereses de los propios jugadores.

Gerard Piqué y David Haggerty en agosto de 2018.  Gregg Newton / AFP
Gerard Piqué y David Haggerty en agosto de 2018. Gregg Newton / AFP

 La Copa Davis es propiedad de la ITF y a los que había que convencer eran los más de 100 miembros de su Asamblea General. En el verano de 2017 Piqué se reunió por primera vez con David Haggerty, el presidente de la ITF, y el feeling fue bastante bueno. Unos meses después, en febrero de 2018, Kosmos anunció el plan definitivo: quería los derechos de la Copa Davis para los siguientes 25 años con la promesa de invertir 3.000 millones. "Podemos llevar la Copa Davis a nuevas cotas", dijo Piqué.

Parte del tenis, deporte clásico y purista donde los haya, vio en la idea de Piqué una ruptura total con la tradición de la Copa Davis. Pero la deriva de la competición obligaba a tomar nuevos caminos. Así lo pensaron al menos el 71,43% de los miembros de la Asamblea que votaron a favor de la reforma de la Davis el 16 de agosto de 2018 en el hotel Ritz Carlton de Orlando. Piqué había ganado. Lo que no se esperaba nadie es que el proyecto se caería apenas cuatro años después.