El mundo entero se rinde a Rafael Nadal: "Construyó su leyenda a base de dureza y fe extrema, para hoy dejar huella y un vacío"
La prensa internacional se deshace en elogios al balear: "Una leyenda de tierra y de oro".
"Cerramos el círculo: Rafa Nadal se despide emocionado tras la derrota en la Copa Davis", inicia el medio de comunicación inglés The Guardian. Con el tenista manacorí, el sentir es unánime: se acaba una carrera, pero comienza un legado. El de Rafa Nadal. España cayó ante Países Bajos en la Copa Davis (2-1) y el balear, que fue el encargado de inaugurar la eliminatoria, no pudo con Botic van de Zandschulp (doble 6-4). Aunque, después, Carlos Alcaraz mantuvo con vida a España, finalmente no pudo ser. "Han sido 20 años de carrera en los que me habéis llevado en volandas. En los momentos malos me empujabais a seguir peleando", pronunció en su despedida, visiblemente emocionado, pero también agradecido.
La BBC, otro de los medios referencia a nivel internacional, rescata la frase "solo era un niño que perseguía sus sueños" para resumir el legado de Rafa Nadal. Málaga le despidió como se merece, a la altura de su leyenda e impacto, y la prensa internacional no se queda atrás. "La carrera de 23 años del 22 veces campeón de Grand Slam llegó a su fin en Málaga", ponen en valor, conscientes de su magnitud. En Francia, donde Nadal supo convertir la animadversión en admiración, van más allá: L'Equipe, por ejemplo, ya ha publicado varios especiales bajo el titular "Rafael Nadal, un gigante en la tierra que se codeó con las cumbres durante 20 años". Además, la prensa francesa asegura que "el español construyó su leyenda a base de dureza y fe extrema en sí mismo, para hoy dejar huella y un vacío".
En Le Parisien, siguen la misma línea. "Nadal definitivamente me trae lágrimas", titula el periodista Éric Bruna una de las piezas que encabezan la página web, en la que detalla todo lo acontecido en Málaga anoche, con el manacorí viviendo sus últimas horas como tenista profesional. El relato es preciso y certero, como las derechas del balear. "Son las 00:43 horas de la noche del martes al miércoles, y Rafael Nadal, de 38 años, saluda por última vez al público del Palacio de Deportes de Málaga, que le aplaude frenéticamente, antes de arrojarse a la oscuridad de los vestuarios del túnel. Esta vez está ahí", escribe. La admiración es total.
"Tanto en las gradas como en los carteles de la ciudad florecen los 'Gracias, Rafa', y gracias de nuevo por todo", finaliza el artículo. Son más de 900 caracteres que buscan resumir más de 20 años de carrera. "Rafael Nadal, una leyenda de tierra y oro", matiza Le Fígaro, que también se rinde al tenista español.
El primer párrafo, de obligada lectura, empieza: "En Roland Garros, su estatua no esperó hasta el final para homenajearlo . Desde 2021, da la bienvenida a los espectadores en el templo de arcilla. En el lugar donde su dominio era más total. La monumental obra (3m de alto, 4,89m de ancho y 2m de profundidad), realizada en acero, resistirá las estaciones. Congela la actitud conquistadora de un golpe de derecha devastador, lanzado en suspensión, el cuerpo enteramente dedicado al gesto, la boca bien abierta para acompañar audiblemente el impacto. Todo Rafael Nadal está ahí. Inmortalizado en todo su esplendor, en pleno vuelo, como Michael Jordan en el United Center de Chicago".
🗞️ " Larmes finales " : la une du journal L'Équipe du mercredi 20 novembre 2024 pic.twitter.com/JhhlO80IOY
— L'ÉQUIPE (@lequipe) November 19, 2024
"No me quiero olvidar de nadie de los que han hecho posible que tú seas lo que has sido. Serás alguien recordado toda la vida. Quedarás para la historia", resumió David Ferrer, emocionado y con la voz entrecortada. Al igual que él, miles de españoles en la grada y, también, en sus casas. "He intentado ser una buena persona. Eso es, para mí, lo más importante. Me voy del tenis habiendo dejado muchísimos amigos", finalizó Rafa, ya extenista.
"No llores porque acabó, sonríe porque sucedió", lucía una de las pancartas en la grada del Martín Carpena. Nadal vivió en Málaga sus últimas coletazos como tenista profesional, para después obtener el reconocimiento de absolutamente todo el mundo. Se acaba una carrera, pero comienza un legado.