El día que Emilio Butragueño maniobró para sacar a Pato Clavet de una cárcel de Turquía: "El único preso que hablaba inglés me preguntó a quién había matado"
Tras un viaje de caza en 2011, el extenista fue detenido en el aeropuerto por olvidarse unas balas en el equipaje de mano. La conexión de 'El Buitre' con el Galatasaray, clave.

Un extenista que ejerce de entrenador de Feliciano López. Un viaje relámpago a Turquía para cazar. Un despiste con unas balas. El escáner del control del aeropuerto que detecta algo extraño y peligroso. El equipaje, apartado. Una detención. Esposas, fuera cordones de las zapatillas, toma una manta y dame tu teléfono móvil. Una noche en una celda de Estambul compartida con otros siete presos. Una pregunta que da escalofríos. "Y tú, ¿a quién has matado para estar aquí?". Los pelos de punta. El suelo sucio. Los minutos que no pasan. El miedo en el cuerpo. La policía que no ayuda: "Tú irás al baño cuando yo diga". ¿La cena? Nada de eso. Hambre, pero qué más da, si el estómago está cerrado. Y por fin, 24 horas después, 24 horas que parecieron una semana por lo menos, eternas, un final feliz con Emilio Butragueño de actor secundario.
Todo lo descrito en el párrafo anterior no es una invención del que escribe ni el guion de una de 'Las diez series que prepara Netflix y que no te puedes perder este verano'. Es lo que le ocurrió el primer fin de semana de febrero de 2011 a Francisco 'Pato' Clavet, que vivió entre aquellos barrotes turcos la peor experiencia de su vida. "Ahí ya era padre y te juro que pensaba 'Aquí en mitad de la noche me sacan y me llevan a cualquier parte'", recuerda el propio protagonista en una conversación con Relevo con la herida ya cicatrizada, casi 15 años después.
El primer capítulo de esta historia se escribe muy lejos de Estambul, concretamente en Johannesburgo. Retirado del tenis en 2003 tras levantar 8 títulos ATP y alcanzar el número 18 de la clasificación mundial, Clavet estaba ejerciendo en 2011 de entrenador principal de Feliciano López. Juntos, viajaron a finales de enero a Sudáfrica para disputar un ATP 250 en el que el tenista toledano defendía título. Feli perdió en la primera ronda ante el canadiense Frank Dancevic e hizo las maletas antes de tiempo. La mala noticia le permitió a Clavet apuntarse in extremis a un viaje al que había tenido que renunciar por una cuestión de agenda. El extenista tenía un grupo de amigos con el que se iba a cazar de forma habitual, un grupo en el que estaban exfutbolistas como Manolo Sanchís, Emilio Butragueño o Alfonso Pérez, el empresario Luis Mendoza (hijo de Ramón, el que fuera presidente del Real Madrid) o el abogado Jesús Muiño.
"Había un agente que se portó como un desgraciado. Un tío con mala baba. No me dieron de cenar. Le dije '¿Puedo ir al baño?' y me contestó 'Tú irás cuando yo te diga'. El típico prepotente que disfrutaba de la situación y de su estatus. Ahí lo pasé fatal"
La cuadrilla había programado un viaje para cazar en Turquía a principios de febrero y Clavet aprovechó la temprana derrota de Feli en Sudáfrica para sumarse a última hora. Sanchís y el Buitre no viajaron. "Pato me dijo: 'Bueno, Feli, me voy a cazar unos días'. Y cuando volvió a Madrid, me lo contó todo. 'No te lo vas a creer, me han detenido, he estado en el calabozo'", rememora Feliciano López.
La noche en la cárcel: «La policía fue una hija de...»
Lo que ocurrió en el aeropuerto fue que la máquina detectó cuatro balas en el equipaje de mano de 'Pato'. Se las había dejado ahí por un despiste, pero la policía, al verlas, se temió lo peor y metió al tenista en una sala. Después de interrogarle durante varias horas, los agentes no creyeron la versión de Clavet y lo trasladaron a una prisión cercana al aeropuerto. "Ahora me río, pero fue el peor momento que pasé, o sea, para mí fue como el Expreso de Medianoche. Pasé una noche en un sitio que no se le puede llamar ni cárcel", arranca su relato 'Pato' sentado en el Club de Tenis Chamartín, el lugar donde sigue dando clases a día de hoy.
"Mis amigos removieron Roma con Santiago. Si no llego a estar con ellos, hubiera estado en la cárcel tres o cuatro días. Pero al día siguiente ya salí"
"Se te pasa por la cabeza todo lo malo, lo peor y lo siguiente", añade Pato. "Me llevaron a una comisaria en la que debían estar todos los maleantes, todos los que cogen por drogas, que les hacen un juicio rápido y hacen lo que consideren oportuno", añade Clavet. "Había de todo ahí, criminales... Pero al final te digo que se portaron fenomenal. Vamos, me obviaron, como si yo no existiera. Había uno, el único que hablaba inglés, me preguntó a quién había matado. Te lo juro. Y yo: 'No, no, yo estoy aquí por otras cosas, se han equivocado'".
Si los otros presos le trataron bien, 'Pato' no tiene para nada el mismo recuerdo de la policía. Especialmente de uno de los agentes. "La policía fue una hija de... se portó peor la policía que los que estaban dentro. Sobre todo uno. Era un desgraciado, un tío con mala baba. No me dieron de cenar. Le dije '¿Puedo ir al baño?' y me contestó 'Tú irás cuando yo te diga'. El típico prepotente que disfrutaba de la situación y de su estatus. Ahí lo pasé fatal".
La maniobra de Emilio Butragueño
Mientras Clavet sufría en la prisión, su grupo de amigos empezó a pensar en cómo podían ayudarlo. A Emilio Butragueño, que por entonces ya era director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, se le encendió la bombilla y levantó el teléfono para llamar a Ebru Köksal, que por entonces era la directora general del Galatasaray. El destino quiso que Köksal tuviera una conexión directa con el jefe de seguridad del aeropuerto de Estambul y pudo maniobrar para sacar a Clavet de la cárcel.
"Yo pasé la noche en la prisión y al día siguiente, a las dos de la tarde, más o menos, ya me sacaron. Mis amigos removieron Roma con Santiago. Si no llego a estar con ellos, hubiera estado en la cárcel tres o cuatro días. Pero al día siguiente ya salí", recuerda Pato. "Cuando salí de la comisaría, yo lo único que pensaba era en 'Voy a llamar a Feli y le voy a decir que ya no voy a viajar nunca más, que me retiro, que no quiero saber nada más del mundo y que me voy a dedicar, no sé, a plantar tomates o a cualquier cosa'. Me marcó mucho en el momento, fue un impacto, un shock muy fuerte".
Aunque reconoce que el trauma se le acabó pasando con el tiempo -"De hecho, hace poco he vuelto a Turquía"-, Clavet recuerda todos los movimientos de aquellos días con total nitidez. Porque la aventura no acabó cuando le sacaron de la cárcel. "Cuando me sacan, yo iba deportado. Fui con un policía que me llevó hasta la puerta de embarque y me depositó en el avión y me dijo que no podía volver a Turquía en los próximos dos años. 'No te preocupes, que va a pasar más de dos años hasta que yo vuelva por aquí'", comenta el extenista. "Cuando aterricé en España, al abrir el avión sus puertas estaba la Guardia Civil descojonándose. 'Pero, ¿tú qué has hecho?'"
El «narcotraficante» López, al cuartito
Cuando se le recuerda el capítulo, a Feliciano López le entra la risa. Claro, ya han pasado 15 años y está todo más que superado. "La verdad es que lo pasó fatal. Fue el típico despiste, pero no es lo mismo que te pase en Italia o Francia, que son miembros de la Unión Europea, que hay un entendimiento más fácil entre países, a que te ocurra en un país que no esté en la UE".
"Pero de esas hay un montón", añade Feli antes de contar la odisea que vivieron sus padres la primera vez que le acompañaron al torneo de Miami. "Mis padres, por el apellido simplemente, nosotros somos López, pues fueron al cuartito siete u ocho horas. Para una persona que no está acostumbrada a viajar y que no está acostumbrada a lidiar con eso, pues me acuerdo que mi madre estaba la pobre destrozada anímicamente. Sobre todo porque a veces no te tratan de una manera correcta".
"Y simplemente porque te llamas López, imagínate la de narcotraficantes López que debe haber. Pero yo siempre me he planteado: ¿cómo es posible que en el siglo XXI, una vez que tú has ido al cuartito simplemente por llamarte López, Jiménez, González, o el que sea, y ven quién eres, y que ya has estado ahí, y han visto que no tienes nada que ver, vuelvas al mismo sitio?", agrega Feli. "Pepo (hermano de Pato), mi entrenador, iba al cuartito un 80% de las veces por tener González de segundo apellido (José Manuel Clavet González). Por González, al cuartito. Hay aeropuertos que están colapsados de gente en el cuartito y otros que no tanto. Pero claro, supone a veces la pérdida de vuelo de conexión, un calvario... Aunque es verdad que lo de Turquía fue otro nivel".