RALLY DAKAR

Laia Sanz y el pan de cada año con los patrocinadores: "Es el pez que se muerde la cola, es duro y desgasta"

La piloto, veinte veces campeona del mundo, llega al Dakar sin apenas rodaje. Buscará alargar su récord y terminar la prueba por decimoquinta vez.

Laia Sainz buscará terminar un Dakar por decimoquinta vez./KH7
Laia Sainz buscará terminar un Dakar por decimoquinta vez. KH7
Jorge Peiró

Jorge Peiró

Ha ganado catorce veces el Campeonato del Mundo Femenino de Trial, diez el Campeonato de Europa y seis veces el Campeonato del Mundo Femenino de Enduro. Ha completado todas las ediciones del Dakar que ha disputado, once en moto, antes de saltar a los coches hace tres cursos. Lograr un catorce de catorce, incluyendo su noveno puesto en la general en 2015, es un récord tan inverosímil en una cita donde ocurren tantas cosas que solo es factible con la ligera ayuda de la fortuna, por aquello de los pinchazos.

Laia Sanz (39 años) reconoce que "por probabilidad" llegará el día en que no complete un Dakar. Mientras, desde el 3 de enero perseguirá ganar en la categoría de dos ruedas motrices, donde en la última edición fue tercera. Si el reto de pelear en las dunas ya es de por sí mayúsculo, este año ella roza lo imposible. La catalana llega a la cita sin apenas rodaje ni tests por culpa del caballo de batalla que es siempre lograr patrocinadores. Menos mal que el coche es el mismo que el de 2024 y se lo conoce.

Un año más viviendo sobre el alambre... y no es la única piloto. Sanz encarna ese mal anual que es el pan de cada año que rodea la carrera más dura del mundo: la falta de apoyo económico de firmas y marcas para afrontar la prueba. "Ya viví esta etapa en las motos y al final acabé en un sitio que no hubiese imaginado nunca, siendo oficial de varias marcas. Ahora, estoy un poco en el mismo proceso en los coches. En los principios todo cuesta, pero mi objetivo final es acabar dando pasitos y ahora es lo que toca. Hay que adaptarse, hay que dar lo mejor con las herramientas que tenemos y así lo haremos, ojalá esto abra puertas de cara al futuro".

Sanz, desafiando a las dunas. MEDIAGÉ
Sanz, desafiando a las dunas. MEDIAGÉ

Aunque tanto la piloto como su entorno reste importancia a la situación vivida, Sanz ha llegado al Dakar in extremis y su participación peligró en algún momento. El desembolso por competir es tremendamente elevado. Dependiendo de la categoría en coches, con los T1+ hay que aflojar unos 800.000€, 420.000€ con los T3 y cerca de 380.000€ con los T4. Con las motos, las cifras son más amables. Ella aspira a dar el salto a los T1+, como acaba de hacer Cristina Gutiérrez. Por velocidad, la catalana demostró hace tiempo que también se lo ganó.

"Siempre es lo que decía de las etapas, ahora estoy en una etapa quizá más difícil en la que tienes que demostrar y es un poco un pez que se muerde la cola, porque necesitas herramientas para poder demostrar. Pero lo superé en moto, lo demostré y creo que tengo que hacer lo mismo, seguir trabajando y creo que tarde o temprano va a llegar la oportunidad que busco. Y estoy segura de que así va a ser, no queda otra. Trabajar, demostrar y seguir así", expresó la piloto durante un acto organizado por KH7 en Barcelona, al que asistió Relevo.

A pesar de tener un palmarés brillante y mucho ritmo en todos los vehículos que ha pilotado, los apoyos económicos han tardado en llegar. Una edición más. "Soy perseverante y cuando se me pone algo en la cabeza lo lucho mucho. Sí es verdad que a veces hay cosas que no dependen de uno mismo, pero lo que depende de mí pues lo doy todo y luego ya veremos. Hay veces también que dependes un poco de estar en el momento y en el lugar adecuado, pero creo que al menos estoy dando todo para que si llega la oportunidad estar preparada y todo lo que está en mi mano lo intento hacer".

Como Cristina Gutiérrez

Tanto ella como Cristina Gutiérrez, que ha recibido la confianza de Dacia para competir en la máxima categoría, ejercen de ejemplos y referentes para abrir caminos. Ambas han sufrido, tal vez por su género, el mal de la falta de patrocinadores. "También me siento contenta de que las que vienen de atrás lo tengan un poco más fácil. Entonces, bueno, para mí es un honor ser un referente o una pionera y antes que yo ya no hubiera habido otros, ¿no? Es un honor, pero sí es verdad que cansa, porque al final tal vez has tenido que luchar mucho, has tenido que demostrar siempre, entonces es duro y desgasta".

El Dakar de Arabia Saudí, desde 2020 en este país, ha evolucionado respecto al de África o Sudamérica. "Hay muchísimas más mujeres, no solo pilotos, copilotos, sino también en el ambiente del vivac. Y mujeres cada vez con cargos más importantes en los equipos, ingenieras, jefes de equipo, mecánicas... Entonces, bueno, se agradece ver eso, pero la carrera al final sigue siendo una aventura. Ha cambiado porque se ha profesionalizado, cada vez todo se profesionaliza más y hay más nivel, hay más marcas, hay más nivel de pilotos, de coches, técnicamente, etc".

En su cuarta participación en coches, Laia Sanz pilotará un Century CR-6T, un buggy de tracción trasera dotado de un motor V6 turbo, junto a su copiloto Maurizio Gerini, con el que luchará por terminar un Dakar por decimoquinta vez... y quién sabe por qué más.