Los secretos del hombre que está detrás de Marchand y antes de Phelps: "Los lleva a un nivel que desconocen"
Bob Bowman ha pulido al diamante francés hasta convertirlo en una máquina de ganar que asombra como antes lo hizo el Tiburón de Baltimore.
Léon Marchand asombra al mundo con un bronce en los 4x100 estilos y cuatro oros olímpicos individuales, algo que solamente ha superado Michael Phelps en los Juegos de Pekín, cuando consiguió ganar cinco pruebas más tres relevos y establecer un récord para la posterioridad. Inigualable. Es imposible no comparar a ambos talentos porque comparten pruebas, como los 200 y 400 estilos, o los 200 mariposa, cuya supremacía es similar. Y tiene un nexo claro: les entrena el mismo hombre.
Bob Bowman era entrenador del North Baltimore cuando se topó con un niño de 11 años que ya había ganado una prueba del campeonato nacional de edades. Llevaba nadando desde los siete, después de que sus padres se separaran y se le diagnosticara hiperactividad, y se le daba bien moverse en el agua. Mejor aún se le dio cuando el técnico nacido en Columbia en 1965 empezó a pulirlo. A inculcarle la técnica de diferentes estilos, a moldearle la mentalidad, a realizar entrenamientos para desarrollar todo el potencial de un cuerpo adolescente que iba adquiriendo unas capacidades físicas que le venían ya de serie como la envergadura, la extensión de sus brazos o su cuerpo propicio para el agua. Y desarrolló toda la sensibilidad necesaria: los apoyos, los giros, la respiración, la técnica… Y el resto es historia.
Bowman convirtió a Phelps en el mejor nadador de todos los tiempos con 28 medallas olímpicas, 23 oros y ediciones imposibles de repetir como los ocho oros en los Juegos de Pekín, de 2008. Retirado el Tiburón en 2016, después de ya ser padre y de coronarse en Río 2016 en lo alto del podio, Bowman dejó de ser entrenador de la selección nacional por unos problemas extra deportivos, aunque siguió a los mandos de otros nadadores de la selección como Regan Smith. Hasta que en 2021 se hizo cargo de Léon Marchand en Arizona (ahora se unirá a la de Texas). Una nueva oportunidad para cambiar un diamante en otro nadador de época.
"Envidio el hecho de que haya producido un gran nadador como León después de Michael. Mis nadadores también han batido récords mundiales varias veces en el pasado, pero ya no pueden hacerlo. Creo que no hay nada más gratificante que desafiarte a ti mismo y llevar a los nadadores a un nivel que desconocen", explica uno de los más prestigiosos entrenadores japoneses, Norimasa Irai, exentrenador del doble campeón olímpico de la braza Kosuke Kitajima.
El perfil de un hombre amante de la fisiología, aspecto clave
De Bowman se destaca primero su entendimiento del entrenamiento y del cuerpo humano, pues analiza a sus nadadores desde la fisiología, algo que es poco común como explica José Antonio del Castillo, técnico en España. "No hay muchos de estos en Estados Unidos. Hay más científicos. Pero él se dedica al entrenamiento y no gasta mucho tiempo en más cosas. Llega cuando empieza y se va cuando acaba. Tuve algún nadador que lo vio el sistema de entrenamiento y sé que establece su vínculo con los mejores. Es un tío que lo poco que le ves da tranquilidad, y refuerza en el momento de máxima tensión. Pasó por un proceso de alto nivel y sabe ayudar a conseguir récords históricos", comenta.
"Él ya coge nadadores con un gran nivel de base", explica Sergi López, técnico en Estados Unidos, quien reconoce que consigue "crear una gran conexión con ellos". Tanto Phelps como Marchand dominan todos los estilos y tienen una condiciones físicas y sensoriales únicas en el agua, por lo que el aprendizaje de todo lo que quiere incular Bowman está garantizado. El nadador francés, en las pruebas de 400 estilos, ha brillado en todas las disciplinas, ha sido el mejor en la salida y en los subacuáticos, ha mostrado una base de entrenamiento elevadísimo para acabar fuerte las pruebas (dos récords olímpicos en una piscina teóricamente lenta) y, especialmente, ha sabido aguantar la presión. "Ha estado muy tranquilo pese a todo el ambiente y las expectativas, lo ha sabido gestionar", añadió el entrenador en una entrevista a Le Monde.
También lo conoce bien Atila Selmeci, quien fuera el entrenador de Kristof Milak, el húngaro que perdió el 200 mariposa en la que carrera que más ha imperesionado al propio Bowman: "Es un entrenador muy talentoso, sus nadadores podrían ganar muchas medallas de oro en el pasado. Él cree en el trabajo duro, en el largo período de preparación y un alto nivel de capacidad aeróbica. Es el entrenador perfecto".
La única mancha de Bowman ocurrió en 2011 cuando fue sancionado por enviarle unos mensajes con contenido sexual a una nadadora, Caroline Burckle. El caso provocó la intervención de Estados Unidos Swimming y el técnico tuvo que disculparse. "Lamento haber actuado con falta de criterio al verme involucrado una noche hace siete años en comunicaciones inapropiadas", dijo Bowman en un mensaje de texto enviado a The Associated Press. "Me disculpé de inmediato con la persona a la que se enviaron las comunicaciones y mis disculpas fueron aceptadas".
Bowman cree en los procesos. Coge nadadores únicos y les crea un sistema de entrenamiento minucioso para que den lo máximo, no solo a nivel fisiológico sino mental. Los pone retos imposibles y lo ha vuelto a lograr. Phelps ganó ocho oros en unos Juegos y superó a Mark Spitz y Marchand nadó 200 mariposa y 200 braza en una misma tarde y superó a Phelps. Un técnico de otra galaxia.