El oro de Carles Coll nace en Seúl 88, sigue con su padre y se fabrica con el mejor truco de Marchand: "Es un supernadador"
El hijo de Adolf, crolista en los 90, domina la braza desde pequeño y se ha pulido los detalles en Virgina Tech.
Con la seguridad en cada brazada de Adam Peaty, el mejor bracista de todos los tiempos, y los subacuáticos de Léon Marchand, el mejor nadador del momento, Carles Coll logró en los 200 braza uno de aquellos momentos que la natación española ofrece pocas veces, aquellos oros tan preciados que se repiten muy de tanto en cuanto, que parecían previsibles con Mireia Belmonte, menos con Melanie Costa o Erika Villaecija. Y aún con menos esperanza llegaba Coll al Mundial de Budapest, pero de un plumazo, con siete récords de España, con un crecimiento en cada jornada, ha alcanzado esa cima que quedara para la historia. Muchos creían que este día podía llegar, aunque su evolución estuviera llena de altibajos.
🥇DON CARLES COLL MARTÍ CAMPEÓN DEL MUNDO
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😯2:01:55 En los 200M braza para el español
¡Enhorabuena Carles! pic.twitter.com/RoAn33z04P
La carrera de Carles Coll empieza en Seúl 88. Trece años después nació el campeón mundial, pero su entrenador del momento, Sergi López, llegó a la cúspide de su carrera deportiva en esos Juegos Olímpicos que cerraron la época más oscura del olimpismo con un bronce en los 200 braza. El nadador de Sabadell llevó a la máxima expresión esta prueba, que requiere de un dominio de la coordinación, de la técnica y de los subacuáticos en el caso de la piscina corta. Y, claro, ahora Sergi López se ha encargado en la Universidad de Virginia Tech de pulir a este diamante que para los técnicos españoles siempre fue un "súpernadador", por esa capacidad para nadar un 200 braza, un 200 estilos, y ser competitivo incluso en pruebas de velocidad.
"Impresionante, excepcional, increíble, único… El hijo de Adolfo Coll se acaba de proclamar campeón del Mundo. Qué emotivo. A mí me parece la feliz conclusión de factores extra de los campeones mundiales: clase natural, ADN, trabajo perfecto del nadador, acierto en su proceso, feliz elección de universidad, especialización singular en la complejísima braza…", explica a Relevo uno de los entrenadores españoles que quedó asombrado, como toda la natación, por el triunfo de Carles.
Buena parte del éxito también radica en su padre Adolf, de Tarragona, que fue crolista en los años 80 y 90 y se quedó muy cerca de los Juegos. "Su padre era un súperclase", recuerda José Antonio del Castillo. Y por eso mismo desde bien pequeño, en el Reus Ploms, el joven Carles empezó a familiarizarse con el agua. Después, ya en el CAR de Sant Cugat, fue su propio padre el que lo entrenaba y le pulía los detalles. "Recuerdo que siempre nadó braza, la dominaba", repite Casti, que poco después, cuando Coll empezó a despuntar en categorías júnior y decidió irse a estudiar a Estados Unidos, se hizo cargo de su entrenamiento desde la distancia al firmar el nadador por el CN Sabadell.
Emotions are high at the pool for Carles Coll Marti 🇪🇸 #AQUABudapest2024 pic.twitter.com/5CWWyiy0jq
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El acertado salto a Virginia con el mejor mentor posible
Y ahí entra en juego Sergi López. Coll lleva ya tres años en Estados Unidos y, aunque ha tenido grandes actuaciones en piscina corta, le ha faltado dar ese paso en la piscina olímpica. Fue olímpico en París, donde llegó algo mermado de preparación. Con el estilo americano de entrenamiento y la sapiencia de Sergi López para nadar braza, Coll ha ido especializándose en la piscina corta y llegaba en buena forma como demostró en el Campeonato de España de noviembre. Domina el subactuático, como Léon Marchand, lo que le ayuda a gastar menos energía. Sus brazadas son también más largas, con menos frecuencia, nunca pierde el estilo, lo que le llevó a una marca estratosférica -la octava mejor de la historia- a un récord de España y al oro más esperado (2:01.55).
La marca de Coll, que estudia Ciencias de la Vida en Virginia Tech, rompe el récord de Melquíades Álvarez con bañador de poliuretano. "Tiene un carácter muy positivo, lo analiza todo. Dominar la braza le permite nadar pruebas de estilos y tiene una buena coordinación", comentó Castillo.
Coll, de 23 años, tiene aún mucho que decir en este Mundial de piscina corta y ahora adquiere la máxima confianza para el futuro. Pertenece a una generación de nadadores que decidió dar el salto a Estados Unidos y que ahora empieza a asaltar las finales y las medallas, como Carmen Weiler, y especialmente como Coll, que nunca olvidará este viernes 13.