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Pecco Bagnaia se agarra al peor recuerdo de Valentino Rossi para 'robarle' el Mundial a Jorge Martín

Nicky Hayden se proclamó campeón del Mundo de MotoGP tras el error de Valentino Rossi en la última carrera de la temporada.

Nicky Hayden tras ganar el título. /MotoGP
Nicky Hayden tras ganar el título. MotoGP
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

Probablemente, para todos los aficionados históricos a MotoGP hay una carrera realmente histórica, la de Valencia 2006. El trazado valenciano, que a lo largo de su historia ha visto proclamarse campeones a varios pilotos a lo largo de su vida, fue testigo de una de las carreras más históricas por varios motivos. El primero y más importante por el título, que colocó a Nicky Hayden en uno de los afortunados en ganar un título en la categoría reina y el segundo porque este vino como consecuencia de uno de los errores más importantes en la carrera deportiva de Valentino Rossi.

Entonces, el italiano llegaba como líder de la general a la última cita del curso. Nicky Hayden había cedido el liderato apenas dos semanas antes después de irse al suelo en el Gran Premio de Portugal tras un incidente con su compañero de equipo, Dani Pedrosa. El italiano, que lo aprovechó con una segunda posición tras Toni Elias -que consiguió la victoria-, tenía muy encaminado su sexto título de Campeón del Mundo. Todo ello sumado a que Il Dottore había sido el gran favorito durante toda la temporada.

A pesar de ello, Hayden, que siempre se caracterizó por su carácter luchador, nunca perdió la esperanza. De hecho, algún tiempo después se llegó a desvelar que el americano comenzó la carrera del domingo con un hombro roto y una vieja placa torcida, como consecuencia de la caída de Estoril. Una pequeña desventaja que, sin embargo, nunca quiso desvelar para no dar ventaja a su rival y mantener su propia carta en la guerra psicológica, muy importante para luchar contra campeones de la talla de Rossi.

"¡Es una oportunidad increíble, hombre! Las gradas están llenas, no queda una sola butaca libre, hay 130.000 aficionados y nos estamos jugando el título. Lo he estado diciendo todo el fin de semana: voy a por todas, tengo que ir a por la victoria", reconocía desde la parrilla de salida apenas unos minutos antes de proclamarse campeón. El del Repsol Honda partía desde la quinta posición, mientras que su principal rival lo hacía desde la pole. Sin embargo, esta ventaja fue solo momentánea al momento que el americano aprovechó un pequeño error del italiano para ganarle la ventaja.

El giro de una carrera histórica

Primero fue un joven Stoner y, posteriormente, Loris Capirossi de quien Hayden tomó cuenta. Solo una vuelta más tarde, su compañero de equipo, que no dudó en devolverle el favor por el incidente de Estoril. Apenas en la cuarta vuelta, el estadounidense ya rodaba segundo, con su principal rival en la séptima posición. Troy Bayliss lideraba lo que no permitía al de Honda matemáticamente proclamarse campeón. Calculadora en mano, las opciones de Hayden eran ínfimas.

Eran hasta que en la vuelta 5, Valentino Rossi perdía el control de su Yamaha y terminó contra la grava. Los 130.000 espectadores que llenaban las gradas del circuito enmudecieron ante el cambio de escenario que se acababa de presentar. Nicky Hayden solo tenía que terminar la carrera y se proclamaría campeón del mundo por primera vez en su vida. Y así fue. Rossi volvió a subirse a su Yamaha para tratar de sumar los máximos puntos posibles y complicarle las cosas al de Honda. Logró terminar 13º, pero la tercera posición de Hayden le proclamó campeón. 

Lo curioso es que el estadounidense acabó llevándose el título con una diferencia de cinco puntos frente a Rossi, precisamente los mismos que apenas unos días antes había perdido el italiano cuando Elías le ganó la partida. Un momento histórico que solo se ha repetido en dos ocasiones más y que dio un giro completamente a la temporada. Probablemente, uno de los ejemplos a los que se agarrará Pecco Bagnaia en el preámbulo de su cita final en la lucha por el título.