Antes de Márquez, Rossi tuvo que lidiar con su compañero Jorge Lorenzo: "Puse un muro en el box para que no viera mis datos"
En la segunda parte del podcast de Andrea Migno, Valentino Rossi también repasa su rivalidad con el balear.
"El talento de un piloto se mide, en parte, por la calidad de sus rivales". En ese aspecto, Valentino Rossi ha tenido la suerte -o la mala suerte-, de haberse medido a lo largo de su carrera deportiva con los mejores pilotos de la historia. El italiano, que llegó a estar más de dos décadas pilotando al máximo nivel, fue cosechando rivalidades que pasarán a la historia por los siglos de los siglos. Probablemente, la más popular sea la que vivió con Marc Márquez -de la que también habló en el podcast de su buen amigo Migno-. Sin embargo, antes de ello, Rossi ya tuvo que lidiar con otra gran rivalidad, la que vivió con Jorge Lorenzo.
Ambos compartieron box desde la llegada del piloto balear a Yamaha, allá por el 2008, hasta que Il Dottore decidiese probar suerte de la mano de Ducati. Posteriormente, volvieron a coincidir en la segunda parte del italiano con la marca de los diapasones en el trienio 2013-2015. "La de 2004 fue con Biaggi, en 2008 Stoner y en 2009, Lorenzo. Porque Lorenzo fue uno de los que ocupa el podio de mis adversarios", comenzó explicando el italiano en la segunda parte de la charla en el podcast de su buen amigo, Andrea Migno, Mig Babol.
"En el 2008 me metieron a Jorge Lorenzo en el box y yo evidentemente no estaba muy contento porque sabía que era un piloto que iba muy rápido. Digamos que Lorenzo no es un tipo muy simpático, o al menos no lo era cuando había carreras, su simpatía no era su mayor mérito. Entonces, la gran diferencia es que Lorenzo en 2008 llevaba Michelin y yo había querido Bridgestone. Así que nos separamos un poco en el box. Se habla mucho de Acosta, pero Lorenzo, cuando llegó, inmediatamente dejó las cosas claras", revela el nueve veces campeón del mundo.
Entonces, el italiano se encontraba en la cresta de la ola tras haber cosechado ocho de sus nueve títulos mundiales en los años previos y Lorenzo llegaba para marcar su propia historia en la categoría reina, algo que no terminó de hacer gracia al piloto de Tavullia. "Yo puse un muro en el box porque no quería que viera mis datos, eso fue una gran polémica que llevó a una gran controversia. Pero esto fue un gran engaño, porque supuso mucha polémica y al final mis datos iban igualmente a parar a él, así como yo también veía los suyos", reconocía.
A lo largo de su carrera deportiva, ambos protagonizaron grandes batallas tanto dentro como fuera de la pista. Una de las más recordadas fue la famosa carrera de Montmeló 2009. "Recuerdo que durante todo el fin de semana fuimos quedando primero y segundo nosotros dos, por lo que entramos en carrera en el mismo nivel… 'mamma mía', dije yo. Hubo una pelea a muerte. Toda la carrera nos pasábamos, así que calculé que con el rebufo, el que estuviera detrás en recta pasaría primero a la curva 1. Entonces empiezas a calcular muchas cosas", analizaba.
Entonces, ambos protagonizaron un auténtico duelo de adelantamientos que acabó cayendo del lado del italiano. "Él tenía miedo de que yo le pasara, entonces hice la 9 más fuerte y lo adelanté, pero me lo devolvió. Y no sé qué sucedió en la última curva, si se relajó o pensó que no podía pasarle… pero lo hice y logré ganarle. Al acabar, el ambiente en el box era realmente difícil. Todo explotó, y después de esa carrera tuvimos una pelea con toda la gente de Lorenzo durante meses. Sin embargo, debo decir que Lorenzo fue genial", concluía.
A pesar de ello, ambos guardan un buen recuerdo de una rivalidad que pasará a la historia. "Todos los rivales de Valentino le debemos a él que MotoGP haya crecido tanto, aunque tampoco lo hizo por los demás, lo hizo por él, pero en consecuencia los demás nos vimos beneficiados y ahora mismo un Pedrosa, Márquez, Lorenzo son todavía más conocidos que Viñales, Rins y los pilotos nuevos y eso fue también gracias a Rossi", confesaba Jorge Lorenzo hace algunos meses en una entrevista con Relevo sobre una enemistad que se quedó en la pista.