Márquez salva su fin de semana mientras reafirma la quimera que es pelear por el título
El de Gresini Racing terminó cuarto aunque de nuevo demasiado lejos de las Ducati versión 2024 de Martín, Bagnaia y Bastianini.
Circuito de Silverstone (Inglaterra)-. "Lo he dicho muchas veces... Expectativas no realistas significan frustración. ¿No me creéis? Pues seguid ilusionándoos vosotros. Yo ya dije en Alemania y Holanda que no estamos para luchar por el Mundial. Cuando quieres luchar por el Mundial tienes que ser regular y rápido. Quizás somos un poquito más regulares durante los domingos, pero no hemos sido rápidos, y no lo puedes salvar cada fin de semana. Así no se gana un Mundial. Me gustaría decir que hay opciones, está claro, pero no hay. No estamos listos para luchar por el Mundial cuando llevamos cuatro carreras en que nos están sacando una media de cinco o seis segundos". El mensaje de este sábado de Marc Márquez no pudo ser más contundente.
Se había caído en el sprint, aunque había tratado de sacar conclusiones positivas tras un desastroso viernes, porque había recuperado en parte sus sensaciones durante las pocas vueltas que había dado. Pero esta recuperación no fue lo suficientemente potente como para sentirse satisfecho, porque se nota un paso por detrás de sus rivales de marca, de los que llevan la versión 2024 de la Ducati y que comandan la general de MotoGP: Jorge Martín, Pecco Bagnaia y Enea Bastianini. Este domingo su impresión confirmó que había superado el mal trance del que había calificado como el peor viernes de la temporada, aunque eso sólo le dio para pelear por un sólido cuarto puesto, sin recortar su desventaja (esta vez algo menos de 7 segundos).
"Hemos ido con retraso dando los pasos", analizaba sobre su fin de semana. "Incluso en el warm up, donde normalmente no pruebas nada, hemos probado cosas bastante grandes que nos han ayudado para la carrera. Para mí lo más importante es que me ha sorprendido que he podido seguir a los de delante al menos seis vueltas. Luego ya ha empezado a bajar el neumático y he estado unas vueltas detrás de Aleix, que estaba sufriendo más de lo normal. Me he quedado con la sensación de poder hacer más, pero tocaba tirar más de cabeza que de corazón". Porque pese a que mantiene su línea de descartarse para el título, no quiere cometer más fallos, en un año en el que acumula ya 15 caídas, el piloto que más veces se ha ido al suelo de los de MotoGP.
¿Y de dónde viene la diferencia? Este debate tiene dos patas. Una la reconoce el propio piloto, que viene de no haber concluido aún su proceso de adaptación a una moto que le está obligando a cambiar un estilo de pilotaje muy interiorizado tras más de una década en Honda, en la parte final resolviendo los problemas del prototipo japonés. Sobre la otra nunca quiere entrar, que es la diferencia que se percibe entre el modelo 23 y el 24 de la Ducati. A los que pilotan el más nuevo no les gusta aceptar ese paso dado por los italianos de un curso a otro, y los que llevan el antiguo no quieren que se interprete esto como una excusa, aunque es obvio que en 2023 hubo muchas menos diferencias, como se vio en los resultados de Marco Bezzecchi con el modelo anterior.
"El año pasado con la 22 se ganaron bastantes carreras. Dicho por Ducati, hay un paso importante. Hay circuitos en los que se nota más, y circuitos en los que menos. Es verdad que no cambia la moto por completo, pero es verdad que el motor tiene algo más, tienen una aerodinámica diferente, que está hecha más para el neumático nuevo trasero que hemos tenido este año", nos decía Alex Márquez. "Yo no diré que la nueva es mejor, la vieja es peor, o al revés", nos decía por su parte Marc, aunque esta vez introduciendo un matiz.
"Son diferentes y sé que aquí me encontraba lejos. El viernes ya dije que había sido el peor viernes, y lo he ido salvando poco a poco, el sábado buscándome la vida y por las tardes trabajando con el equipo, que ha hecho un grandísimo trabajo y he podido estar cerca de Pecco, que también ha sufrido. Pero siempre hay una 24 que nos saca esos cuatro o cinco segundos, como aquí las de Bastianini y Martín". Una reflexión de la que se puede entresacar ese reconocimiento de la diferencia, que es lo que le ha llevado a auto descartarse (a priori) en la lucha por el Mundial 2024, aunque las matemáticas sigan dándole posibilidades. "Ya dije que este año el objetivo no era el título. ¡Claro que me gustaría pelearlo! Como a todo el mundo. Pero no hay más".