MOTOGP | PRETEMPORADA 2025

El estreno de Martín con Aprilia: lágrimas, la foto en la 5, la bronca de su jefe y la duda del 1

El campeón del mundo marcó el undécimo mejor tiempo, en un día lleno de emociones en el que sufrió una pequeña caída.

Jorge Martín, con su nueva moto./EFE/ Siu Wu
Jorge Martín, con su nueva moto. EFE/ Siu Wu
Borja González

Borja González

Circuito de Barcelona-Cataluña-. Jorge Martín se levantó por la mañana del martes, el día de su estreno con Aprilia en MotoGP, y no pudo evitar que se le saltasen las lágrimas. A su mente volvieron a venir las imágenes del domingo, el día de su coronación como campeón del mundo de MotoGP. Un logro que hace que no se le quite la sonrisa de la cara, una felicidad que ha transmitido a su nuevo entorno. Porque su discurso es el de que ya ha conseguido todo eso que soñaba cuando empezó a competir en estos de las motos, ser el mejor entre los mejores en la categoría más importante del Mundial de Motociclismo. Así que por eso quiere asumir con espíritu positivo esta nueva experiencia.

"Es que nos está transmitiendo muy buen rollo, desde ayer, todo es alegría", nos decían desde Aprilia. El lunes, casi sin voz por la algarabía de la fiesta, visitaba su nuevo garaje, y conocía al grupo con el que va a trabajar a partir de ahora (se ha llevado con él a su técnico en Pramac, Daniele Romagnoli, y a su mecánico de confianza, el español David Galacho, popular conocido como 'Malaguita'). Un arranque con buen pie, y una llegada que ha generado ese buen rollo inicial en la estructura italiana, también con buen entendimiento con su nuevo compañero, Marco Bezzecchi, con el que había tenido sus más y sus menos en pista en el pasado.

El estreno en pista dejó una caída en la curva 5, con mucha expectación por cómo iba a ser su moto. Caída en esa curva y, antes, la misma instantánea de siempre en ese punto de Montmeló, la de tocar con el hombro el piano. Aprilia le colocó para arrancar un prototipo 2024, y al lado el embrión de la moto 2025, este decorado con su 89 en el lateral, aunque sin número delante, sólo con dos estrellas doradas, porque Martín está aún en el proceso de decidir si va a correr o no con el 1. Como señal, al final del día cogió una pegatina del 1 y la colocó en medio del 89 que le habían colocado al lado de su asiento, una silla dorada para conmemorar su título, el mismo color del casco que usó para el debut, ese que se colocó en la muy repetida celebración de 'Martinator'.

Los pasos del madrileño fueron los normales, pese a esa caída, un incidente tras el que recuperó la moto, y por el que pidió perdón a su equipo al entrar en el box. Esto mientras su técnico le propinaba un carpetazo. Terminada la jornada de trabajo, Martín se levantaba y se acercaba a ver a Bezzecchi, para comentar sus sensaciones, siempre rodeado por el personal de Aprilia, con abundancia de sonrisas y de muestras de cariño. Un arranque del que no pudo hablar, por temas contractuales, porque Ducati no le dio permiso para hacerlo. De hecho, después de salir a saludar al público antes de arrancar su trabajo, contestó a algunas preguntas al micrófono de DAZN, hasta que el director de comunicación de Aprilia le apartó de la periodista, por no generar un conflicto con su antigua marca.

Ni esto alteró al piloto, ajeno a todas estas vicisitudes. ¿Y sus sensaciones? Su padre, Ángel, se quitaba de encima a la prensa reconociendo que le tenían capado. Desde dentro, los que le rodean, apenas sonreían (una vez más) y daban a entender que el ensayo había sido positivo. Aunque la realidad es que es muy pronto para entender cómo puede ser esta nueva etapa. "Puedo decir que las sensaciones han sido positivas, y que tanto él como Marco han coincidido en los comentarios, algo que para nosotros es muy positivo", confirmaba a Relevo Paolo Bonora, el team mánager del equipo. "La parte de delante es mejor que el de la Ducati", le decía a su técnico Martín nada más parar en el box, en una conversación en italiano captada por la señal internacional de televisión. "Faltan cosas de set up, pero me he sentido bien en las curvas enseguida, y he tenido buenas sensaciones", añadía.

En su charla con Bezzecchi hacía gestos ostensibles acerca del movimiento de su moto, algo que se apreciaba a simple vista por las imágenes de televisión, además de que señaló problemas con la parte de entrada en curva, que le resultaba más inmediata con su anterior moto. "Se ve que Jorge tiene algo. Después del fin de semana quería verle y analizarle y la verdad es que hay alguna cosa que hace muy muy chula en la moto", nos chivaba Raúl Fernández, el único piloto que se mantiene en Aprilia de los que comenzaron 2024. "Aunque al final también viene con la euforia de ser campeón y me imagino que estará deseando terminar, y no creo que hasta que lleguemos a Sepang esté Jorge al cien por cien". Sepang, Malasia, el escenario del siguiente entrenamiento de pretemporada, en febrero del año que viene, y cuando se podrán ver mejor las realidades de las pistas vistas en Barcelona, y entender hasta dónde podrá llegar el campeón en su nueva aventura.