La actitud 'tarifa plana' de Joan Mir
El mallorquín, campeón de MotoGP en 2020, explicitó este lunes su decepción con el primer trabajo de Honda de cara a 2025.
Ha sido un año complicado para Honda, otro más. Pero quizás lo haya sido más que para ningún otro para Joan Mir. Su compañero, Luca Marini, llegó a principios de 2024. Le costó mucho adaptarse, aunque siempre ha mantenido un tono positivo y un alto espíritu, e incluso ha sido capaz de ir mejorando su rendimiento a lo largo del curso. Por su parte, Johann Zarco, otro que llegaba de nuevas, ha demostrado una gran capacidad para sacar el máximo del prototipo japonés, sobre todo a vuelta lanzada, algo que le ha permitido asomar varias veces en este tramo final. De hecho, este martes, en el primer test de cara a 2025 terminó décimo, y en Aragón y en Tailandia metió su moto directamente en la Q2, el único en conseguirlo de los que llevan la RCV.
Zarco fue el mejor de Honda en Barcelona, con el nuevo piloto de pruebas, Aleix Espargaró, como el segundo más rápido. En su primer día con esta moto. Algo que pone aún más en el foco a Mir, campeón del mundo de 2020, y el que más experiencia de estos pilotos tiene. "Sí. Está claro", contestaba con contundencia tras terminar la primera prueba de cara a 2025, aunque en su caso no será la última, porque tienen un test previsto la semana que viene en el Circuito de Jerez. "Este test siempre es muy importante, porque es en el que se reciben cosas para probar y la realidad es que, todo lo que había probado hoy, ya lo había probado en el pasado", se lamentaba.
Porque esto marcó su charla, un aire de decepción marcado por cierto hastío. Y es que al mallorquín le cuesta encontrar la motivación en simplemente ser el mejor de los suyos, mientras no ve una reacción en su marca. "Esa es la realidad y la verdad de lo de hoy", apuntaba acerca de este entrenamiento. "Me esperaba más. La semana que viene parece que van a llegar cositas, pero no vamos a negar que aquí esperaba algo más para mejorar el proyecto. Sólo eso". Un mensaje sincero tras un día en el que ni siquiera quiso hacer un balance de lo que ha pasado en 2024, en una temporada en la que ha tratado de ser positivo, pero que ha terminado generándole cierta desazón.
"Era muy necesario traer una moto nueva aquí, era muy, muy necesario empezar a mejorar y empezar a ver la luz. Lo que sí es verdad es que se ha trabajado durante todo el año. Antes había esos dos tests importantes, o tres, el de Jerez, Misano y Valencia, que era donde llegaban esas cosas. Han ido llegando cositas durante alguna carrera, porque se ha ido trabajando durante el año, y el timing quizás se ha ido retrasando por eso, pero bueno. Está claro que todos esperábamos más", repetía, no queriendo ser muy contundente acerca de si sigue creyendo en su marca. "Te lo tienes que creer, lo tienes que creer. No están pasando cosas, no están pasando cosas. Te lo tienes que creer porque tengo que estar aquí dos años más, y me lo tengo que creer".
Un discurso en el que es fácil entender la frustración de un piloto que, todo hay que decirlo, decidió renovar su compromiso con Honda, aunque todo parece más motivado por no tirar la toalla más que por convicción, una sensación probablemente compartida con los gestores de su fábrica. El año de Honda no empezó bien, con un motor que no convenció a sus pilotos y que obligó a dar un paso hacia atrás a los ingenieros de la marca. A partir de ahí, se han ido produciendo algunas piezas, aunque el único salto notorio llegó a través de variaciones en la aerodinámica que aparecieron en el tramo final del curso. Esto mientras se decidía algo tan revolucionario como poner al frente del desarrollo a un no japonés (a Romano Albesiano, proveniente de Aprilia), mientras se fichaba a Aleix Espargaró para colocarle como piloto de pruebas acompañado por Takaaki Nakagami, otro que acaba de dejar MotoGP.
"Aleix no tiene que demostrar absolutamente nada", nos decía Mir sobre el recién llegado. "Es un piloto que estuvo luchando por el podio con una Aprilia y aportará mucho, estoy convencido. Es un piloto veterano, que ha pasado por bastantes motos. Viene fresco, y eso está muy bien, porque viene con ideas nuevas y la mente más despejada, la de llevar una moto que realmente funcionaba. Me ha recordado a cuando llegué e hice el primer test con Suzuki", transmitía como único punto positivo del día. "Intentas afrontarlo de una manera muy plana. No te alegras mucho cuando las cosas van bien o medio, y tampoco te hundes mucho. Digamos que ha llegado un punto en el que yo estoy en tarifa plana", declaraba como resumen de la situación en la que está el penúltimo campeón español de la clase reina.