El campeonato prepara un nuevo Moto3 para 2027
Se está trabajando en un cambio reglamentario para abaratar la cilindrada pequeña y hacer menor el salto con las Moto2.
Circuito de Misano (Italia)-. Si una cosa no se le puede negar a los encargados del Mundial de Motociclismo es que tienen capacidad de adaptarse a las circunstancias. Lo hicieron en el pasado, cuando a MotoGP le faltaban a la vez igualdad y competidores, lo volvió a hacer con las otras dos categorías cuando las míticas (y muchas veces añoradas) 250cc y 125cc languidecían, con la irrupción tanto de Moto2 como de Moto3, y lo ha vuelto a hacer este mismo año con el cambio reglamentario planteado para la clase reina a partir de 2027, en una época de mucha igualdad en cuanto a los tiempos, pero con algunos lastres técnicos que afectan a la espectacularidad (sobre todo en la parte de aerodinámica y dispositivos de bajada de las motos) y a la seguridad.
Una mejora que se está planteando también para Moto3, una categoría que con los actuales prototipos se está quedando 'corta' (motores de cuatro tiempos monocilíndricos de 250cc, ahora mismo sólo con dos constructores en juego, KTM y Honda). Y se está quedando corta por varios motivos. Los equipos empiezan a considerar que son demasiado fáciles, lo que hace que los pilotos que trabajan mejor no consigan marcar tanto las diferencias, un factor que no se considera demasiado positivo para el aprendizaje. En la época de las dos tiempos, de 125cc y 250cc, estas categorías tenían bastante autonomía, con participantes que hacían sus carreras deportivas casi completas en una única cilindrada. Pero ahora en gran medida tienen consideración de 'escuelas', sobre todo Moto3.
Así que desde hace un tiempo hay voces que claman por un cambio en la parte mecánica, que empezaría por el salto a motores de 450cc, que será una de las características de las Moto3 a partir de 2027, según tiene entendido Relevo. Incluso existe la idea de que, como sucede en Moto2, haya un único suministrador de motores. En la cilindrada intermedia es la británica Triumph, y para la pequeña no faltarían pretendientes, desde los actuales KTM u Honda, hasta otras marcas como Yamaha o incluso Ducati, que lleva tiempo hablando de construir su propia Moto3, aunque en este caso sería hacerse cargo sólo de los motores.
Idea de proveedor único de propulsores, o también de hacer una monomarca, al estilo de copas de promoción de la Red Bull Rookies Cup. Esta es una competición que estaría un par de escalones por debajo de Moto3 (el paso normal sería pasar de ahí al FIM Junior GP, donde se corre con las mismas motos que en el Mundial, el antiguo Campeonato de España, aunque ya hay muchos que dan el salto directo desde esta Rookies), y de la que se hace cargo KTM. Hablando con los austriacos nos reconocían que estas posibilidades de cambio de Moto3 están sobre la mesa, aunque su primera impresión es la de no tener un excesivo interés en correr sin competencia. Porque, sí, lo hacen en la Rookies, pero ahí el concepto academia es el que prima.
Este cambio para 2027 también tiene una vertiente económica, porque se pretende dar una alternativa más asumible a los equipos, que siempre andan haciendo encajes de bolillos para completar sus presupuestos, un aspecto que afecta a los pilotos, porque proliferan aquellos que eligen a sus competidores en base al dinero que estos puedan aportar. En este sentido, es difícil tener la respuesta a la pregunta sobre cuánto cuesta una Moto3 por temporada, porque a los equipos no les gusta dar esta información o, si la dan, nunca aparece un número demasiado preciso, aunque en lo que sí coinciden todos es en que para lo que se necesita en una categoría como esta todo podría costar mucho menos. Y a estas variables técnicas y económicas se le ha unido, sobre todo en la última época, el físico de los pilotos.
Porque van pasando las generaciones, y van cambiando factores como el tamaño físico de los pilotos. De aquellas épocas de deportistas menudos corriendo en 125cc (o antes en 80cc o en 50cc) se ha pasado a tener cada vez más chavales espigados a los que les cuesta encajar en sus motos y que terminan, además, obsesionados con pesar lo menos posible para no lastrar la potencia de sus prototipos, porque esto afecta tanto a la velocidad punta como a la aceleración. Por ejemplo, el debutante australiano Jacob Roulstone mide un metro y 81 centímetros, uno más que Iván Ortolá, con otros como el italiano Filippo Farioli o el neerlandés Colin Veijer rozando también ese tamaño. Una variable cada vez más influyente y que exige motos de mayor dimensión.