La primera victoria de José Antonio Rueda y un capricho del destino en el circuito donde perdió la vida su amigo: "Seguro que me ha ayudado a ganar"

Circuito de Motorland (Aragón)-. Cruzaba la línea de meta primero y se echaba las manos a la cabeza, visiblemente emocionado. Sin comerlo ni beberlo, pero con mucho sacrificio a sus espaldas había ganado su primera carrera en Moto3. El enésimo logro de un piloto español en el motociclismo y uno muy especial tanto para José Antonio Rueda como para su familia -su padre es camionero del Mundial para poder viajar con su hijo-, porque llega después de un inicio de temporada en el que los ceros parecieron apoderarse de su clasificación y una apendicitis llegó a bajarle obligadamente de la moto durante varias carreras.

Al cruzar la línea de meta, el piloto de los Palacios -el mismo pueblo en el que nacieron Gavi y Fabián-, ha querido tener un gesto especial con su añorado amigo Hugo Millán, que perdió la vida en un accidente de la Talent Cup, precisamente en el trazado en el que este domingo Rueda se ha coronado como el ganador de la victoria 400 para España. "Quiero agradecérselo a mi amigo Millán, que seguro que me ha ayudado mucho a conseguir esta primera victoria. Quiero dedicárselo a él. Eso es lo primero de todo", comenzaba expresando ante la prensa presente en el circuito donde se encontraba Relevo.

La primera victoria tiene un sabor especial pero más si llega después de una temporada en la que el sevillano ha sumado cuatro ceros y tuvo que bajarse de la moto por una apendicitis que le obligó a pasar por quirófano. "Ha sido una locura de temporada. Primero en Qatar me caigo, en Texas del sábado al domingo me empiezo a encontrar mal y me vieron que tenía apendicitis y luego en Francia después de un mes sin coger la moto fue un poco difícil. Seguimos teniendo caídas, por toque con otros pilotos. Pero no hay que rendirse, y por eso estoy hoy aquí", explicaba.

El sentido de toda una vida dedicada al motociclismo y donde su padre ha acabado acompañándole carrera a carrera alrededor del mundo. "La primera moto me la regaló mi abuela. Y a partir de ahí empezó todo. Una de batería con ruedines. Le dije a mi padre que lo quitase porque la de Rossi no llevaba. A partir de ahí fui a un pequeño circuito, había motos de gasolina que orrían más que las mías. Y viendo lo que había, cogí y dije a mi padre, 'yo esta moto de mierda no la quiero. Yo quiero una de gasolina también'. Y a partir de ahí empecé con los campeonatos", resumía.

Y que aclara cualquier duda... incluso las inevitables. "Es muy difícil. Porque para mí ningún año he tenido tantos ceros en tan pocas carreras. Y sí, obviamente he dudado un poco. Porque es normal después de que me haya pasado esto, que nunca me ha pasado. Pero bueno, gracias a la gente que tengo cerca y todo he seguido luchando para poder estar aquí otra vez. Y por eso se los quiero agradecer a ellos", concluía. La primera (esperemos) de muchas.