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El "es de tener unos huevos bien gordos" que define la montaña rusa de Marc Márquez

El catalán ha vuelto a subir a lo más alto del podio después de 1042 días sin hacerlo.

Marc Márquez tras ganar en la sprint. /MotoGP
Marc Márquez tras ganar en la sprint. MotoGP
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

"Ver la superación que ha tenido, que es de tener un par de huevos bien gordos. Yo me quedo con los huevos que le ha echado a todo, no solo hoy, en lo que ha pasado desde ese día hasta hoy". Pedro Acosta ha sido uno de los tantos pilotos que este sábado se ha tenido que rendir al dominio de Marc Márquez. Primero rodando con él en la clasificación donde el catalán se ha acabado llevando la pole con una diferencia de ocho décimas frente al segundo clasificado, curiosamente el murciano. Un número que aparte de presagiar lo que ha acabado pasando, rompe un récord que no se batía desde 2011. Y finalmente en una carrera que se ha acabado llevando el ilerdense con una diferencia de cuatro segundos con Jorge Martín.

"Me alegro por él. No se merecía acabar su carrera como se preveía. Y, eso va a ser bueno para el campeonato y va a ser bueno para los pilotos que estamos esperando, como puedo ser yo", añadía el tiburón. El resultado de una sprint que de alguna forma ha acabado marcando un nuevo paso en el plan de Márquez de volver a la cima. Un proceso que comenzó hace apenas un año con su decisión de dejar el equipo de su vida para terminar desembarcando en el Gresini como equipo de transición hacia su siguiente destino, el definitivo: el Ducati Lenovo.

"Las bolas las puse sobre la mesa cuando decidí dar el cambio, me expuse para ir a la mejor moto para ver dónde estaba realmente mi potencial. Hemos visto que poco a poco me voy acercando, no suficiente aún todavía, pero seguiré trabajando porque no me quiero despedir de mi carrera deportiva, dentro de cuatro, cinco, dos, diez años, no se sabe, con dudas en mi cabeza hubiera hecho esto o lo otro. Estas en un momento de la carrera deportiva que tienes que mirar solo por lo deportivo, por lo intereses para conseguir los mejores resultados", resumía el catalán.

Una especie de resurgir que está llegando pasito a pasito, después de una grave lesión en el hombro, cuatro operaciones y una vuelta basada en una crisis con Honda. En su primera temporada con Gresini el objetivo era volver a sonreír, lo hizo. Lograr un contrato que le permitiese contar con las mejores armas para luchar por el que sería su noveno título de campeón del mundo. Lo hizo, con el mejor. Y entre ceja y ceja esta sumar este domingo con su primera victoria -al menos de las que cuentan en los palmarés-.

El siguiente objetivo, el título está a poco más de 70 puntos del primer clasificado -desde este sábado, Jorge Martín-, y aunque el octacampeón prefiere mantener los pies en la tierra ya hay quienes sueñan con el noveno. "Ojalá poder acabar a 50 que a 75. Cuanto más cerca termine este año, más preparados para el año que viene. Al final me gustaría estar en la posición de Bagnaia, que va bien en todos lados y sufre en una carrera", confesaba. Por ahora, el objetivo es la victoria de mañana.