España quiere frenar las 'tropelías' y 'atropellos' del País Vasco con la pelota: "Vamos a pedir la anulación de la asamblea y de todos los acuerdos"
El todavía presidente de la federación, Julio Angulo, atiende en exclusiva a Relevo antes de que se conozca a su sucesor.

A Julián García Angulo le quedan pocas horas al frente de la Federación Española de Pelota (FEP). Su sucesor se conocerá este mismo mes. Mientras, dedica sus últimas horas a tratar de frenar las "tropelías" y "atropellos" que a su juicio hizo la Federación Internacional de Pelota Vasca (FIPV) para incluir a Euskadi como miembro de pleno derecho durante su última asamblea general celebrada en Pamplona el pasado 28 de diciembre.
A pocos días del relevo de los nuevos presidentes de la federación española y vasca de pelota menudo lío se ha montado.
No diría que es tanto lío, lo que pasa es que nosotros, como Federación Española de Pelota, entendemos que se ha producido un hecho muy relevante y es que nos han prohibido participar en una asamblea general que tenía una gran trascendencia. Me refiero, sobre todo, a dos puntos del orden del día que se incluyeron estando allí y que nunca se hubieran aprobado si no excluyen a Cuba y España de las votaciones.
Lo cierto es que ambas federaciones hacen vidas separadas desde hace años. ¿Cuál fue el motivo de la ruptura?
Hubo un momento determinado en 2002 cuando se hizo el mundial absoluto de pelota y la Federación de Euskadi decidió salirse de la española y solicitar a la internacional su inclusión como miembro de pleno derecho. Este asunto se llevó incluso a la asamblea que se realizó aquel año y fue rechazada por mayoría. Desde aquel momento dejó de estar integrada en la Federación Española a pesar de que sus clubes y jugadores participan en campeonatos de España e incluso van con la selección.
Ya ha pasado mucho tiempo como para que las relaciones pudieran haber mejorado.
Diría que las relaciones no son óptimas porque llevamos una línea de actuación distinta a la de ellos con sus reivindicaciones históricas, y ahí no coincidimos. La última reunión la tuvimos como hace dos años y medio aproximadamente.

Eso no demuestra muy buen rollo
Es que en aquella reunión fue más de lo mismo. Ellos ponen como condición que nosotros autoricemos que Euskadi esté integrada en la Federación Internacional y eso no lo podemos hacer. A partir de ahí, es muy difícil llegar a puntos de encuentro.
¿El detonante ha sido esta última asamblea general celebrada el pasado 28 de diciembre?
En esta ocasión sí, aunque en realidad todo esto venía de atrás a raíz de la entrada en vigor de la Ley del Deporte donde se contempla que alguna federación autonómica, con algunas condiciones determinadas, pueda solicitar su ingreso en la federación internacional correspondiente. En mayo de 2023 Euskadi se acogió a un derecho que le asiste y el presidente de la Federación Internacional acordó hacer una asamblea extraordinaria para someter una propuesta de cambio estatutario y la inclusión de Euskadi.
¿Y qué ocurrió?
En aquel momento la Federación Española de Pelota no estaba de acuerdo. Ahí fue cuando empezamos a tener una situación distante con la internacional. El caso es que al final no se llegó a presentar ninguna propuesta porque la Federación Internacional sabía que no iba a tener el respaldo necesario y nosotros, por el bien de la pelota y para evitar enfrentamientos, decidimos retirar la propuesta.
Más o menos es la misma que se ha aprobado ahora en Pamplona.
Así es. Este año tocaba asamblea ordinaria de la Federación Internacional y se convocó de manera normal, pero el orden día no incluía nada del cambio estatutario o la inclusión de Euskadi. Nos encontramos con una sorpresa relativa porque me esperaba que pudieran hacer alguna treta, así que no me sorprendió que cuando íbamos a inscribimos el presidente de la Federación cubana y yo mismo recibiéramos dos expedientes saltándose todas las normas que nos impedían asistir a la asamblea.

O sea, que cuando acudió a Pamplona sabía que estaba sancionado por la publicación plagada de «comentarios impropios», según la Federación Internacional.
Parece ser que hay un código ético que no está aprobado por ningún organismo y que la Federación Internacional ha subido a su web, en el cual nos prohíben denunciar cualquier situación irregular. A través de mi Facebook puse algunas declaraciones que no les gustaron, y aunque hicimos alegaciones a todo lo que nos decían, la sanción se dicta por parte de un juez único de disciplina y no me da lugar a la apelación. Entonces la sanción era efectiva desde las siete de la tarde del viernes y la asamblea empezaba sábado a la mañana.
Pero podía haber acudido a la asamblea otro represente de España que no fuera usted si sabía de antemano que no podía estar presente.
Había un segundo miembro [Jorge López] al que autorizaron la entrada que es el director de competiciones y, además, pertenece al estamento de árbitros. Una vez dentro de la asamblea hubo un error en los votos que habían dado los distintos países y cuando se hace una reclamación para el recuento el presidente de la Federación Internacional pide un receso de diez minutos. Cuando vuelve dice que España no puede estar presente y expulsan a nuestro miembro.
¿Podía representar a España esa persona si no era miembro de la comisión gestora?
Es que eso no es así porque en la convocatoria se decía que podían asistir dos delegados de cada afiliada que formen parte de la estructura de su federación nacional. No vamos a ser tan tontos de llevar a una persona que no puede estar en la asamblea. Prueba de ello es que en un primer instante le dejaron pasar.
Cinco países votaron a favor de la inclusión de Euskadi, otro en contra y otro se abstuvo. ¿Por qué entonces la presencia de España y Cuba en las votaciones era tan decisiva?
Era fundamental porque no todos los países tienen la misma ponderación de voto. Por ejemplo, España y Cuba tenían nueve cada uno y con esos votos ponderados la propuesta no hubiera salido adelante porque se necesitan dos tercios. Lo que también es lamentable es que de los catorce países que podían haber estado allí asistimos nueve y solo siete pudieron votar. Al final se aprobó un cambio estatutario con cinco votos a favor de un texto que se lee allí mismo y que no se entrega a los asambleístas hasta una vez finalizada la asamblea.
En cualquier caso la propuesta de la Federación Internacional contó con el respaldo de grandes potencias en el mundo de la pelota como Francia, México o Argentina.
Francia no quiere tener problemas con todo lo que ocurre en el país vascofrancés, así que le da igual. De México puedo enseñar un acta de la Federación Internacional en la que el secretario general dice que la incorporación de Euskadi supondría tener unos mayores ingresos para las distintas federaciones a través de los centros vascos. Ya se sabe que el Gobierno vasco financia en cantidades importantes el mundo de la pelota y que hay un órgano llamado Consejo Mundial que da dinero a las casas vascas o a través de las federaciones.

Sin hacer un análisis muy sesudo, da la impresión de que la reclamación de Euskadi encaja con lo dispuesto en el artículo 48 de la Ley del Deporte.
Una federación internacional no puede estar a lo que dictamine un país con una ley porque si España dice una cosa, México o Cuba pueden decir otra bien distinta. En este tema el presidente de la Federación Internacional ha recibido presiones políticas muy importantes para que se pudiera aceptar esa situación. No tengo nada que objetar a que Euskadi eleve la propuesta y que el presidente de la internacional la someta a votación, pero sin saltarse las normas.
¿Y ustedes votarían en contra de que Euskadi pueda ser miembro de pleno derecho dentro de la Federación Internacional?
Por supuesto que sí. Eso lo tengo muy claro. Que tenga derecho porque así lo contempla ley no significa que nosotros estemos de acuerdo. En cualquier caso la última palabra la tiene el Consejo Superior de Deportes que determinará dónde puede participar o de qué manera. Yo me pregunto: ¿una federación autonómica puede estar dentro de una federación internacional con los mismo derechos que un país?. Son cuestiones que habría que analizar.
¿Qué van a hacer ahora?
Nosotros no entramos en si Euskadi tiene que estar o no en la Federación Internacional, pero si jugamos un partido queremos hacerlo de una forma limpia. Si hay que cambiar los estatutos o permitir que Euskadi sea miembro de pleno derecho se tiene que aprobar dentro de una asamblea. Lo que vamos a denunciar es por qué se excluye a España y Cuba de la manera que lo hicieron. A partir de ahí, como creemos que lo han hecho de una forma ilegal solicitaremos la anulación de la asamblea y de los acuerdos adoptados.
Que dos territorios de un mismo país puedan disputar competiciones internacionales es una cuestión normalizada en otros sitios como Reino Unido. ¿Puede ocurrir lo mismo con la pelota vasca?
No lo sé. Es cierto que eso ocurre allí con varios deportes al margen de los Juegos Olímpicos porque en esa competición no podrían hacerlo. No sé cómo se podría llegar a un consenso. Desde luego, si hay que abordar el tema sería desde la normalidad, la negociación y poniendo cordura y sentido común a las cosas, no de la manera que lo han hecho. Nosotros no denunciamos el derecho que puede tener Euskadi sino cómo lo han hecho porque en la asamblea general se han cometido muchas tropelías y atropellos para no dejarnos participar.
¿No le resulta llamativa una encuesta de 2009 elaborada por el Gobierno vasco donde más de las tres cuartas partes de la población se muestra partidaria de oficializar las selecciones vascas?
Esa misma pregunta me la hicieron el otro día en la televisión vasca y les contesté que Ibarretxe defendió en el parlamento español su propuesta independentista, y que a pesar de que le dijeron que no, el País Vasco siguió integrado en el Estado español como una comunidad más. En aquella ocasión sí jugaron limpio, no como ahora.