BÁDMINTON

Carolina Marín y los efectos de su lesión: "Vi muy clara mi retirada cuando me rompí la rodilla"

Carolina Marín en el suelo tras romperse en la semifinal de los Juegos Olímpicos 2024. /REUTERS/Ann Wang
Carolina Marín en el suelo tras romperse en la semifinal de los Juegos Olímpicos 2024. REUTERS/Ann Wang
Agencia EFE

Agencia EFE

Con un aspecto deslumbrante, de gala por el estreno de su nuevo documental ('La lucha infinita'), con esa fortaleza que le caracteriza y con un halo de calma y paz interior alejado de su tensión en la pista, Carolina Marín se siente "en una etapa diferente" y confiesa a EFE que vio "muy clara" su retirada tras partirse la rodilla en los Juegos Olímpicos de París 2024.

Carolina Marín habla sobre su posible retirada tras los Juegos.Efe

Marín (Huelva, 1993), asimismo, indica que actualmente se encuentra en un momento de reflexión y que está disfrutando con amigos y familia, así como ha descubierto nuevos caminos con miras a su futuro. "Estoy dando charlas motivacionales a empresas", desvela.

"Vi muy clara mi retirada cuando me rompí por tercera vez la rodilla en los Juegos Olímpicos de París, pero tiempo después y reflexionando mucho conmigo misma, me da mucha pena que una lesión o algo que no dependa de mí me retire y me haga colgar lo que yo más quiero, que es una raqueta de bádminton", afirma la deportista en una entrevista con EFE.

Resulta, pues, inevitable pensar en su retirada. Ella no se esconde y ya baraja una fecha, el Campeonato Europeo de Bádminton que se celebrará en España en 2026 y para el que Huelva se perfila como sede.

"No quiero que se convierta en una obsesión, pero es una ilusión muy grande en el horizonte. Me haría mucha ilusión volver a competir allí, en mi tierra, con toda mi gente", asegura. Sería la segunda ocasión en la que Huelva acoge este campeonato, después de albergar la edición de 2018 en la que Marín se proclamó campeona. Un momento que podría coronar, profesional y emocionalmente, una carrera repleta de éxito.

Antes, la tricampeona mundial y medalla de oro olímpica en Río 2016, aún tiene en mente ese momento en el que se lesionó de la rodilla en los Juegos de París, a tan solo 11 puntos (21-14 y 10-6) de una final olímpica y en las semifinales contra la china He Bing Jiao: "Me sentí rota. No solamente se me rompió la rodilla, me rompí entera. Que de repente, otra vez, la vida te vuelva a frenar de esa manera... no sé si es justo o injusto".

Incluso en esas imágenes en París que dieron la vuelta al mundo, se pudo ver a una Carolina Marín empeñada en seguir luchando: "Quise intentar seguir, sobre todo porque vi muy claro que ese día ese partido yo lo ganaba (...). Lo posterior fue rechazar una silla de ruedas, querer salir con mi propio pie del pabellón. A día de hoy hablando contigo aquí sentada, pues digo: qué tía más fuerte. Pero en realidad no, esta tía está loca teniendo la rodilla como estaba y de repente salir con mi propio pie".

Tras ese momento, Marín cuenta que se fue al vestuario, donde le esperaba todo el equipo: "Ahí ya sí que fue un llanto infinito y desgarrador. Me apoyé en el regazo de mi entrenador y le dije: Fernando (Rivas), no puedo más. Ahí sí que vi de verdad muy clara mi retirada".

Confiesa que apagó el móvil y que pidió a su equipo que contactara con su madre, que estaba esperando en el pabellón: "En ese momento tan crítico que estaba pasando, solo tenía fuerzas para mí".

Sin embargo, y a pesar del dolor, la nacida en Huelva asegura que volvió de París con una medalla que nunca hubiera imaginado conseguir: "La vida me ha regalado el cariño, el apoyo y sobre todo, la empatía de toda la gente. Creo que si hubiera conseguido esa medalla de oro, la gente lo habría dado por hecho y no hubiera dado valor a todo lo que hay detrás".