Valentina Petrillo, la primera mujer trans en unos Juegos Paralímpicos, antes de la tormenta: "Lo que hago es real y no tengo nada que temer"

Valentina Petrillo. Recordad su nombre porque va a ser muy repetido estos días. La italiana será la primera atleta transgénero de la historia en competir en unos Juegos Paralímpicos. Lo hará en las pruebas de 100 metros y 400 metros T12. Su alegría por poder competir como mujer choca con el desconcierto de quienes no entienden que pueda participar.

"Honestamente, no puedo esperar a estar en París y correr en esa hermosa pista morada y frente a todo ese público entusiasta. Creo que habrá mucho más cariño hacia mí del que puedo imaginar —la velocista nos atiende durante su preparación para París 2024—. Es justo que cada uno de nosotros podamos expresarnos en nuestro propio género. El deporte debe enseñarnos el valor de la inclusión y esto es fundamental para la felicidad de las personas".

No es la primera vez que Petrillo habla con Relevo, eligió este mismo medio para dirigirse a la afición española, la cual estaba dolida por lo que ocurrió en el Mundial de Atletismo Paralímpico de París 2023: en la semifinal quedó por delante de la Melani Bergés, que no consiguió la clasificación directa para los Juegos. El dolor de la española fue respaldado por varios deportistas, que la defendieron y criticaron que World Para Athletics no tome aún las mismas medidas que su homónimo World Athletics, el cual no permite participar a atletas transexuales que hayan vivido pubertad como hombres aunque cumplan con los niveles de testosterona en sangre.

Este malestar sirvió como caldo de cultivo para el sector más reaccionario y tránsfobo en España. Una vez se ha conocido su inclusión en la lista de la delegación italiana, las críticas han vuelto, algunos medios recuerdan el episodio que afectó a Bergés, aunque obvian que la española finalmente sí se ha clasificado.

En cuanto al resto del mundo, la velocista ha tenido que presentar una denuncia por difamación contra desconocidos por discriminación contra la igualdad tras recibir decenas de miles de insultos a través de las redes sociales.

"Aprendí a dejar pasar lo que no puedo controlar. Ahora soy psicológicamente más fuerte que hace algún tiempo y esto también se debe al apoyo de mi psicólogo. La gente siempre critica, por cualquier motivo, y por eso en mi caso es aún más probable que lo hagan", reflexiona.

Nacida en Nápoles en 1973, fue diagnosticada del síndrome de Stargardt a los 14 años, el cual derivó en su discapacidad visual. Llegó a formar parte de la selección de fútbol sala de su país y ganar 11 títulos nacionales. En 2018 comenzó su transición de género y se convirtió en la primera mujer trans en participar en la categoría femenina del Campeonato Italiano de Atletismo Paralímpico en 2020. En 2021 logró un quinto puesto en el Europeo. Sin embargo, la federación italiana descartó que participara en Tokio 2020, motivada por las protestas de algunas de sus compatriotas.

"Poco a poco entendí que hay que convivir con la envidia y los celos de las personas, lamentablemente, pero por mi parte soy consciente de que lo que hago es real y por ello no tengo nada que temer", asegura la atleta, que en el Mundial de París ganó dos bronces y ahora espera revivir su asalto al podio en los Juegos, especialmente en la prueba de los 200 metros.

"Puedo ganar una medalla, pero tengo que hacerlo mejor que mi mejor marca personal del año pasado (58.011), porque el nivel ha aumentado en comparación con el Mundial de 2023", sostiene. Su participación en París 2024 difícilmente pasará desapercibida. Sólo hay que tomar de ejemplo lo ocurrido con las boxeadoras cisgénero (asignadas mujeres al nacer y que se identifican como tal) Imane Khelif y Lin Yu-ting en los Juegos Olímpicos.

Sin embargo, más allá de la controversia deportiva que deberá ser evaluada por los máximos organismos del deporte, su imagen sobre la pista del Stade de France, en la cita más importante del paralimpismo mundial, servirá de visibilidad e inspiración para las personas trans. A ello se aferra Valentina Petrillo, tal y como reconoce en esta entrevista: "Sí, soy absolutamente consciente del valor social y cultural de mi presencia en París 2024. Haré todo lo posible para estar a la altura de la situación y lograr un resultado deportivo de cierto valor competitivo. Hay una comunidad que me apoya y me mira, pero hasta los que no son del mundo LGTBIQ+ me animan, porque me ven como un modelo inspirador y esto para mí es lo más bonito".