JUEGOS PARALÍMPICOS

Teresa Perales brinda su medalla "más épica" a todos: "Esto es el recordatorio de que somos supervivientes"

La española ha logrado el reto de igualar los metales de Michael Phelps en París 2024 tras perder la movilidad de uno de sus brazos hace tres años y tener que volver a aprender a nadar.

Teresa Perales sonríe al comprobar que ha logrado su medalla paralímpica número 28. /Comité Paralímpico Español
Teresa Perales sonríe al comprobar que ha logrado su medalla paralímpica número 28. Comité Paralímpico Español
Andrea Robles

Andrea Robles

París.- 28 medallas paralímpicas.Teresa Perales ha logrado igualar a Michael Phelps en el medallero, un reto que había aceptado y que tenía toda la intención de lograr, aunque fuera nadando a un solo brazo. Por eso, el color, no importaba.

"Me daba igual el color, yo quería la 28", ha asegurado, con esa sonrisa sempiterna, a toda la prensa española que la esperaba en la zona mixta de París La Defénse Arena.

Esta medalla "sabe a récord del mundo", como ha repetido en un par de ocasiones. Es sin duda la más difícil y la que siempre destacará entre todas. Incluso por encima de su primera presea en unos Juegos Paralímpicos, o de la primera que le brindó a su hijo recién nacido, o de la número 27 en la piscina de Tokio con un brazo luxado. Pero la 28, la "más épica" llegó a parecer imposible y por eso se la ha dedicado a los que se quedan fuera del podio.

"Todos los deportistas ponemos mucho esfuerzo y mucho empeño. Algunos tenemos la suerte de poder subir al podio y otros tienen la mala suerte de que unas milésimas de segundo te separan de la medalla y es muy injusto. Y esta va dedicada a toda esa gente que se queda a las puertas y por todos aquellos que mantenemos la esperanza hasta el final".

Por primera vez, la aragonesa ha vivido un estado de inquietud al que no estaba acostumbrada. "Yo confiaba, pero bueno, es que luego hay que estar ahí. He estado más nerviosa que en toda mi carrera porque antes solo tenía que preocuparme de mi cabeza y ahora tenía que estar también concentrada en que el cuerpo me hiciera caso. Y no siempre me hace todo el caso que yo quiero. Pero bueno, me ha hecho caso relativo, aún podría haberme hecho ganar un poquito más...- bromea-. No, no, no, es preciosa, el color más bonito del mundo, la medalla más bonita del mundo y pesa una barbaridad".

En efecto, nada más llegar a la zona mixta después de un largo encuentro con la reina Letizia ("me ha hablado con mucho cariño, es una persona informadísima, se lo sabía todo, más que yo") los periodistas han podido comprobar lo que pesaba esa medalla histórica, a petición de la nadadora. Todas las medallas pesan igual, pero parece que esta recoge el peso de otras 27 medallas únicas.

La zaragozana no se cierra a buscar una más, pero primero, el Mundial de Singapur. "Por volver a nadar otra vez con Pin Xiu Yip (la campeona en la prueba), que nos llevamos muy bien y porque me gusta mucho esa piscina. Siempre he pensado que no me iba a retirar en unos Juegos, yo me retiraré después. No quiere decirse que me retire antes de los siguientes Juegos... ¿Vale? Vamos a dejar la puerta abierta", ha comentado.

Una neuropatía con 19 años la dejó sin movilidad en las piernas. A día de hoy ya solo puede nadar a un brazo, aunque siga haciéndolo de maravilla, y por eso, ha aprovechado para poner en valor la capacidad de resiliencia del ser humano que pocas personas como ella ejemplifican.

"Esto es el recordatorio de que en realidad somos supervivientes, todas las personas, y que podemos reinventarnos en cualquier momento. Y se trata de quererlo mucho, mucho, mucho, mucho. Y es que yo lo quiero mucho, mucho, mucho, mucho", ha explicado ante un grupo de periodistas que, para qué esconderse, deseaba celebrar con ella un hito en la historia del deporte español.