Un mecánico entre baloncestistas paralímpicos: "Para reparar una silla hay que ser más rápido que en un pit stop"
Relevo charla con Pedro Gracia, mecánico de la Selección masculina de basket sobre ruedas que disputa este martes los cuartos de final de París 2024.
París.- Mientras todos miran la bola, Pedro Manuel Gracia Rosado (Madrid, 1963) mira a la silla del jugador. Es el mecánico de la Selección de baloncesto de silla de ruedas y también pieza fundamental, como las que pone o quita, para que "sus niños"' avancen en París 2024.
"Igual que un fisio está viendo al niño que se ha caído al suelo a ver si se ha hecho una brecha, yo a la vez estoy viendo la silla, si se ha roto, si se ha pinchado… Cada uno tiene que ver la mecánica, ellos del cuerpo humano y yo de las piezas metálicas", explica a Relevo.
Su puesto no existe en el baloncesto de pie, pero en el BSR es imprescindible. "Yo empecé en el 2015 en el CD Ilunion y me dijeron que el tiempo era oro en el baloncesto. Tienes niños que rompen una silla en pleno campeonato y si no pueden jugar, se pierde el partido. Tienes que hacer todo lo posible para que esa silla se ponga operativa al minuto o al segundo dos".
Cambio de ruedas, de componentes, y todo en un tiempo récord. Parece un pit stop de Fórmula 1. "Tienes que ser más que rápido -corrige-. Porque el niño es mucho más exquisito y te exige más, y cuando no le haces ese detalle, se busca la excusa perfecta para decir que la culpa es de la silla. Yo les digo que no, que no pongan excusas".
De "chiripa" entró en un club que marcó un antes y un después en el basket en silla. "Con el Ilunion lo ganábamos todo: dos copas de Europa, Ligas, Copas del Rey, hacer triplete dos veces seguidas… En este deporte, cuando estás en una época que tienes todo de cara, es fácil y lo ganas todo", observa.
Tenía 16 años cuando empezó y ahora roza los 62, y pese a 45 años de oficio, mantiene que ante todo es ebanista, el BSR es un hobby porque "no se vive de ello".
Artista de la madera y de la mecánica, aprendió rápidamente las tareas del mecánico. En parte, por su pasión por las bicis. Y desde entonces ha visto crecer a los jugadores de la Selección, de ahí que les llame 'niños', pese a que muchos tengan sus propios vástagos. "Para mí son mis hijos, les quiero mucho a todos", reconoce.
La labor del mecánico del baloncesto paralímpico "es de esos trabajos que no se ven, afirma". Su trabajo no se reduce a lo que suceda en el par de horas que dura un partido. "También nos ocupamos de la logística, de que las sillas estén preparadas, ajustadas, revisadas… Vamos, pasar la ITV".
Un desempeño que empieza mucho antes de que 'los niños' se pongan en marcha al pabellón: "Una hora antes estoy cargándolas en camiones". También las recoge cuando el partido termina y siempre que puede las carga en un camión y no en un avión, para evitar desperfectos durante el vuelo o el trasporte de equipajes.
En el baloncesto sobre ruedas los choques entre sillas son lo habitual. Es fácil que se pinche un neumático, se desplace una rueda… "Es un deporte de contacto en el que siempre hay roturas", cuenta el guardián de la Selección.
No hay sillas de repuesto, ya que cada integrante utiliza una a medida. Lo que sí se cambian son los frenos, las ruedas, los rodamientos, las horquillas delanteras y traseras… De todo eso lleva en la mochila Pedro Gracia. El problema es cuando hay una rotura y hay que llevarla a soldar en las competiciones internacionales. Es prácticamente lo único que no puede arreglar por sí solo.
"En la pista tienes que estar preparado para cuando haya un problema salir rápidamente, sacar la rueda, medir la válvula, si está pinchada, recambiarla inmediatamente y haciéndolo teniendo en cuenta la métrica de rueda que lleva cada niño", sostiene.
Además de saber la presión a la que tienen que ir las ruedas de las sillas, también es importante conocer el balance deseado, cómo tiene que bascular la silla con el movimiento. "Hay niños que quieren poco balance, otros que quieren más para echarse hacia atrás, e igual te piden que se lo cambies en el partido. Es mecánica rápida".
El mecánico de España cuidó al equipo que se proclamó subcampeón en Río 2016. Ahora vuelve a tener unas sensaciones muy positivas con la Selección que compite en París y que este martes disputa los cuartos de final contra Alemania (13:45h).
"Tenemos esos jóvenes que se comen la pista, gente inteligente que son arquitectos, trabajadores como nosotros, tenemos juventud y experiencia, con esos jugadores veteranos que saben que se nos pasa el arroz y que esta es nuestra mejor ocasión. Y somos una piña", asegura.
En sus manos está que la Selección que dirige Abraham Carrión no encuentre más obstáculos que los que les planteen sus rivales. Pedro estará vigilando atentamente que así sea.