28 años después, España rompe la maldición de los oros por equipo
La victoria de la selección de Santi Denia contra Francia termina con una pésima racha histórica de finales perdidas.
España es campeona de fútbol en París 2024, casi un mes después de llevarse la Eurocopa. Es el broche al palmarés actual, tras una prórroga en la que la Selección logró imponerse ante Francia. No se trata de un triunfo cualquiera, sino del fin de la maldición en las finales de deportes de equipo. Termina una secuencia de sinsabores, de 13 finales perdidas. Y este sábado el equipo femenino puede romper esta racha también en el waterpolo.
La victoria de España en el Parque de los Principes logra un título que no se veía desde el mítico oro en Barcelona 92. Camello, como Kiko en el 92, se vistió de estrella y finiquitó un partido tenso y con muchos goles. Un oro que cambió el fútbol español, que no ganaba nada desde la Eurocopa de 1964. Desde entonces hasta ahora, al menos en ese deporte, muchas cosas han cambiado.
Por el camino, un camino de veces que pudieron ser y no fueron. El equipo cayó en penaltis contra Camerún en Sidney 2000, en un partido que tenían de cara y desperdiciaron y también en Tokio 2020 contra Brasil, por 2-1, con un fallo de Vallejo que terminó con las ilusiones del equipo.
🥇 SOMOS DE ORO 🥇
— Teledeporte (@teledeporte) August 9, 2024
La selección masculina de fútbol recoge la medalla tras vencer 3-5 a Francia, la anfitriona de #Paris2024
¡ENHORABUENA, CAMPEONES! #ParisRTVE9A pic.twitter.com/5Tg2McFnKm
Pero el fútbol no ha estado solo en la desdicha, solo han sido estaciones amargas en un camino pleno de derrotas. Se cuentan 13 finales olímpicas y paralímpicas de deportes en los que solo se juega en equipo que terminaron en llanto. Un listado de lo más variado, pues se suman también platas en hockey, goalball, baloncesto, y waterpolo. Tanto en hombres como en mujeres, sin distinción.
Ahora que la maldición se ha roto, el equipo femenino del waterpolo puede también finiquitar la mala racha de su propio deporte, uno de los más potentes en España que se ha acostumbrado a quedarse a las puertas.
FIN A LA DESDICHA EN LAS FINALES EN DEPORTES DE EQUIPO
Y es que esa escena, la del oro en Atlanta, es una de las más legendarias del deporte español. "A ver si ganan un oro ya y nos olvidan", se queja medio en broma medio en serio Dani Ballart, uno de los integrantes de aquella selección de waterpolo que se colgó ese metal en los Juegos de Atlanta. Habían transcurrido 28 años desde aquella mágica noche, cuando España derrotó a Croacia en una final emocionante en la que se vio con el marcador abajo por 3-1 al descanso pero que después fluyó con un espléndido Jesús Rollán en la portería y con los goles en ataque especialmente de Jordi Sans, inspirado en aquel partido.
La Selección se redimía así de la final perdida en Barcelona 92, la más larga de la historia, con hasta tres prórrogas para decidir el vencedor, que fue Italia. Unas lágrimas que les impulsaron a alcanzar el oro cuatro años después. De aquella final sus jugadores recuerdan tres momentos. La noche anterior, sin dormir, en la que Rollán se acercó a Ballart y el portero Ángel Andreo y les dijo: "Iros a dormir, que mañana seremos campeones olímpicos". La segunda, ese momento de tranquilidad en el túnel de vestuario, antes de salir, a diferencia de los gritos y la efervescencia de Barcelona '92. Y, el último, esa fiesta de después, esa cena de gala con la Infanta Cristina por aquel entonces, fan incondicional de aquella Generación de Oro.
La suerte no ha acompañado al waterpolo español desde entonces. Tras 1996, España acumula derrotas en finales con la Selección femenina, contra Estados Unidos por 8-5 en Londres 2012, y por 14-5 en Tokio 2020. La lucha del domingo no solo será por la medalla, sino por revertir una situación de desdicha que afecta a varios deportes españoles. Los estadounidenses han sido culpables de seis de estas amargas finales, y Brasil de tres.
El baloncesto también conoce bastante este mal augurio: la modalidad 3x3 femenino ha sido la última víctima en París 2024, a las que se suman el baloncesto y el baloncesto en silla de ruedas en 2016, 2012 y 2008. Muchas derrotas seguidas entre las que no está el balonmano, pues en otro de los grandes deportes españoles la maldición viene de color de bronce: cinco medallas de ese color, ninguna final disputada.