JUEGOS OLÍMPICOS

Tony Rojas, el DJ de la paz de los Juegos Olímpicos, mira al fútbol: "Es un público más conservador, pero estoy seguro de que se animará"

El artista canario recapitula uno de los momentos más mágicos en la historia de las olimpiadas y adelanta en Relevo su próximo proyecto.

Tony Rojas posa con la Torre Eiffel de fondo. /
Tony Rojas posa con la Torre Eiffel de fondo.
Andrés Arencibia Almeida

Andrés Arencibia Almeida

Imagine, el icónico tema de John Lennon, es un himno a la vida y, desde el 9 de agosto de 2024, el antídoto oficial que amansa a las fieras. Precisamente, esta canción fue utilizada por el DJ Tony Rojas (Gran Canaria, 1975) para apaciguar un tenso enfrentamiento durante la final de vóley playa femenino, entre Canadá y Brasil, en los Juegos Olímpicos de París. En medio de una discusión acalorada entre dos jugadoras rivales, logró lo imposible: las deportistas, tras escuchar la sintonía británica, terminaron sonriendo y aplaudiendo. "La música realmente es un lenguaje universal, capaz de transformar el estado de ánimo de cualquier persona. Puse el tema en el momento justo y las jugadoras, que ya me conocían de otros años, me dieron un abrazo y me agradecieron en privado, porque eran plenamente conscientes de su error. Sin duda, mereció la pena", confiesa Rojas en conversación con Relevo.

Con la Torre Eiffel como telón de fondo, el momento se volvió viral en redes sociales y consolidó aún más la admirada trayectoria de este DJ con más de 33 años de experiencia y un amplio conocimiento de la ruta olímpica desde 2004. "Mis inicios olímpicos fueron en los Paralímpicos de Atenas. Grecia me acogió durante once años, disfrutó de mi trabajo y me dio la oportunidad de dar el salto. Desde entonces, he acumulado cinco Juegos Olímpicos y una lista interminable de campeonatos mundiales en deportes tan diversos como el taekwondo, balonmano, baloncesto, judo, Fórmula 1 o maratones. He viajado a más de 50 países, siempre acompañado por la música, que está presente en la vida de cualquier ser humano desde que se despierta hasta que se acuesta", reflexiona.

Los primeros pasos de sus shows musicales se dieron en Gran Canaria, en 1991, en la playa de Las Canteras, durante el extinto "Circuito Winston", que combinaba deporte y espectáculo. También tuvo una etapa como DJ en clubes nocturnos de Gran Canaria y Tenerife, que marcó su carrera. "En este mundillo, algo que he aprendido es que ningún empresario confía en ti si no está absolutamente seguro de que eres la persona adecuada para la tarea. Por eso, la clave es disfrutar lo que haces, hacerlo con seriedad y cumplir siempre con excelencia", asegura.

En París, Rojas tuvo la oportunidad de coincidir con otro talento canario, el árbitro internacional tinerfeño José María Padrón. Esta dosis de "canariedad" le hizo rememorar con especial cariño su experiencia en Río 2016, donde consiguió que el estadio Maracanãzinho entero bailara al ritmo del pasodoble Islas Canarias. "Fue increíble ver a todos los atletas olímpicos, trajeados y con sus corbatas, moviéndose al ritmo de nuestra música. Es un orgullo inmenso poder representar a mi tierra de esta forma", se emociona. Hace poco, Rojas diseñó un espectáculo especial para dos partidos de la selección brasileña de fútbol, en el que combinó su estilo con el espíritu carnavalesco que comparten Brasil y Canarias. Su próxima aventura, dice, apunta hacia el balompié nacional. "Estoy trabajando en un proyecto muy ambicioso a nivel nacional", deja caer.

La representación española en el acto inaugural de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 EFE
La representación española en el acto inaugural de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 EFE

Han pasado cuatro meses desde aquel episodio en la capital mundial del amor, Tony. ¿Cómo lo procesas ahora?

Todavía me asombra profundamente. Hace apenas unos días, la página oficial de los Juegos Olímpicos volvió a destacar el evento como uno de los momentos más significativos en la historia. Acabo de regresar de las Premier Pádel Finals de Barcelona, y fue increíble cómo la gente me pedía una y otra vez que tocara Imagine. Hicimos un guiño con un remix más dinámico, y fue un espectáculo. Todo el mundo sacó sus teléfonos, se unió al canto, una auténtica locura. Me siento muy orgulloso porque, al final, logramos transmitir un mensaje positivo al mundo.

¿Qué comentario recibiste, en privado, de las profesionales involucradas en aquel 9 de agosto?

Al final, las conozco desde hace años. Entre risas y abrazos, solo me decían cosas como "gracias" y "todo perfecto, Tony". Mi intervención musical les pareció adecuada para el contexto. Ellas saben muy bien lo que ocurrió y son conscientes de que ese tipo de acciones no encajaban ni en el lugar ni en el momento.

Más de tres décadas de experiencia respaldan tu trayectoria. ¿Qué detonó que te seleccionaran para tus primeras olimpiadas?

Como bien señalas, llevo desde 1991 en esto. Comencé en el Circuito Winston, y en 1995 empezamos a organizar competiciones de vóley playa en la playa de Las Teresitas, en Tenerife. El éxito fue tal que atrajo a promotores internacionales, ya que el evento era considerado el mejor de su disciplina a nivel mundial. Ellos querían replicar ese modelo en sus países, y así empezó todo. Grecia fue el primer país en apostar por mí, y tras 11 veranos consecutivos trabajando allí, fue natural que me integraran en los Juegos Paralímpicos de Atenas, que además fue pionero incluir un espectáculo musical en el vóley playa.

La semana pasada estuviste en Madrid, en un evento de Forbes. ¿Cómo fue tu experiencia?

Fantástica. En la mesa donde estaba, de las ocho personas, siete habían visto en televisión o a través de los teléfonos de sus hijos lo que ocurrió en París. Todos me preguntaban sobre ello, se hicieron fotos conmigo y compartieron comentarios muy positivos. Es gratificante ver cómo un mensaje de tan buen rollo genera este tipo de reacciones. Este feedback ha llegado a los oídos de los organizadores y, sin duda, será un punto a favor para mi participación en los próximos Juegos, en Los Ángeles.

El vóley playa parece tener más peso del que muchos imaginan, nunca mejor dicho.

Sin lugar a dudas. En París, todas las miradas estaban sobre el vóley playa, no solo por la ubicación privilegiada del estadio, sino también por la alta demanda de entradas y la importancia que la organización le asignó. Inicialmente me iban a enviar al vóley sala, pero la federación internacional insistió en que debía estar con ellos en el vóley playa. Fue un acierto total, y los resultados hablan por sí mismos.

Ana Patricia Silva Ramos y Eduarda Santos Lisboa 'Duda' posan con sus medallas de oro del voleibol de playa femenino de los Juegos Olímpicos 2024, a los pies de la Torre Eiffel, en Paris EFE
Ana Patricia Silva Ramos y Eduarda Santos Lisboa 'Duda' posan con sus medallas de oro del voleibol de playa femenino de los Juegos Olímpicos 2024, a los pies de la Torre Eiffel, en Paris EFE

Sobre tu rutina como DJ, ¿cómo definirías un día típico en tu vida profesional?

Mi día a día implica estar siempre conectado y actualizado. Escucho música de estilos muy diversos en cualquier lugar: aeropuertos, centros comerciales o simplemente prestando atención a lo que dice la gente. Observar cómo actúa el público en cada país es esencial para establecer esa conexión. Todo suma cuando llegas a un evento como los Juegos Olímpicos. Es fundamental mantenerse al margen de mensajes políticos o religiosos, porque mi objetivo es que la música una y divierta a las personas. Conocer tanto los clásicos locales como las tendencias actuales es clave, además de saber exactamente cuándo es el momento ideal para cada canción.

Siempre has apostado por la música de tu tierra. ¿Hay algún artista que destaque, que guste más a la gente...?

Me gustaría nombrar a todos los artistas canarios, la verdad. Pero si tengo que destacar algunos, mencionaría a Quevedo, Efecto Pasillo y las K-Narias, quienes han llevado y llevan el nombre de las islas muy alto. También, en Fuerteventura, hay talentos como Chocolate Sexy, Sailén y Foncho, artistas que fusionan ritmos latinos y pegadizos. Sus canciones siempre levantan a la gente en los estadios, tararean sus temas y se animan de inmediato.

Hablando de músicos canarios, viviste algo muy especial en Río 2016.

Es uno de mis mejores recuerdos. Estuve a cargo tanto de la música en el vóley sala como de la gala de inauguración. Durante ese evento, con todos los atletas de diferentes países reunidos, trajeados y con sus corbatas, decidí incluir el pasodoble Islas Canarias. Fue un momento mágico, porque todo el estadio Maracanazinho se puso en pie. Ni los periodistas lo podían creer, estaban impresionados con el ritmo y la energía canaria.

Tony Rojas y Vinícius Junior, en 2023 Tony Rojas
Tony Rojas y Vinícius Junior, en 2023 Tony Rojas

No trabajaste solo en esa ocasión, ¿verdad?

No, para nada. Mi labor se centra en la música. No uso micrófonos ni hago intervenciones de voz. Para eso colaboro con locutores de todo el mundo. En Canarias, he tenido el honor de trabajar con Chema Sánchez, un locutor y showman excepcional, de nivel mundial. Hemos sido compañeros desde 1991 hasta su retirada en 2023, aunque sigo sin creerme que realmente lo haya dejado. Nuestra conexión en los eventos era única, porque, con solo mirarnos, sabíamos cómo coordinar todo para que el público se entregara por completo.

¿Qué impacto crees que tiene la música, en especial tu música, en la vida de las personas?

La música es un lenguaje universal, presente en cada momento del día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Puede influir profundamente en el estado de ánimo de una persona, ya sea para motivar, relajar o emocionar. En el contexto de los Juegos Olímpicos, por ejemplo, es crucial que la música sea variada, que no se vuelva monótona, para mantener al público y a la gente que trabaja todos los días en este evento activos y emocionados. Cuando un partido está muy interesante, la música debe amplificar esa energía: que el público salte, cante, aplauda y se conecte con la acción. En esos momentos, una buena selección musical puede calmar tensiones o elevar la emoción, y ese manejo adecuado es vital para el éxito del evento. Ya lo vimos en París.

Es cierto que no se ven muchos DJs en el fútbol, salvo en ocasiones muy especiales. ¿Qué opinas sobre esto?

El fútbol es, sin duda, el deporte rey, y hasta ahora no ha requerido la presencia constante de DJs. Sin embargo, hace poco tuve la oportunidad de trabajar en dos partidos de la selección brasileña, uno en Barcelona y otro en Lisboa. Ambos eventos estaban enfocados en la lucha contra el racismo, lo que los hacía aún más especiales. Fue un reto enorme, pero acepté de inmediato. Creo que el público del fútbol puede ser algo conservador en lo musical, pero, afortunadamente, fue un éxito rotundo. Con mi compañero, el speaker brasileño Daniel Fontes, adaptamos un show espectacular. Logramos que el público participara antes y durante el partido, e incluso nos permitieron incluir fragmentos musicales de 5 o 6 segundos tras los goles o acciones destacadas. El resultado fue increíble, todos quedaron encantados.

¿Tienes algún proyecto en el horizonte para 2025?

Te lo comparto en exclusiva para Relevo. Estamos trabajando para que en el verano de 2025 haya novedades a nivel nacional relacionadas con la música, como yo la concibo, en los estadios. Es un reto enorme, muy emocionante, y cada día me levanto pensando en ello. Dedico mucho tiempo a buscar la fórmula perfecta para hacerlo realidad. Mi objetivo es demostrar que, incluso en el fútbol, se pueden integrar experiencias musicales innovadoras que conecten profundamente con el público.

¿Te animarías a crear un himno para la UD Las Palmas? Te noto ilusionado cuando hablas de fútbol.

Sería un honor, pero también un desafío, porque trabajar en un proyecto de esa magnitud requiere superar muchos temas burocráticos. La UD Las Palmas representa nuestra identidad y nuestros colores. Más allá del himno, he notado algo interesante: durante el calentamiento de los jugadores y en los descansos, la gente tiende a desconectarse. Por eso, creo que sería genial replantear la animación en el estadio. Las peñas, como Ultra Naciente, son clave en este aspecto. De hecho, cuando trabajé en Grecia con el AEK de baloncesto, especialmente en partidos europeos, conecté profundamente con los ultras, llegando a ser uno solo, musicalmente hablando. Les apoyaba en los momentos críticos, y ellos respondían con una energía increíble. Esa temporada, el AEK ganó el título europeo, y fue impresionante ver cómo la música podía influir en el ambiente y en el equipo. Retomando el caso de la UD Las Palmas, si hacemos una canción, tiene que ser algo que represente a las peñas, un ritmo que lleven en el alma y que resuene con la pasión futbolera que tanto los caracteriza.

Para cerrar, ¿qué consejo le darías a los jóvenes que sueñan con seguir tus pasos?

Yo comencé en los clubes nocturnos de Gran Canaria y Tenerife, y si algo he aprendido, es que disfrutar lo que haces es esencial. Mi consejo es que sientan su pasión, que establezcan objetivos claros y que a través de la música expresen lo que llevan dentro. La seriedad, el trabajo constante y la dedicación son fundamentales en esto y en la vida misma. Además, deben aprender a lidiar con las críticas: de lo malo siempre se puede extraer un aprendizaje, y de lo bueno, una inspiración. Por último, pero no menos importante, la responsabilidad. Ningún empresario va a confiar en ti si no está absolutamente seguro de que eres la persona indicada y de que cumplirás con excelencia. Ganarse esa confianza requiere esfuerzo y compromiso, pero el resultado vale la pena.