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Tampoco Javi Pérez Polo: el taekwondo español se vuelve a quedar sin medalla

El madrileño se queda a las puertas de nueva medalla para España después de perder un emocionante combate contra Edival Pontes.

Javier Pérez Polo, en uno de los combates del día. /REUTERS
Javier Pérez Polo, en uno de los combates del día. REUTERS
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Javier Pérez Polo es alto y espigado, busca encontrar su distancia. Sus piernas largas se proyectan sobre el cuerpo del rival, a veces por el interior, buscando empujar el peto, a veces por fuera, más espectaculares pero no siempre más efectivas. Al español representante en la categoría de -68 kilos se le esperaba menos que a otros y aunque compitió bien, se quedó también con la miel en los labios con un quinto puesto.

El último combate, el que le iba a dar la hiel o la gloria, era contra Edival Pontes. El primer asalto lo llevaba controlado, con tres puntos de primeras, pero en los últimos segundos la ventaja se derrumbó. Una patada llegó a la cabeza de Pérez Polo. No lo vio el árbitro, pero una petición de revisión terminó dándole los puntos al brasileño. Le había dado con suavidad, no mucho, pero sin duda le había dado.

En el segundo el español fue mejor. Desde el principio del asalto se mostró más activo que el rival, tirando su pierna avanzada en búsqueda del peto del brasileño. Poco a poco fue puntuado, demostrando que estaba en el combate, que todo este tiempo, todos estos años, le han convertido en élite de su deporte.

Y en el final, por más que trabajó, se encontró dos patadas seguidas en el tronco que terminaron siendo definitivas. Pontes solo tuvo que contemporizar, a partir de ahí, estar tranquilo y rechazar los ataques del madrileño. Es difícil darle la vuelta a un resultado en cualquier deporte, y el taekwondo no es una excepción en esto.

Buen inicio, mal final

En el equipo de taekwondo español, que tenía aroma de dream team, su nombre sonaba menos. Los grandes nombres de la expedición, Adriana y Adrián, subieron el día antes al tapiz soñando con metales, y a ser posible los más valiosos. Ambos naufragaron y dejaron la sensación en el aire de que la catástrofe ya no podía enderezarse.

Contra eso se rebeló Pérez Polo, a patadas, que es como hacen estas cosas los profesionales del taekwondo. Se plantó en segunda ronda tras superar al tailandés Tubtimdang. Un primer asalto sencillo, en el que mostró desde el principio su superioridad, dio paso a uno segundo más ajustado, dirimido por superioridad después de haber logrado ambos dos puntos durante el combate.

De ahí pasó a una dura prueba, porque con el Grand Palais lleno lo que tenía delante era un francés llamado Alaphilippe. La grada tenía un favorito claro, suele pasar en estos casos, pero Pérez Polo demostró desde el principio que ha llegado a París con la madurez necesaria para afrontar los retos más duros. Ganó el primer asalto por un tanto, aunque pudieron ser más, ya que el VAR revertió una patada en la cabeza. Perdió el segundo, sin mucho que decir. Y cuando ya parecía que todo era cuesta abajo para su rival, Pérez Polo hizo un gran parcial y se deshizo del francés. Lucharía por las medallas.

No el oro, eso sí, porque en semifinales se encontró un rival, el uzbeko Rashitov, que está en un nivel un poco superior. Y, a pesar de todo, compitió al número 1 del mundo. En el primer asalto no hubo color, Pérez Polo no encontró el lugar por el que introducir sus técnicas y el peto del uzbeko parecía haberse quedado sin pilas. Nada llegaba por allá, no puntuaba, no sumaba. En el segundo, sin embargo, logró igual fuerzas, terminar empatado, pero no fue suficiente, Rashitov ganó por superioridad.

Y con eso terminó en una final de consolación contra Pontes. No estuvo lejos, no, pero no llegó. Una noche más, remar y remar para naufragar en la orilla.