JJOO | NATACIÓN

Las aguas del Sena impiden a un doble medallista olímpico acudir a la clausura de los Juegos: "Me fui corriendo al hospital"

El irlandés Daniel Wiffen, que se llevó una medalla de oro y otra de bronce de París, ha explicado por qué no pudo portar la bandera de su país en la fiesta del domingo.

Daniel Wiffen, con la medalla de oro de los 800 metros. /AFP
Daniel Wiffen, con la medalla de oro de los 800 metros. AFP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

La espectacular ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de París tuvo una gran ausencia. Estuvieron muchos de los grandes protagonistas de la cita, tales como Simone Biles, Léon Marchand, Armand Duplantis e incluso Tom Cruise. Pero otra de las grandes estrellas de las dos últimas semanas impidió precisamente que un gran nombre se ausentara en la noche del domingo y no pudiera portar la bandera de su país.

El país que se quedó sin abanderado fue Irlanda, el damnificado, Daniel Wiffen y el causante, el Sena. El irlandés se enfrentó al río capitalino, que tantas ampollas ha levantado, en la prueba de aguas abiertas. Por un lado, sorprendió su posición final, ya que siendo campeón olímpico de 800 metros terminó la prueba 18º. Incluso a él le chocó, pero le fue imposible hacerlo mejor. "Voy a terminar esta prueba y no volveré a hacerlo nunca más", dijo en la televisión nacional de su país, RTE2.

Acostumbrado a nadar en una calle de piscina, lo tenía claro: "Este deporte, definitivamente, no es para mí". En tono de broma, ironizó sobre el mal estado de las aguas parisinas. Lo que no es motivo de humor son las consecuencias, ya que Wiffen comunicó en sus redes sociales la razón por la cual no apareció en la ceremonia final de los JJOO, el malestar que le había causado haber terminado la carrera. "Ayer fui corriendo al hospital porque me encontraba muy mal debido a un virus del que me están tratando y ahora me siento mejor", explicó en su cuenta de X (antiguo Twitter).

Nada más salir del agua, Wiffen, de 23 años de edad, ya pudo comprobar lo pobres que eran las condiciones. Tal es así, que bromeó con la cámara de televisión: "Probablemente, sea lo peor que he hecho nunca". Y puede que sí, ya que le ha costado vivir un momento tan especial como la clausura de una competición que se da una vez cada cuatro años.

No es la primera persona (y quizás tampoco sea la última) que se pronuncia sobre el deplorable estado del Sena en estos Juegos, exponiendo sus carencias y consecuencias. Leonie Deck, que competía también en los 10 kilómetros y fue novena clasificada aseguró haber pasado también un mal rato. En un storie de Instagram explicó que llegó a vomitar "9 veces" además de haber sufrido diarrea.

"Dos nadadoras alemanas de aguas abiertas fueron tratadas el viernes por náuseas, vómitos y diarrea. Desde esta mañana se sienten mucho mejor", comunicaba también el GOSC (Comité Olímpico alemán) días después de que estas competidoras participasen en la misma prueba de aguas abiertas. Incluso ha habido quien se ha negado a participar (es el caso del sueco Victor Johansson), directamente, al escuchar las recomendaciones de sus médicos.