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Los Juegos del dopaje, cada vez más cerca: "Estamos por entrar en una nueva era de superación humana"

Aron D'Souza, cabeza visible de los 'Enhaced games' habla con Relevo sobre su propuesta de una competición en la que el dopaje esté permitido y supervisado.

Aron D'Souza. /Instagram
Aron D'Souza. Instagram
Sebastián Fest

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París.- La idea de unos Juegos en los que deportistas dopados puedan competir libremente no es nueva, aunque por décadas se la consideró inviable por múltiples razones, que van desde la ética a la salud. El Comité Olímpico Internacional (COI)tendría, además, todas las herramientas para impedirlo si a sus impulsores se les ocurriera utilizar precisamente la palabra "Olímpicos". No es la idea del grupo de inversionistas ligados a las criptomonedas, la inteligencia artificial y el biohacking, gente que promete Juegos con doping, aunque con otro nombre.

¿Juegos para dopados? "No, esa es una caracterización reduccionista e injusta. 'dopados' es un término anticuado y tergiversador que ha sido utilizado por el anticuado establishment deportivo", dice en una entrevista con Relevo Aron D'Souza, el líder visible de los "Enhanced Games", un concepto que en español podría traducirse como "Juegos mejorados" o "potenciados".

D'Souza y sus socios aseguran que, más que a los Juegos, su propuesta mejora al ser humano.

"Los 'Juegos potenciados' son un movimiento mundial innovador que amplía los límites del rendimiento humano a través del deporte y del uso seguro y científicamente supervisado de mejoras del rendimiento. Nuestro objetivo es entretener, educar e inspirar expandiendo el potencial humano al tiempo que garantizamos la equidad y la seguridad de todos los atletas".

A D'Souza no le gusta nada que se hable de "Juegos para dopados". Es injusto, dice.

"Llamarlos 'Juegos para dopados' es una caracterización reduccionista e injusta. 'dopados' es un término anticuado y tergiversador que ha sido utilizado por el anticuado establishment deportivo para crear una reacción negativa en el público ante lo que debería ser positivo".

¿Positivo? Sí, dice D'Souza. "Los 'Juegos potenciados' están cambiando esta narrativa anti progreso y anti tecnología por una de ciencia, transparencia y seguridad en el uso de mejoras del rendimiento. Hasta el 44 por ciento de los atletas ya utilizan algún tipo de mejora del rendimiento, la mayoría de ellos en situaciones de riesgo y sin control".

La cifra del 44 por ciento es imposible de comprobar, y probablemente incluya el consumo de sustancias que mejoran el rendimiento sin estar prohibidas. Pero D'Souza se basa en esa afirmación de que casi la mitad de los deportistas se dopa para avanzar en su propuesta.

"En lugar de ocultar en las sombras la utilización de estas mejoras del rendimiento, como ocurre actualmente, creamos un entorno controlado donde las mejoras están supervisadas científica y médicamente, promoviendo la equidad y la seguridad".

Unos Juegos con doping, pero controlado quirúrgicamente para que mejore el espectáculo sin dañar la salud de los participantes. ¿Es eso posible?

D'Souza es un joven abogado australiano, que junto con Christian Angermayer, un inversionista en criptomonedas, e inteligencia artificial, entre otros negocios, logró que Peter Thiel, uno de los fundadores de PayPal, financie buena parte de la idea.

"¿Alguna vez has soñado con una idea de negocio completamente descabellada pero te ha faltado dinero para llevarla a cabo?", se preguntó el diario británico The Guardian meses atrás al poner el foco en Thiel.

"Él, junto con un grupo de otros inversores de capital riesgo, está desplegando parte de su inmensa fortuna para ayudar a financiar una versión pro-drogas de los Juegos Olímpicos, una competición deportiva en la que se anima a los participantes a consumir tantas sustancias potenciadoras del rendimiento como les sea posible. Todo en nombre de la ciencia y la innovación, naturalmente".

Estos "Juegos potenciados" que aún no tienen fecha ni sede, aunque D'Souza asegura a Relevo que serán en el segundo semestre de 2025, llegarán, si se concretan, impulsados por una docuserie en la que participa, entre otras, una de las productoras de Ridley Scott, el cineasta británico de 86 años responsable de obras como Alien, Blade Runner o Gladiator.

Variety, la Biblia de la información en Hollywood, adelantó el argumentario de los productores de la docuserie, que reflejará todo el proceso hasta que los Juegos con dopaje sean un hecho.

"Lanzada en respuesta a lo que Aron y sus socios consideran un sistema roto, en el que las trampas son demasiado sofisticadas para ser controladas, la nueva competición está llamada a convertirse en el acontecimiento deportivo más comentado del siglo hasta la fecha", dice, sin pretensiones de modestia, la presentación.

"La serie examinará la ambigüedad moral que rodea a esta iniciativa, incluyendo si la competición está fomentando prácticas potencialmente dañinas o simplemente es una solución moderna al continuo problema del dopaje en la industria del deporte, del mismo modo que algunos creativos intentan adoptar nuevas tecnologías en lugar de luchar contra ellas", añade Variety.

Cuando D'Souza y sus socios hablan de Juegos "potenciados" y comparan el dopaje autorizado y controlado con la adopción de nuevas tecnologías, se entiende cuál es el sustrato de toda la idea, y por qué puede ser atractiva para más gente de la imaginable: lo que proponen es el superhombre, un sueño tan viejo como la humanidad.

Dormir mejor, tener más y mejor sexo, divertirse más en una fiesta, tener mayor capacidad deportiva, lograr más músculos, perder peso... Recurrir a sustancias para mejorar la vida es algo que está muy extendido en la sociedad. ¿Explica esto de alguna manera la idea de los "Juegos potenciados"?

"¡Absolutamente!", dice D'Souza antes de desplegar la parte más seductora de su discurso.

"Estamos a punto de entrar en una nueva era de mejora humana. La comprensión pública del potencial de la ciencia cambió tras la pandemia. Si unimos esto a una increíble reserva de nuevos medicamentos que pueden ayudarnos a vivir más tiempo y de forma más saludable, como los fármacos con semaglutida para perder peso, veremos que los 'Enhanced Games' tienen sentido".

"Abogamos por un uso seguro y responsable de las mejoras del rendimiento en un contexto deportivo, bajo supervisión médica, que refleje tendencias sociales más amplias".

Traducción de lo que dice D'Souza: si cualquier hijo de vecino se dopa para el gimnasio o para adelgazar, ¿por qué impedírselo a los que se dedican profesionalmente al deporte? Esto ya está sucediendo, añade. Nosotros nos encargamos de sacarlo a la luz y de hacerlo bien, muy bien.

El primer participante

"Nuestro objetivo es minimizar los riesgos y garantizar el bienestar de los deportistas a largo plazo. Hay un malentendido fundamental sobre lo que son las mejoras del rendimiento y el increíble potencial de lo que pueden hacer", insiste el australiano, que maneja un discurso cuidado y utiliza siempre términos y frases que buscan destacar lo positivo.

D'Souza es, puede decirse, un muy buen vendedor. Aunque surge una curiosidad: ¿el que habla es un D'Souza 'enhanced', potenciado?

La respuesta no deja de sorprender.

"Hoy no tomo ningún producto para mejorar mi rendimiento, aunque sí lo he hecho a lo largo de mi vida. Sin embargo, quienes decidan mejorar su rendimiento sólo deberían hacerlo bajo estricta supervisión médica y con programas a medida. Los 'Juegos potenciados' se centran en los atletas de élite y en su rendimiento, no en la promoción de la mejora para las personas corrientes".

Más allá de la idea del "superhombre", detrás de los "Juegos potenciados" hay otra motivación tan vieja como la humanidad: ganar dinero. Esa motivación apunta a los deportistas, por los que D'Souza y sus socios prometen hacer lo que no hace el COI: pagarles por su participación y sus éxitos.

Proponen pagar a diez deportistas que se sumen al documental y a esos Juegos de fecha aún a definir. Y a James Magnussen, nadador australiano de 33 años ya retirado, tres veces campeón mundial y plata en Londres 2012. ¿La oferta? Un millón de dólares si quiebra el récord mundial de los 50 metros libre, la prueba más explosiva y veloz de la natación.

El "sí" del australiano generó una reacción de rechazo en la Federación Internacional de Natación (FINA), pero eso es precisamente lo que D'Souza y sus socios buscan: molestar, perturbar al sistema actual. Partiendo del COI y de la Agencia Mundial Antidoping (WADA), que rechazan de plano la idea, algo que expresaron en febrero en un comunicado conjunto.

Semejante evento ignoraría el "juego limpio y la deportividad", señalaron ambas organizaciones, además de implicar "un riesgo sanitario potencialmente catastrófico para sus participantes".

"La reacción es comprensible, ya que desafía su postura tradicional sobre las mejoras del rendimiento, la recompensa a los atletas, la transparencia y la equidad", dice D'Souza, que promete "pagar a todos los atletas de forma justa".

¿Son estos "Juegos potenciados" un divertimento de chicos millonarios? D'Souza dice que no.

"Entre nuestros inversores iniciales se encuentran figuras notables como Peter Thiel, (el inversor estadounidense) Balaji Srinivasan y Christian Angermayer. También hemos conseguido apoyo adicional de diversos patrocinadores, entre ellos los propietarios de un equipo de la NBA".

¿Un equipo de la NBA? Sí, dice: "Nuestra visión atrae a personas con visión de futuro comprometidas con el avance del potencial humano".

¿Cuentan con algún deportista de primer nivel que haya confirmado su participación, además de Magnussen? "Estamos en conversaciones con otros atletas de gran potencial y anunciaremos una lista completa de atletas embajadores y competidores a finales de 2024".

La fecha definitiva de los primeros "Juegos potenciados" se conocerá a finales de este año, añade: "Pero ya podemos prometer que va a ser un evento espectacular, con tecnología de vanguardia, increíbles hazañas humanas y rigurosos protocolos médicos y de seguridad".