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Jon Rahm se queda sin medalla en ocho hoyos dramáticos y Scheffler se consagra con un oro en los JJOO

El vasco iba líder con cuatro golpes de ventaja a falta de ocho hoyos para el final. Acabó quinto.

Jon Rahm, durante la jornada del domingo. /EFE
Jon Rahm, durante la jornada del domingo. EFE
Óscar Méndez

Óscar Méndez

El 2024 estaba siendo el peor año de Jon Rahm desde que es profesional. Hace una semana consiguió su primera victoria en el LIV Golf con la que consiguió poner fin a su peor racha como jugador de golf. Hacía casi año y medio que no ganaba un torneo y ese triunfo le daba la energía necesaria para plantarse en los JJOO. Además, tenía la espinita clavada de lo ocurrido en Tokio, cuando a pocos días del inicio de aquella cita se tuvo que dar de baja por COVID.

Y el torneo en el campo parisino fue bien durante prácticamente toda la semana. A ocho hoyos del final, de hecho, tenía cuatro golpes de ventaja sobre el segundo. Parecía que las medallas estaban casi aseguradas, pero el golf es un deporte en el que es muy fácil perderlo todo. Y así le ocurrió al vasco. Hasta ese momento, el de Barrika había sido el mejor en Le Golf National y, además, había estado fino en el green, uno de sus talones de Aquiles.

En un campo como el francés, ser fiable desde tee a green te da opciones de ganar el domingo. Ha sido así históricamente y Rahm lo sabía. En los primeros nueve hoyos del recorrido consiguió cinco birdies sin cometer un solo error. La diferencia con sus rivales con la mitad de vuelta por delante era de tres golpes, aunque la clasificación estaba muy apretada.

Había superado una enorme montaña, pero todavía quedaba lo más complicado. A centenares de jugadores le han flaqueado las piernas cuando han estado cerca de conseguir un hito importante y los rivales de Rahm no eran poca cosa. Fleetwood, Schauffele, Matusyama y hasta un renacido Scottie Scheffler no permitían un mínimo de relajación.

En el undécimo hoyo, Rahm cometió su primer fallo del día con un bogey que debía ser, como mínimo, un par. Un erro que le afecto y que le hizo mandar la bola del duodécimo directamente a un búnker. Por detrás, apretaban sobre todo Fleetwood y Matsuyama, muy finos con los palos, mientras los estadounidenses se Schauffele se venía un poco abajo. El inglés, de hecho, empataba con el vasco a seis hoyos del final.

Otro de los nombres propios del día estaba siendo el de Víctor Pérez, que sumó ocho birdies en sus primeros 16 hoyos para pelear por las medallas. Fue ahí, con todo por decidir, cuando todos los jugadores comenzaron a sacar sus mejores golpes y a firmar birdies. No estaba claro el oro y ni siquiera las medallas, con hasta siete candidatos a las mismas.

Y en ese momento, en el decisivo, Rahm falló. Un doble bogey en el hoyo 14, uno de los más fáciles del recorrido, le llevó fuera del podio de un plumazo. A lo más alto se encaramó un Scottie Scheffler en estado de gracia que en el 16º sumaba un -8 particular en el día. No estaba todo perdido para el de Barrika, pero las sensaciones eran las peores de entre todos los de cabeza.

El número 1 del mundo no aflojó y cerró su participación en los JJOO con una victoria que lo encumbra todavía más. Este año ya había ganado el Masters de Augusta por segunda vez en su carrera y ahora le añade un oro olímpico para erigirse como el segundo mejor jugador del siglo XXI por detrás de Tiger Woods. Su dominio tiene poco precedentes y hoy ha igualado el mejor récord del campo para colgarse el oro.

Rahm, por su parte, siguió peleándose con el campo para terminar finalmente en una gran quinta posición, pero sin medalla. Su ambición era colgarse una del cuello y se va de vacío después de jugar de maravilla 64 de los 72 hoyos esta semana. El podio lo completaron Tommy Fleetwood (plata) e Hideki Matsuyama (bronce). David Puig, por su parte, fue 40º.