JJOO | FÚTBOL

La final olvidada de Sídney 2000 en la que España se colgó la plata: "Nadie apostaba por nosotros"

Carlos Marchena y Jordi Ferrón analizan en Relevo la final que disputaron en Australia.

Los jugadores de Camerún celebran el título tras ganar la tanda de penaltis. /Archivo.
Los jugadores de Camerún celebran el título tras ganar la tanda de penaltis. Archivo.
Nacho Sanchis
Sandra Riquelme

Nacho Sanchis y Sandra Riquelme

España disputa hoy la final olímpica ante Francia. Normalmente, cuando se habla de precedentes, se alude a la España de Luis de la Fuente que cayó en 2021 ante Brasil en la prórroga en una tensa final o, en todo caso, a los campeones de 1992, que consiguieron el último oro español en el fútbol. Sin embargo, por el camino ha habido otra final que poca gente comenta, de la que muchos jugadores han acabado siendo leyendas de nuestro fútbol y que fue tan real como cruel.

En Sídney, en el año 2000, la selección de Iñaki Sáez de la que formaban parte jugadores como Xavi Hernández, Marchena o Capdevila, caía en penaltis ante Camerún. 24 años después, los protagonistas de aquella final cuentan en Relevo como fue aquel torneo, jugar un campeonato olímpico y sobre todo, la dificultad de llegar donde ha llegado el combinado de Santi Denia.

"Es un torneo muy diferente, muy peculiar, eres muy joven ya que te pilla una edad que no eres todavía absoluto, estás en un escalón intermedio. Es difícil de jugar porque hay mucho ambiente, muchos deportistas, el ambiente es festivo todo el tiempo la gente va terminando sus torneos y las fiestas en la calle están ahí, los deportistas pasándolo bien una vez acaban sus torneos", explica Carlos Marchena en Relevo.

"Estuvimos muy a gusto, es un torneo muy bonito, es llamativo estar tan rodeados de deportistas. Eso sí la final debo decirte que fue un partido muy raro. Íbamos 2-0 ganando, nos hacen un penalti que fallamos, nos remontan dos goles, nos echan a dos jugadores... En ese momento dolió mucho pero con el tiempo lo pones en valor, creo que solo se ha jugado una final desde entonces y eso te dice lo difícil que es", continúa el campeón del mundo.

Carles Puyol, peluquero por un día

Otro de los protagonistas de aquella final fue Jordi Ferrón, ahora dedicado al fútbol femenino y entrenador del INAC Kobe Leonessa japonés. En aquel partido, el barcelonés saltó al campo desde el banquillo, en el minuto 49, y por Raúl Tamudo. "Sabíamos que jugábamos contra Camerún, rival muy difícil que había eliminado a la Brasil de Ronaldinho y que iba a ser muy difícil", explica a Relevo desde el otro lado mundo.

"La viví con mucha ilusión y con muchísimas ganas. Jugar un partido con la llama olímpica de fondo y con el campo lleno y todo lo que podía ser conseguir una medalla de oro fue... algo precioso", recuerda con nostalgia. Se llevaron la plata y el saludo del actual Rey de España. "Por aquel entonces, era príncipe. Bajo al vestuario felicitarnos por cómo había ido el partido", rememorara entre risas.

A pesar de su popularidad -o, precisamente, por eso-, el fútbol desempeña un papel secundario en los Juegos Olímpicos. Una sensación compartida por sus protagonistas. "Nosotros, como jugadores, también lo vivíamos así. En los Juegos Olímpicos, el fútbol no es una competición importante o referente. Yo creo que ha ido cogiendo importancia estos últimos años más y un poquito más de ambiente futbolístico. Porque en el fútbol siempre lo que más llama es la Eurocopa y el Mundial, que es, al final, lo que los jugadores queremos jugar.

"El Príncipe, que ahora es el Rey, bajo al vestuario a felicitarnos por cómo había ido el partido"

Jordi Ferrón Plata Olímpica en Sídney 2000

Tampoco había demasiada presión. "Yo creo que nadie apostaba por nosotros. En España, los periódicos, entonces no había Twitter, por suerte, ni había toda esta gentuza que se dedica a escribir y a desproteger contra las jugadoras o jugadores bajo un seudónimo, pero sí que había la prensa que no nos daba como favoritas y perdimos el primer partido contra Chile...", reconoce Jordi.

Como ocurrió este año, la Eurocopa antecedió a la cita Olímpica. En aquella ocasión, el torneo continental privó de ir a Australia a jugadores como Iker Casillas, una de las grandes estrellas del combinado nacional. "Hubo todos los condicionantes que te he dicho antes para que todavía fuese un poquito más descafeinada. Tampoco quizá teníamos ese referente de estrella, ¿no? En el equipo, en las anteriores Olimpiadas, estaban Iván de la Peña, Raúl... Nosotros teníamos una muy buena selección de los nombres importantes, pero quizá no teníamos esa superestrella, ¿no?", reflexiona.

Quizá, el plantel español -en aquellos tiempos- carecía de nombres propios: Xavi Hernández o Carles Puyol todavía no habían ascendido al olimpo futbolístico. Sin embargo, Ronaldinho, Pirlo, Nesta, Zamorano o Eto'o sí que participaron en la cita olímpica. "Lo que pasa es que muchos de ellos eran jugadores con los que habíamos coincidido en categorías inferiores jugando en contra y que, claro, que todos los jugadores de la Selección, o casi todos, ya estábamos en Primera División. Entonces no era extraño jugar con estas leyendas del fútbol [...] Porque ya te digo, en la Liga Española todos estábamos en Primera y ya te enfrentabas a muy buenos jugadores cada fin de semana".

La plata de Jordi Ferrón esconde una peculiar historia. El exfutbolista del Zaragoza, entre otros, sentía especial predilección -cuando era pequeño- por la película Carros de Fuego. "Todo lo que luchan por conseguir esas medallas...", cuenta el medallista. Tanto se quiso parecer a los protagonistas del famoso film que se tiñó el pelo como ellos en el vestuario. "Me lo tiñeron los compañeros y Puyol me cortó el pelo para que quedase parecido, que fue un horror cómo me quedó... pero me cortaron el pelo para que quedase un poco más... claro. Llevábamos un mes de concentración y ahí peluqueros no nos daba por ir. Total, que con la locura me lo cortaron, me lo cortó Puyol con algún compañero más en la habitación y ahí salí con mi pelo rubio amarillo pollo a jugar la final", recuerda con una sonrisa de oreja a oreja.

A pesar de ser una final 'olvidada', que pocos retienen en su memoria, para Jordi Ferrón, Marchena y toda su generación siempre estará presente. "En ese momento, sabíamos que habíamos hecho algo que quizá al principio no llegamos con esa importancia, pero que era algo que iba a durar para siempre. Conseguir una medalla, eso queda para la historia".