JJOO | ATLETISMO

¡Sorpresón en el 1.500! Ingebrigtsen se queda sin medalla y Hocker firma una marca histórica

El noruego quedó cuarto en una prueba endiablada en la que hasta cuatro atletas superaron el récord olímpico.

Ingebrigtsen, en el 1.500./EFE
Ingebrigtsen, en el 1.500. EFE
Jonás Pérez

Jonás Pérez

El atletismo en los Juegos Olímpicos ha llegado para empaparnos de sorpresas que no se olvidarán con facilidad. La del 1.500 es, sin duda, una de las más sonadas de toda la competición. Porque Jakob Ingebrigtsen, leyenda de la modalidad y gran favorito al oro, ni siquiera consiguió firmar un metal. Le superaron hasta tres atletas, que, además, también mejoraron la plusmarca olímpica que su adversario noruego había registrado en los pasados Juegos Olímpicos.

La carrera fue muy rápida, tratando de seleccionar a los mejores, pero aguantó el grupo bastante parejo y al final llegaron los cocos de la carrera para fundir a un Ingebrigtsen que venía con la intención de sumar metal y una marca para el recuerdo. No solo no lo consiguió, sino que cedió ante Hocker, Kerr y Nuguse. Tan rápida fue la carrera que las mejores marcas se colocaron en el top 10 histórico, expulsando de él, por ejemplo, a Mo Katir de esta clasificación.

Cole Hocker se hizo fuerte por la izquierda y se impuso con claridad en el sprint a Josh Kerr, que batió el registro histórico de Gran Bretaña de Mo Farah. Fueron tres minutos y medio de puro frenesí, con un récord batido tras otro. Yared Nuguse, tercero, firmó su mejor marca de siempre y también adelantó con facilidad a Ingebrigtsen, que quiso dominar la carrera de principio a fin y se desfondó en la recta final. Se queda con una cuarta posición y, al menos el privilegio de haber disfrutado desde primera fila de un recital que ya forma parte de la historia del atletismo y de estos Juegos Olímpicos de París.

Los tiempos de la final.
Los tiempos de la final.

Ingebritsen, que cuestionó el dominio en las pruebas de fondo y que aún tiene un largo futuro por delante (nació en el año 2000), se enfrenta a uno de los mayores golpes de los inicios de su carrera deportiva, al ser cuarto en una prueba que aspiraba a dominar. Kerr ya le batió en la final del Mundial y hoy lo ha vuelto a hacer. Lo que no esperaba es que otros dos lograran superar sus capacidades.

"Será una de las finales de 1.500 más duras y brutales que este deporte haya visto en mucho tiempo. Estoy listo para ir a por ello. Espero resolver todo en la final", había expuesto Kerr en la previa de la prueba. Y tanto que así fue. Que cuatro marcas se hayan colado en el ranking de la historia es algo que no ocurre en todos los Juegos Olímpicos, por mucha normalidad que le pretendamos dar.

El noruego, en una batalla dialéctica bastante cuestionable con Kerr, había deslizado: "No puedo valorar si es un rival cuando le conocen como el británico que nunca compite. No somos amigos. Corremos el uno contra el otro. No diría que me cae mal". Palabras poco amigables para enfrentar una rivalidad que era el morbo de la noche en el estadio olímpico.

Y Hocker, cuando nadie le esperaba, apareció. No hay más que ver su palmarés para darse cuenta de su hazaña. Solo sumaba una plata en el Mundial en Pista Cubierta de Glasgow este mismo año y quedó en sexta posición en Tokio. Ahora, se lleva un récord olímpico y un oro en una prueba en la que cuatro hombres decidieron retar a los límites humanos y superar un registro que ya se batió en los pasados Juegos y no precisamente se caracterizaba por su pobreza. El día que Ingebrigtsen bajó con los mortales.