Jordan Díaz y Pichardo preparan el asalto al oro como si fueran agua y aceite: "Está muy herido tras lo de Roma"
Ambos se clasifican para la final del próximo viernes tras un salto: 17.24 para el español, 17.44 para el portugués.
El mundo del atletismo aguardaba el primer choque de trenes entre el español Jordan Díaz y el portugués Pedro Pablo Pichardo en el Stade de France en su lucha encarnizada por el oro olímpico. Este miércoles, en el primer envite en el foso del triple salto, los dos enemigos íntimos resolvieron la papeleta por la vía rápida en un solo intento: 17.24 para Jordan, 17.44 para Pichardo. Con la criba de 17.10 superada a la primera, ambos se citarán este viernes en una de las batallas de los Juegos.
La manera de abordar la cita es diametralmente opuesta. Pichardo optó por no pisar la Villa hasta el domingo por la noche. El luso quería entrenarse en su burbuja en Setúbal sin distracciones. "Está muy herido tras lo del Europeo de Roma. Tiene muchas ganas", aseguran a Relevo fuentes de la Federación Portuguesa de Atletismo. Pichardo traslada un mensaje unánime a su organismo. "Está para récord del mundo", enfatizan un técnico y un directivo.
Jordan, por su parte, lleva en la Villa, en el barrio parisino de Saint-Denis, desde el pasado 30 de julio. Allí ha podido disfrutar "con muchos deportistas y de la conexión que hay entre todos, un espíritu diferente a un Campeonato del Mundo, en el que solamente hay personas del atletismo ". El español está feliz de su decisión: "La Villa es increíble". La única queja del saltador está relacionada con el descanso. "Es horrible, la cama es una... bueno, es complicada", apunta frenándose a tiempo.
🔥Llegó el momento que tanto anhelaba de pequeño🔥
— Jordan Alejandro Diaz Fortún (@diaz_fortun) August 6, 2024
Mañana ,miércoles 7 de agosto a las 19:15h grupo A clasificatoria de triple salto masculino.
Vamoooosssss!!!! pic.twitter.com/LpFsLljL4C
El discípulo de Iván Pedroso, el entrenador de referencia en el triple salto mundial, atendió a toda la prensa española tras su debut en unos Juegos olímpicos. "La presión que llevaba al saltar a pista era increíble", reconoce Díaz, y parte de ella vino por un "problema en la zona de calentamiento" en la que tuvo "que dejar pasar a los demás" y no se ejercitó lo suficiente. Tras la tensión, la mínima y la tranquilidad.
Por su parte, Pichardo pasó por la zona mixta con los periodistas al galope y sin conceder declaraciones, ni tan siquiera a los medios portugueses. Es la concentración absoluta de un hombre que dejó unas sensaciones inmejorables en la calificación del triple salto. "Hablamos tras la final", asentía a los enviados especiales. El luso se ha fijado el objetivo de tomarse la revancha del Campeonato de Europa de Roma y no ve nada más en el horizonte.
#ExclusivaRelevo 🔏 Pichardo habla en exclusiva con Relevo e insiste en cuestionar el oro de Jordan Díaz.
— Relevo (@relevo) June 12, 2024
💬 "¿Por qué tengo yo que creer al juez?"
📽️ @AmorosCuatro pic.twitter.com/dt7uw4lFII
En el Campeonato de Europa de Roma los cuchillos volaron en las declaraciones a la prensa tras la calificación del triple salto. Pichardo no quería ni nombrar a Jordan y anunciaba un salto de 18 metros en la final. La réplica del español no se hizo esperar, confesando la nula relación existente entre ambos, y retándole: "Si él salta 18 m, yo saltaré 18.01".
Tras una final en la que Jordan Díaz salió victorioso con una marca de 18.18 m, por los 18.04 m de Pichardo (que cumplió su palabra), el portugués denunció al día siguiente un supuesto (siempre según su versión) amaño en la cita. Su queja a la Federación Europea, Internacional y a los árbitros estaba relacionada con el marcador de medición, apagado en la parte final del concurso. "La regla electrónica estaba apagada, esto no es normal", subrayaba. Es su herida que aún no ha cicatrizado.
En París, con todas luces y los focos encendidos, ambos se verán en un cara a cara que centrará la atención de los 80.000 espectadores del templo parisino. La tensión se palpa en el ambiente desde la calificación de este miércoles. Ambos preparan su duelo de forma diametralmente opuesta. Son dos maneras diferentes de concebir la vida y el salto, con el histórico récord de Jonathan Edwards de 18.29 en la cabeza. Son el agua y el aceite del atletismo mundial.