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Por qué la ganadora del oro en salto de altura de los Juegos se tumba en un saco de dormir en los descansos

Yaroslava Mahuchikh, que se ha impuesto en el concurso de París, tiene una llamativa rutina entre salto y salto. La segunda clasificada, la australiana Olyslagers, escribe en un diario.

Yaroslava Mahuchikh, descansando entre salto y salto durante la final. /Captura TV Eurosport
Yaroslava Mahuchikh, descansando entre salto y salto durante la final. Captura TV Eurosport
Jonás Pérez
Marc Mosull

Jonás Pérez y Marc Mosull

Si has seguido el concurso del salto de altura femenino de los Juegos Olímpicos de París, disputado este domingo, habrás visto ganar a la ucraniana Yaroslava Mahuchikh con una superioridad insultante. Y también te habrán llamado la atención las imágenes de algunas saltadoras en sus descansos entre salto y salto.

Empecemos por la competición. Mahuchikh arrasó para hacerse con la medalla de oro, pero se quedó muy lejos de uno de los récord del mundo más 'factibles' de todos los Juegos Olímpicos. Principalmente, porque ella misma venía de batirlo, también en París, el pasado 7 de julio. Sin embargo, en la cita olímpica se quedó muy lejos de su plusmarca mundial de 2.10. De hecho, solo pudo registrar diez centímetros menos: 2.00.

También es cierto que le faltó competencia. Seis atletas lograron saltar el 1.95, pero ninguna de ellas alcanzó el 1.98. Sí lo hizo la australiana Nicola Olyslagers, que además completó la marca de la campeona: 2.00. Las normas marcan que, en caso de empate, queda por delante en la clasificación aquella que lograra cerrar los anteriores saltos en menos intentos. Precisamente, Makuchikh arrasó en los primeros compases de la competición, superando a la primera todas las marcas planteadas, hasta que no pudo con un 2.02 que está acostumbrada a completar.

Una vez su rival no logró en tres intentos la marca de 2.02, la ucraniana se aseguró la medalla de oro. Entonces, se le dio la oportunidad de completar ese 2.02 y tener intentos para el siguiente listón, a su libre voluntad, o renunciar al 2.02 y gozar de una oportunidad de superar el registro que considerase. Lo intentó con el 2.04, pero cayó, evidenciando que no era su día. Al menos, le vale para subirse al primer cajón del podio, un hecho al alcance de muy pocas. La mencionada Olyslagers se lleva la plata y comparten el bronce, por haber saltado en los mismos intentos, la también ucraniana Iryna Gerashchenko y la australiana Eleanor Patterson.

De lo general, lo importante, vamos a lo particular, a la anécdota (o no tanto), a la explicación de unas imágenes, la que encabeza este artículo, que nada más verla te lleva a buscar una explicación. De un salto a otro de un concurso como el olímpico, una saltadora puede disponer de 20 a 30 minutos de espera o descanso. Un tiempo, que como hemos visto, cada una ocupa como quiere.

A la atleta que conquistó la medalla de plata, la australiana Nicola Olyslagers, es habitual verla con su diario, apuntando, tal y como ella ha reconocido en varias ocasiones, la dificultad del salto realizado, o, para releer las instrucciones o los apuntes de su entrenador. "Olvidaré lo que dijo. Él olvidará lo que dijo. Así que puedo escribirlo y cerrar el libro. Es una gran herramienta para poder disfrutar del ambiente sin preocuparme de que me voy a olvidar de algo", ha explicado en diferentes momentos de su carrera.

Igual o más llamativa es la rutina de Yaroslava Mahuchikh, a la que se puede observar llegar al tartán con una mochila de excursionista, con su esterilla y su saco de dormir. Entre salto y salto, se tumba sobre ella, se cubre y usa la mochila de almohada. Desde allí, reposa y contempla los saltos de sus contrincantes, a la espera de que le toque su siguiente turno.

El reposo tiene mucho que ver con esta estrategia de la ucraniana, que opta por descansar las piernas y mantener la temperatura de su cuerpo lo más caliente posible. Una sudadera con capucha y unos calcetines de repuesto, para eliminar el sudor de sus pies, también forman parte de su kit para esos minutos de espera.

Por qué la ganadora del oro en salto de altura de los Juegos se tumba en un saco de dormir en los descansos

"Estando sentada es más difícil que la sangre llegue al corazón. Tumbada estoy relajada, por lo que estaré mejor para el siguiente salto", explicó en el pasado Mundial de pista cubierta, en unas declaraciones recogida por The New York Times.

Más allá de sus costumbres, tras su triunfo en París, posó con la bandera de Ucrania junto a su compatriota Iryna Gerashchenko y pronunció un emocionante discurso: "Represento a Ucrania y cada medalla es importante. Lo que quiero demostrar a la gente es que nunca nos rendiremos y lucharemos hasta el final. Compito por mi gente. Puse a Ucrania en la historia del atletismo mundial con el récord del mundo (el de julio) y con este oro".