El millonario éxito de Jon Rahm tiene una doble cara: peor ranking desde que es profesional y muchas dudas sobre su futuro

Jon Rahm fue uno de los nombres del fin de semana por méritos propios. El golfista consiguió en Chicago su segundo triunfo en el LIV Golf en este 2024 y certificó su victoria en la clasificación global del circuito saudí. El doble premio también lo fue en el aspecto económico, y es que el de Barrika ingresó de una tacada 22 'kilos' que elevan su bolsa de premios anual por encima de los 35 millones de dólares, prácticamente la mitad de lo que ingresó durante siete años en el PGA Tour.

La siguiente cita que tendrá el vasco también será del LIV, que esta misma semana celebra en Dallas su final por equipos. Posteriormente, la intención del jugador es la de viajar a España para disputar el Open de España y el torneo de Valderrama para apurar sus opciones de mantener su tarjeta en el DP World Tour. Para ello necesita disputar al menos tres citas antes de final de año.

Con la victoria en el circuito saudí, Rahm silenció a muchos de los críticos que censuraron su fichaje el pasado invierno. "Es una sensación diferente. El simple hecho de poder culminar todo el buen golf de toda la temporada y especialmente hacerlo ganando individualmente hoy, creo que es lo que lo hace mucho más especial. Saber que tenía que ganar y lograrlo es algo de lo que realmente estar orgulloso", comentó ayer tras la victoria.

Pero su momento exitoso también tiene una cara amarga. Este lunes se hizo oficial la nueva clasificación del ranking mundial que mide el nivel de todos los jugadores y Rahm sigue cayendo. El vasco es actualmente el 15º golfista con más puntos y firma su peor clasificación prácticamente desde que se hizo profesional. En su primer año completo, el 2017, el de Barrika terminó el curso en cuarta posición global.

Esto tiene una explicación. Rahm ha firmado una notable temporada a nivel individual en el LIV Golf, siempre entre los diez primeros en cada torneo y con dos victorias en su palmarés. Sin embargo, la guerra que mantiene abierta el circuito saudí con el PGA Tour hace que sus jugadores no acumulen puntos salvo los que puedan amarrar en los cuatro Majors, donde el español no ha estado fino en este 2024.

Por otro lado, en el horizonte también aparece el problema que tiene para disputar la próxima Ryder Cup. Con su marcha al LIV, el antiguo circuito europeo le impuso unas multas que el vasco no está dispuesto a pagar. De hecho, por ahora ha presentado una reclamación para no tener que hacerlo mientras negocia una solución amistosa con los dirigentes. De no llegar a un acuerdo, su tarjeta quedaría suspendida y no podría ser seleccionable para el torneo que enfrentará a Europa y Estados Unidos en 2025.

"No soy un gran fan de las multas. Creo que he sido franco al respecto. No tengo intención de pagar las multas y seguimos tratando de tener una conversación con ellos sobre cómo podemos lograr que esto suceda", apuntó justo antes del torneo de Chicago. Si un juez determina que sí debe hacerlo, estará en su mano su participación en la Ryder Cup.