La guerra civil y una multa impactante ponen en riesgo que Rahm compita en Madrid: "Sería hacerle un flaco favor al golf español"

¿Tendría algún sentido que el ACCIONA Open de España de golf no admitiera a Jon Rahm? Desde luego, el de Barrika es el mejor jugador del país y uno de los mejores del planeta. Sin embargo, en tal deporte existe una especie de guerra civil que compromete seriamente cosas que a ojos del público general parecen de perogrullo. Unas declaraciones del vasco, en la previa del LIV de Chicago, han hecho saltar todas las alarmas: "Estoy inscrito en el torneo de Madrid. Que me dejen jugar o no, es otra cosa".

A día de hoy, ni siquiera el español sabe si podrá participar por todo el contexto que acompaña a la anómala circunstancia: "No soy un gran fan de las multas. No quiero pagarlas y seguimos negociando.No voy al Open de España por la gloria ni por nada. Creo que es mi deber con el gol español estar en Madrid y también en Sotogrande". Y sentencia, contundente: "Si no me dejan, sería hacerle un flaco favor al golf español".

Para entender este aparente sinsentido hay que remontarse meses atrás, cuando Jon Rahm optó por aceptar la más que suculenta oferta del LIV Golf, circuito árabe, y enrolarse en su proyecto renunciando al tradicional DP World Tour. ¿Y qué implicaba esto? Pues, entre otras cosas, no tener tan sencillo jugar la Ryder Cup, un torneo de enorme tronío y reconocimiento a nivel mundial.

Si Jon Rahm quiere participar debe, al menos, jugar cuatro torneos del DP World Tour, ser parte aunque sea testimonial del circuito europeo. Los Juegos Olímpicos han sumado el primer sello en el historial necesario del de Barrika. Aún le quedan tres pendientes y, por ello, se ha apuntado al Acciona Open de España y el Andalucía Masters.

¿Cómo es posible si ha pasado a formar parte del LIV Golf? Pues porque Jon Rahm aún mantiene su tarjeta de jugador del DP World Tour, que perderá a no ser que no dispute los torneos en cuestión. Ante esa situación, el español quiere seguir peleando su participación en la Ryder y, de paso, ofrecer en su país natal su mejor versión. Cabe recordar que un desafortunado final le privó de la medalla en los Juegos Olímpicos, uno de los grandes objetivos de su carrera deportiva y que se siente en deuda con el país, como él mismo ha anunciado en más de una ocasión.

Disfrutar bajo suelo nacional de uno de nuestros mejores deportistas a nivel mundial es, sin duda, un privilegio que ahora mismo está en el aire debido a las rencillas entre ambos circuitos.

Pero Rahm también hace hincapié en otro asunto: el abono de una cuantiosa multa por jugar en el LIV Golf. La pasada edición de la Ryder no pudo contar con golfistas ilustres de la talla de Lee Westwood o el español Sergio García por precisamente renunciar a sus tarjetas de membresía del DP World Tour. Se debe, precisamente, al acompañamiento de la decisión con unas sanciones importantes que no todos los golfistas pueden abonar con facilidad.

Pese a formar parte del PGA Tour, Jon Rahm siempre había participado en al menos cuatro torneos del DP World Tour, pero su presencia en el circuito árabe lo complica de forma considerable. No se conoce con exactitud la cuantía de las multas, si bien rondan el millón de dólares. ¿Debe pagarlas sí o sí? No. Ya ha anunciado que no tiene intención de abonarlas y que se encuentra negociando con la organización para evitar pasar por ese doloroso trámite.

Hasta un golfista de renombre como McIlroy se manifestó en su momento para seguir compitiendo contra uno de sus grandes rivales tras su marcha al circuito árabe: "Echaré de menos competir contra él cada semana". ¡Hasta cambiando las normas de la Ryder! "El Circuito Europeo deberá reescribir las reglas de elegibilidad de la Ryder Cup. Le quiero en el equipo", añadió.

Eso sí, ya en su día Jon Rahm, seguidor acérrimo de la Ryder Cup desde la cuna, reconoció que estaría hasta dispuesto a pagar por disputar la mítica competición. Y por dinero no va a ser, ya que firmó más de 500 millones por participar en el LIV Golf. Pero es un extremo que el jugador no quiere alcanzar y menos por participar y mostrar su valía en su país. A día de hoy, es una incógnita la presencia del prestigioso golfista en Madrid y Andalucía. Él, desde luego, lo tiene claro: "Si no me dejan, sería hacerle un flaco favor al golf español...".