FÚTBOL

Vitolo cuelga las botas y recuerda su infierno tras su última lesión: "Lloré toda la noche, al día siguiente dije al presidente que renunciaba a todo, no quería jugar más"

El exjugador de Atlético o Sevilla ha anunciado su retirada del fútbol en el podcast 'Actitud Constante'.

Vitolo, en su presentación como jugador de Las Palmas./ARCHIVO
Vitolo, en su presentación como jugador de Las Palmas. ARCHIVO
Jonás Pérez

Jonás Pérez

Víctor Machín, por todos conocidos como Vitolo, ha anunciado que cuelga las botas a los 35 años en el podcast canario Actitud Constante. El jugador llevaba ya más de un año sin pisar el terreno de juego y no había firmado con nadie desde que concluyese su contrato con el Atlético de Madrid. Con tres operaciones de rodilla a sus espaldas, ha dicho basta y ha renunciado de forma oficial al gran sueño de su vida. Se marcha con una carrera para el recuerdo y experiencias brillantes en el Sevilla o en el Metropolitano.

Pese a que era una decisión meditada y que conocía desde hace tiempo, no la había comunicado públicamente, aunque, eso sí, entendía que nadie le consideraba ya un jugador profesional: "La gente lo habrá sabido, llevo dos años sin jugar al fútbol". ¿Pero entonces por qué no lo comunicó nunca? El motivo no es otro que ahuyentar fantasmas y olvidarse de todo lo que le ha llevado a un infierno personal. Centrándose en su recuperación mental y a pasar tiempo junto a sus seres queridos.

"Al final lo pasé tan mal con las lesiones que dije que quería desaparecer un poco de todo el mundo y estar con mi familia. Tuve tres operaciones y fueron nueve o diez meses para recuperarme de cada una de ellas", revela ahora el exfutbolista en el podcast Actitud Constante.

El día del mañana y la manera de gestionar la riqueza de un futbolista

El podcast, especializado en negocios, inversiones y modelos de vida, afrontó también la siempre incómoda conversación de cómo un futbolista maneja su riqueza. Vitolo no tuvo problema alguno en detallar cómo ha ido creciendo también en este aspecto a lo largo de los años. Aunque no siempre resultó sencillo: "Cuando empecé monté un restaurante. No me salió bien. Por aquí pasará mucha gente, a mínimo que lo hago bien... Duré un año. De números no es que perdiera mucho dinero, pero era muy sacrificado. Me gusta controlar lo que hago".

Consciente desde el primer día de lo que tendría en el horizonte, Vitolo no quiso confiarse, como hacen tantos otros: "Siempre peleaba por cada peseta. No quería buscarme un trabajo de lo que no sé cuando me retirara. Gracias a Dios puedo vivir bien y mi familia también. Es tener cabeza y sacrificarte un poco. Hay padres que se piensan que tienen a Messi, pero a mí me educaron bien".

Toda esta dinámica, aunque parezca la más lógica, no es igual por parte del futbolista promedio. A la vista, un ejemplo: "Puedo hacer deporte normal. Siempre ha sido la misma rodilla, la derecha. Lo peor es que no sabes cuándo va a acabar. Yo me veía hasta los 40 años. Mentira. Tienes que ir poco a poco y con cabeza. Luego ya podrás hacer una locura, comprarte un coche si quieres... Me acuerdo de un compañero en la Selección que me decía que había jóvenes que tenían un Ferrari, que pedían préstamos. Hay muchos que se gastan el dinero y no sabían que tenían".

Porque por el camino, hay muchos sueños rotos y un infierno que no cesa. Vitolo volvió de lesión tras un tiempo importante de baja y poco después se volvió a romper la rodilla. Una pesadilla. "Ese día me fui a casa. Lloré toda la noche en la habitación, yo solo. Mi mujer quería estar conmigo, pero yo quería estar solo. Esto igual la gente no lo sabe, pero a la mañana siguiente le dije al presidente que yo renunciaba a todo, que no quería jugar más al fútbol. En esa última temporada quería estar cómodo, con mi gente, y que al final siguiera igual... Salí del banquillo y duré un minuto en el campo. No quería seguir sufriendo. No quería ir a mi trabajo y no estar contento", sentencia.

Una última intención y su legado en el fútbol

Pese a todas las dificultades, Vitolo intentó hasta el final continuar como futbolista de élite.Tal y como informó este medio, el pasado mes de enero estuvo una semana entrenando en un club de Emiratos Árabes Unidos para intentar relanzar su carrera profesional. El Emirates FC, sin embargo, no llegó a ofrecerle un contrato debido a sus dificultades físicas. En meses previos, se entrenó con Las Palmas y aún contaba con un contrato sin ficha con el Atlético de Madrid.

"En el Atlético fueron más años malos que buenos. Por las lesiones. Yo no me meto en follones ni nada, si me llega a aguantar el físico... Me hice bastantes pruebas y nunca encontré una respuesta. Pero me llevé buenos amigos de ahí y estuve a las órdenes de Simeone", relata.

Las ofertas exóticas tampoco le terminaron de convencer: "El dinero no lo es todo, tienes que priorizar el bienestar de tu gente... Cuando terminé tuve la posibilidad de ir a varios sitios, pero decía qué pinto yo en este sitio. Ya cuando tienes niños, tienen que ir al colegio... Si estás tú solo aguantas un año... Pero no quería mudar a mi familia a un sitio en el que no iban a ser felices".

Vitolo ha vivido una carrera deportiva de altos y bajos marcada por las lesiones. Hasta 23 ha sufrido, pero las de rodilla fueron especialmente graves y condicionaron su día a día. En sus dos últimas temporadas, apenas pudo disputar siete partidos en el Getafe y ocho en la Unión Deportiva Las Palmas. Su condición ya era tal que era impensable creer en recuperar su mejor versión. Un problema muscular le tuvo cuatro meses fuera de los terrenos de juego, el día en el que volvió se lesionó otra vez de la rodilla. De la maldita rodilla.

Nada que recriminar a un jugador con una carrera intachable. Le avalan, por ejemplo, 23 goles y 30 asistencias en 203 partidos de Primera División. También ha disputado 37 en Europa League (8 tantos y 11 pases de gol) y 24 en Champions (1 y 2). Tampoco está mal su palmarés: tiene una Liga con el Atlético en la 20/21, una Supercopa de Europa también con los rojiblancos y ¡¡¡cuatro Europa League!!! entre su etapa en Madrid y la de Sevilla (2014, 2015, 2016 y 2018). Unos registros que solo han logrado Reyes, con cinco, y también con cuatro Jesús Navas, Vicente Iborra, Carriço, Kevin Gameiro y Beto.

Todos, claro, con experiencia en Nervión, donde Vitolo fue muy feliz y recibió su gran oportunidad: "Teníamos un gran grupo en el Sevilla. En el fútbol pasas más tiempo con tus compañeros que con tu familia. Si no se llevan bien los jugadores, ya pueden ser todos estrellas que no vas a conseguir nada exitoso. Lo fundamental es que sea un grupo bueno. Llegué a Sevilla y Reyes me acogió muy bien. La Selección es increíble. Me llamó mi representante y me dijo que podía ser. Vicente del Bosque no rotaba tanto con la Eurocopa y el Mundial. Eso es impresionante, no hay palabras".

Se retira, pues, un jugador de leyenda, de enorme carisma y desborde por banda, internacional con España. Vitolo dice adiós a un fútbol que ya le había despedido cuando un sinfín de lesiones se plantaron en su camino. Pero es él ahora el que decide marcharse, con el honor de siempre habérselo dejado todo en el terreno de juego. El futuro ya se verá: "Ahora mismo no sé qué hacer. Entreno, juego, voy al pádel, me divierto un poco. No sé lo que va a deparar el futuro. Haré caso a lo que me venga de dentro".