Vinicius colapsa en el apagón blanco

Ni un partido tranquilo. Y a pesar de ello, ahí está, todavía con posibilidades de ganar el título de Liga y con la esperanza de que todo puede pasar si ganara o ganase en Montjuic la próxima jornada. Por las sensaciones que ofrece un partido sí y otro también, parece complicado que lo pueda conseguir, pero en un duelo directo todo puede pasar. También cuesta justificar que con su limitado juego y sus limitaciones defensivas continúe en la pelea y, sin embargo, no cede en su empeño. Ahí está. Vivito y coleando.
La realidad es que este Madrid todavía de Ancelotti no es capaz de darse un gustazo. Ni a sí mismo, ni a una afición que está aguantando más de lo que cabría esperar... hasta el día que el Bernabéu explote de verdad. Ni un 3-0 a los 48 minutos le es suficiente para saborear una victoria que parecía asegurada, entre otras razones, porque el Celta no había sabido ser el Celta salvo los diez primeros minutos. Cierto es, y valga como atenuante, que el técnico italiano tuvo que improvisar un cuarteto defensivo, pero es innegociable que del centro del campo hacia adelante pudo componer un equipo suficientemente cualificado como para sacar adelante un duelo en el que llevas tres goles de ventaja. Estaban Valverde, Bellingham, el renacido Guler, Mbappé y estaba, aunque sin estar, Vinicius.
El rendimiento del brasileño en los últimos encuentros merece un análisis pormenorizado que, me consta, se está llevando a cabo en varios departamentos del club y al más alto nivel. Este domingo dio la sensación de que era uno de esos días en los que no estaba por la labor. Un par de arrancadas en la primera parte... y desapareció de la escena. Colapsado. Mientras Mbappé crecía con sus dos goles, uno con la derecha, otro con la izquierda, Vinicius se difuminaba pegado a la banda izquierda con una participación mínima en el juego de ataque de su equipo. Apático. Ni con sonrisas ni con protestas. Perdido. Subido a una línea descendente que queda reflejada en los malditos datos: tres goles en los 13 últimos partidos Ligas y solo uno en los seis últimos encuentros de la Champions, los de las tres eliminatorias contra el City, Atlético y Arsenal.
Lo que para muchos, entre los que me incluyo, parecía imposible, que dos futbolísticos de la categoría de Mbappé y Vinicius pudieran ser incompatibles, o para no ser tan drásticos, no terminaran de entenderse y ponerse de acuerdo, está sucediendo y poniéndose más de manifiesto según avanza la temporada. Su conexión ha ido de más o a menos y la batalla la está ganando claramente el francés y perdiendo el brasileño. Ahí están los goles de uno y de otro para explicarlo.
Tiempo hay, desde luego, en el futuro para que puedan ambos puedan congeniar y ser perfectamente compatibles. A lo mejor el próximo entrenador es capaz de conseguirlo, pero lo que es una evidencia es que, hasta ahora, Ancelotti no lo ha terminado de conseguir. Al menos con un mínimo de continuidad. La más pura lógica futbolística apunta a que dos jugadores de tal tamaño no solo puedan jugar juntos, sino que deberían triunfar juntos. Y la historia está plagada de ejemplos que lo confirman… Y más en los clubes grandes.