Vicente Engonga, tras ser despedido de la Federación: "Deciden lo que es mejor no sé si para la RFEF, pero sí para ellos"
El exjugador de Celta, Valencia y Mallorca, entre otros, repasa su carrera futbolística con las miras puestas ya en el futuro: "Yo lo que quiero es entrenar".
"La familia te la dan, los amigos tienes que escogerlos. Es importante este consejo que me dio mi padre", dice al otro lado del teléfono Vicente Engonga (Barcelona, 1965) desde Jeddah, donde acompaña al Mallorca invitado por el club como campeón de la Supercopa que conquistó el club balear en 1998 frente al FC Barcelona. Lo hace menos de una semana después de su salida de la RFEF, donde desde 2018 alternó funciones con la selección absoluta y las inferiores, de la Sub-14 a la Sub-21. "Llega un presidente y una directiva nueva y deciden lo que es mejor no sé si para la RFEF, pero sí para ellos", afirma el exfutbolista de Celta, Valencia o Mallorca, entre otros, sobre su salida de la Federación, de donde se ha marchado con "un poco de rabia. En el mundo del fútbol a veces no cuenta o no se valora el trabajo que tú haces", y con otra sensación importante: "En la selección hay una cantidad de buenas personas espectacular. Es una de las cosas que con Luis Enrique y ahora con Luis más se ha implementado. Cuando les oigo que hablan de familia y les ves comportamientos en su día a día, es una cosa increíble".
El mayor de cuatro hermanos, el primer jugador negro nacido en España en jugar en la Selección, destaca precisamente cómo él pudo vivir su carrera de mediocentro gracias al trabajo de su familia, de sus hermanos. "Mi padre se quedó en paro y el mayor era yo, con lo cual en teoría yo debería dejar de estudiar y llevar dinero a casa. Fueron mis dos hermanos los que dijeron que no querían seguir estudiando al año siguiente. Mi hermano Julio empezó con grúas, mi hermano Rafa, que ya no está en este mundo, es el que se metió a albañil. Por su sacrificio fue por lo que yo al final sí que he conseguido estar ahora aquí hablando contigo", reseña un Vicente Engonga agradecido, con el que hablamos de nombres como Luis Aragonés, Rivaldo o Mijatovic, y que ya mira al futuro, más allá del partido de esta noche frente a un Real Madrid en el que renunció con 20 años a hacer una prueba por no romper el reencuentro familiar en Cantabria después de su servicio militar: "Vivo más a gusto cerca del campo que cerca de la tribuna. Cuando acaba el fútbol hay gente que sirve para unas cosas y gente que sirve más para otras, y yo sirvo para esto. Quiero ser entrenador, está metido en la sangre".
Vaya etapa aquella que vivisteis en Mallorca, Vicente. Aquel año 98 inolvidable, con la final en la que caéis en penaltis ante el Barça en Mestalla y ganasteis la Supercopa. Os resarcisteis y os impusisteis al equipo culé. ¿Cómo la recuerdas?
Aquella etapa fue una sorpresa para la gente en general, pero para los que estábamos jugando en ese momento en el Mallorca fue menos sorpresa, porque desde el año anterior ya le habíamos puesto en muchos problemas al Barcelona. Recuerdo que habíamos jugado incluso en pretemporada del año 97 contra ellos y ellos sabían que éramos un equipo duro. La final que perdimos en Mestalla digamos que nos sentimos un poco vencedores por la manera en la que se desarrolló todo, y a los meses siguientes, en pretemporada, les teníamos muchas ganas. Teníamos ganas de demostrarles que podíamos ganar un título, sabíamos que era nuestra oportunidad, que nunca sabes cuándo vas a tener otra y les ganamos dos partidos.
¿Y qué esperas ahora del partido de mañana contra el Madrid? ¿Qué opciones le ves al Mallorca?
Yo creo que si el partido se acerca al rendimiento que está dando el Mallorca en Liga, tienen posibilidades de ganarle al Real Madrid, la verdad. Creo que el Real Madrid en este torneo es más difícil de ganar el día de la final que en el partido anterior, y el Mallorca yo creo que también es consciente de ello. Va a tener que jugar un partido muy bueno, dentro de las limitaciones que pueda tener el Mallorca, y creo que tienen bastantes fundamentos para poner en problemas al Madrid.
¿Por qué es más difícil ganarle en la final que en la semifinal?
Porque yo creo que los futbolistas, en general, del estilo de los que están en el Real Madrid o en un FC Barcelona los días que juegan finales son muy determinantes, están muchísimo más metidos, se les nota mucho más enchufados, han jugado más veces finales que tú y aunque juegues muy bien, no sabes por qué, muchas veces acabas perdiendo (se ríe) y, sin embargo, cuando es una semifinal, la cabeza de estos futbolistas no es lo mismo y sí que puede haber más sorpresa.
La sanción finalmente de dos partidos a Vinicius le permite jugar la Supercopa. ¿Te ha sorprendido la sanción? ¿Te ha parecido justa? ¿La esperabas?
Bueno, yo tampoco puedo decir si son justas o injustas las sanciones. Está claro que el futbolista tenía que ser sancionado, que si le ocurrió algún hecho de xenofobia o racismo también deberían de ponerse todos los medios al alcance para corregir esta situación y a partir de ahí, le han sancionado con dos partidos, pues dos partidos, porque yo creo que en la justicia deportiva deben valorarlo los que tienen que hacerlo. No sé si va a jugar, es que es una cosa que no me ha preocupado. Cuando estábamos en el avión, estaba prácticamente contando a los jugadores del Mallorca, a ver si venían todos (se ríe). En estas últimas 48 horas no he pensado para nada en el Real Madrid. Imagino que el jueves igual pienso un poco más en los jugadores del Madrid. Vengo con el Mallorca y aunque no estoy dentro de lo que es la estructura o no pertenezco al club, lo único que me preocupa es que los futbolistas del Mallorca lo hagan muy bien.
Vaya trabajazo que está haciendo Jagoba, con el equipo en puestos europeos. ¿Qué destacas del técnico?
Yo creo que es un entrenador que desde antes de llegar ya tenía buen cartel en la isla. Sus equipos siempre han sido bastante agresivos, ambiciosos y siempre que han podido jugar, han jugado, y eso ha sido importante aquí en Mallorca, porque en las últimas temporadas con Aguirre la gente ha empezado a desilusionarse un poco, porque el equipo tenía un muy buen rendimiento defensivo, en general, pero en la parte ofensiva le costaba más, se hablaba de que tenía mejores futbolistas y, a veces, cuando la afición no acaba de tener conexión con el entrenador, con el juego del equipo, también se nota en todo el ambiente.
La llegada de Jagoba me parece que era un buen cambio, a mí particularmente me gusta mucho como entrenador y luego el rendimiento que está sacando. Creo que ha sido muy inteligente con el equipo a la hora de dejar dos o tres detalles que ya los jugadores los tenían muy asimilados, y conceptos, sobre todo en defensa, que lógicamente son necesarios o ha pensado que eran necesarios y ha ido incorporando cosas de agresividad, de ataque, de todo. Ves que a los futbolistas, que el año pasado les costaba igual más hacer un regate o soltarse para llegar al ataque, ahora tiene el Mallorca muchas jugadas. Que si el año pasado había un centro y había uno o dos en el área, este año hay cuatro o cinco. Entonces, es un cambio bastante grande a nivel mental, porque yo creo que los jugadores incluso ahora se lo están creyendo, están más metidos con la idea y cuando un equipo está así es más difícil que pierda.
¿Qué te parece a ti que la Supercopa de España se dispute en Arabia, Vicente?
A nivel de afición normalmente no gusta y yo lo entiendo. A lo mejor sería mucho más bonito que se jugara, no sé, como se jugaba cuando la gané yo, a ida y vuelta en los campos de los que llegaron o se hiciera un torneo en España, pero está claro que en el mundo del fútbol hoy en día manda mucho el tema económico.Al final yo lo que quiero ver o lo que me parece es que gracias a cómo se está jugando ahora la Supercopa hay clubes que tienen la suerte de al final de temporada o al principio recibir más dinero por ciertas cosas. Entonces, yo creo que la que peor para sale, en general, es la afición de los equipos que se clasifican pero, por otro lado, también es cierto que para el fútbol y, sobre todo, para muchos equipos del fútbol modesto, el hecho de que la Federación Española gane algo de dinero es mejor para ellos, porque al final va repartido para ellos.
"Sería mucho más bonito que la Supercopa se jugara como cuando yo la gané, a ida y vuelta en los campos de los que llegaron, o un torneo en España, pero en el mundo del fútbol hoy en día manda mucho el tema económico"
Fue una decisión, como dices, de la Federación, de la que has salido hace apenas unos días en esta ola de despidos tras la llegada de Louzán a la presidencia. ¿Cómo estás a este respecto? ¿Cómo lo has vivido?
Yo estaba muy contento en la Federación con el trabajo que llevaba haciendo los últimos dos años. Sí que es cierto que al principio estaba trabajando de coordinador delegado en la selección absoluta, pero desde el Mundial he estado trabajando de entrenador, de segundo entrenador, de ayudante técnico entre todas las categorías, entre sub-14 y sub-21, alternando selecciones y disfrutando muchísimo de todas las labores que he estado haciendo de scouting, de ir a Europeos, a élites, a torneos, y he disfrutado mucho, porque a mí lo que más me gusta es hacer de entrenador y de técnico. Y por ese lado y por el ambiente que he vivido, con lo bien que trabajan todos los compañeros que he tenido en categorías inferiores, me ha dado un poco de rabia, lógicamente, pero son situaciones que uno no puede arreglar. En el mundo del fútbol a veces no cuenta o no se valora el trabajo que tú haces y se valoran otras cosas. No puedo decir mucho más, la verdad.
¿Qué crees que se valora? ¿Y cómo valoras tú a su vez los cambios que está habiendo en el organismo, la llegada de Louzán…?
Los cambios (resopla) podría valorarlos de muchas maneras, pero tampoco soy quién para valorarlos. Llega un presidente nuevo y luego hay una directiva nueva y deciden lo que ellos piensan que es mejor para ellos, claro. No sé si para la Federación, pero para ellos sí. Entonces, a partir de ahí, tampoco es que tampoco puedo decir mucha cosa más. Que me gustaría que no fuera así y poder estar trabajando ahí, porque la verdad es que hacía mucho tiempo que no disfrutaba de trabajar como los últimos dos años, con todo lo que he hecho ahí abajo en las selecciones inferiores.
"Me ha dado un poco de rabia salir de la Federación. En el mundo del fútbol a veces no cuenta o no se valora el trabajo que tú haces"
Ha habido unas elecciones y ha ganado un presidente, y es como cuando estás en un club y estás de entrenador y te cambian el director deportivo o cambia el presidente, hace cambios. Yo creo que siempre la persona que entra a un sitio, hoy en día, lo primero que mira es de intentar implantar su idea, y en su idea puedes estar dentro o puedes estar fuera. A eso me refiero, a que muchas veces no se mira si has hecho las cosas mejor o peor, simplemente se mira que yo pienso que esto tiene que ser así y tú, por lo que sea, no te quiero o no me vales o no me sirves.
Tú entraste en 2018, con la primera convocatoria de Luis Enrique, y en los primeros años, como decías, actuabas como delegado de la selección absoluta. ¿Cuál es el mejor momento que has vivido al lado de la selección? El recuerdo que te llevas para siempre, esa imagen, ese jugador…
Eso te iba a decir, el tipo de futbolistas que están yendo a la selección, porque todo el mundo mira mucho lo buenos que son, lo rápidos que son, lo altos que son, pero la realidad es que en la absoluta, por lo menos en los últimos años que yo he vivido, hay una cantidad de buenas personas espectacular, y es una de las cosas que entre la llegada de Luis Enrique y ahora con De la Fuente más se ha implementado en la selección. Por eso ahora, cuando yo les oigo que hablan de familia y les ves los comportamientos en su día a día, es una cosa increíble, pero increíble.
Hay situaciones que yo he vivido entre jugadores de los grandes clubes de España, de ver un domingo equis pelea y verles al día siguiente abrazados y comiendo juntos y gastando bromas ellos dos a otros, que la gente no se lo creería, y eso no lo hace gente que esté pensando sólo en el yo. Y es por eso por lo que la selección está teniendo tantos triunfos. El seleccionador eso ya lo conocía, eso desde categorías inferiores se está buscando, no sólo que tú seas un jugador muy bueno, sino que tengas las capacidades para entender que sin el resto de los diez, si no eres compañero, no vas a ganar nada. Se mira muchísimo y yo creo que ése es el reflejo de lo que ha pasado en esta Eurocopa.
No le ponemos nombre a esa situación, a esos dos futbolistas…
No, no, no. (Sonríe). Ésas son cosas que se queda uno para sí mismo, situaciones que yo he vivido tanto en la absoluta como en la selección sub-14. Tú ves detalles de niños y ves detalles de hombres que piensas 'si esto lo viera la gente, seguramente cambiaría muchísimo la idea que se tiene de muchos futbolistas'. Luego, de repente, hay gente que ve equis documental y se da cuenta de 'anda, pues yo pensaba que…' Con lo que me quedo, y a veces no es tan fácil, es con tantas buenas personas juntas. Y no te hablo sólo de los futbolistas: te hablo de staff, de médicos, de encargados de material. Yo lo que he vivido, ufff, eso se va a ir conmigo, pero muy, muy, muy importante. Y extrapolado a lo que yo he vivido en sub-21, en sub-19, en sub-18, en sub-15, claro, tú si vives eso, ¿cómo me voy a querer ir? (Se ríe).
El que tuvo que salir antes fue Rubiales. En tu contrato, al principio, ponía que tú estabas “a disposición del presidente”. ¿Qué relación has tenido con él y cómo viviste sus últimos momentos, toda la polémica o polémicas, la tensión que se generó con sus últimas actuaciones previas a su marcha?
Bueno, por un lado, estuve muy contento cuando llegué al trabajo y, luego, todo el tema de la salida me dio pena en general, no sólo por él, por todas las situaciones que se vivieron, por todas las situaciones que se viven hoy en día sobre ciertos temas que prefiero no hablar. Lo vives desde la pena de ver que una cosa que parecía que iba muy bien, se lió de tal manera que parecía que el fútbol español era un desastre total. Espero que después de lo que ha pasado en estos últimos tiempos y viendo el ejemplo que han dado todas las selecciones en todos los torneos este final de temporada pasado, se piense un poquito más en que el fútbol es fútbol y que al final lo más importante es lo que pasa dentro del terreno de juego. El ejemplo que están dando todas las categorías inferiores de la selección y la selección absoluta es ése. Yo creo que ésa tiene que ser la base para que tanto Federación como todos los estamentos del fútbol puedas decir: 'Escucha, que somos los mejores del mundo. No vamos a ensuciarnos encima nosotros'. Ésa es la cuestión.
¿Cuál era el trabajo que hacías en esa primera etapa, Vicente, en la que estabas a disposición de Rubiales?
En la primera etapa hacíamos labor de un poco de representación y, luego, con el cuerpo técnico siempre estábamos en contacto por cualquier cosa que pudieran necesitar, lo mismo con algún jugador… Cualquier cosa. Estábamos un poco para todo.
Tú también fuiste internacional, pero tardío. Debutaste en Primera con el Valladolid con 26 años y en la selección con 32, en un amistoso contra Rusia. En aquel momento fuiste el jugador más veterano en debutar con la selección: 32 años y 3 meses. ¿Qué significó para ti vestir la camiseta de la selección?
Un orgullo absoluto. Un poco incrédulo cuando me llamaron. Totalmente, de verdad.
¿Cómo fue?
Pues fue después de jugar un partido en la primera eliminatoria de Recopa con el Mallorca de la historia, que jugábamos en Escocia, y cuando volvimos al día siguiente de ganar allí, estábamos en el hotel concentrados y vino el delegado del equipo en la comida, Damián Amer, y me dijo: 'Toma, que tienes una llamada, Negro'. Cogí el teléfono y una voz al otro lado me dice: 'Vicente, enhorabuena, que estás convocado con la selección española', y yo me quedé mirando a Damián, que se reía, y recuerdo que contesté: 'Venga, déjate de tonterías, ¿quién eres? ¿Qué me estás vacilando?' 'Que no, que no, que soy Mateo'. Era Mateo Alemany, el gerente.'Que soy Mateo, que sí, que te ha convocado la selección y enhorabuena y tal'. Y yo: 'Ah, bueno, vale'.
Y le di el teléfono a Damián y mis compañeros se quedaron mirándome los tres que tenía en la mesa, y me veían en la cara y dicen: '¿Qué te ha pasado?' Y digo: 'Que me dice Mateo que me ha convocado la selección'. Y yo flipaba. (Se ríe). Hasta que no llegué a la habitación y vi las llamadas perdidas que tenía en el móvil, no me lo creí, pensaba que era una broma.
No sólo no fue una broma, sino que jugaste la Eurocopa del 2000, de Bélgica y Holanda, once internacionalidades.
Disfruté mucho, sí. Fueron dos años, porque fue entre el 98 y el 2000, y disfruté muchísimo de todo el tiempo. Disfruté todo lo que pude, porque la verdad es que cuando te pasa una cosa de éstas, y ya con la edad que tenía yo no era para ponerse nervioso tampoco. Si hubiera sido con 18 años o con 20, a lo mejor me hubiera puesto nervioso, pero esto ya era en plan 'voy a disfrutar, voy a ayudar a mis compañeros en todo lo que pueda' y eso hice.
¿Alguna anécdota que recuerdes especialmente de aquellos años en la selección?
No… Viví muchas risas (se ríe) y muy buen ambiente, porque en esa selección había mucha gente que tenía mucha chispa, pero no…
¿Como quién?
Como Luis Enrique mismo, Toni el portero, Kiko... Había mucha gente que te hacía las concentraciones mucho más ligeras y con muchas risas en los entrenos y en todo. A veces se añoran un poco estos tiempos, ¿sabes? Pero bueno, son cosas que tengo la suerte de haber vivido. Siempre lo he dicho, he llegado tarde a muchos sitios, pero he llegado.
"He llegado tarde a los sitios, pero he llegado"
Y cuéntame, por favor, porque preparando la entrevista he leído que con tus hermanos, Óscar, Julio y Rafael, estuvisteis a punto de ser internacionales por Guinea Ecuatorial, pero que “el dinero se os perdió en Madrid”. ¿Cómo fue esto? ¿Qué pasó?
Bueno, se nos perdió en Madrid… La cuestión es que cuando yo estaba en el Sporting Mahonés y mi hermano Óscar creo que estaba jugando en el Langreo ese año, recibí una carta en Mahón, que nos querían convocar para la selección de Guinea y que si estábamos dispuestos a ir, nos enviarían los billetes. Estamos hablando de hace muuuchos años (se ríe), que no era tan fácil ir a África como ahora. Nosotros, yo particularmente, no quería ir, a mis hermanos ya les dije que no, pero no sé si fue alguno de mis hermanos que dijo que él sí estaría dispuesto a ir a la selección.
Mi padre no nos decía nada, pero por dentro yo sabía que a él le hubiera gustado que yo hubiera dicho que sí. Entonces, por lo visto, hubo un momento en el que a algunos de mis hermanos le tenían que enviar el dinero, pero el dinero llegó a Madrid sólo, o eso cuentan, y a partir de ahí no sabemos más, ni del viaje ni de nada. (Se ríe). Es como una anécdota. Luego, cuando fui seleccionador de Guinea Ecuatorial en 2008 llegué por allí, por la tierra de mi padre, empiezas a ver situaciones y a ver cosas que ocurren y dices: 'Bueno, pues tampoco me extraña que hace diez años se haya perdido dinero por el camino'. Allí es levantarte para intentar vivir el día. Si es por la mañana, no piensan en la tarde y si es por la tarde, no piensan en la noche. Ellos simplemente viven, o sobreviven. Es otra manera de entender la vida y tiene sus cosas buenas y sus cosas malas, como todo.
¿Y a tus hermanos y a ti me cuentan que os llamaban los Dalton? He visto la foto, por cierto, de tu WhatsApp, de los cuatro, con tu padre…
(Se ríe). Bueno, igual con la foto lo has entendido más lo de los Dalton. Porque éramos cuatro hermanos y en poco tiempo, y cuando íbamos los cuatro juntos a veces en el barrio, en plan de broma, nos decían que éramos los hermanos Dalton, pero no éramos tan malos, ¿sabes? Por suerte, no salimos ninguno ni atracadores ni ladrones ni cosas de éstas.
Tú “saliste” futbolista y tus hermanos, albañiles, algo que a ti te hizo valorar todavía más tu vida como futbolista, ¿no es así?
Sí, porque yo el barrio en el que me he criado era barrio obrero, tengo mis amigos de toda la vida allí, no era una vida dura porque nuestros padres trabajaban mucho, pero tampoco era una vida sencilla. Hemos tenido siempre a nuestro alcance muchas cosas que alguna gente ha caído y otra no. Entonces, creces, intentas ser lo mejor que puedas en lo que te gusta. A nosotros nos salió el fútbol y hubo un momento en el que mi padre se quedó en paro y había que llevar algo de dinero a casa y el mayor era yo, con lo cual en teoría yo debería dejar de estudiar y llevar dinero a casa, pero yo en ese momento había empezado 1º de FP (de Electricidad) y fueron mis dos hermanos los que dijeron que no querían seguir estudiando al año siguiente. Mi hermano Julio empezó con grúas, mi hermano Rafa, que ya no está en este mundo, es el que se metió a albañil, y si ellos no hubieran hecho eso, yo no hubiera llegado nunca a jugar en Primera división, a hacer estudios y a hacer todo lo que hice. Por su sacrificio fue por lo que yo al final sí que he conseguido estar ahora aquí hablando contigo.
Por tu debut tardío en Primera, como hablábamos, ¿pensaste que tendrías que dedicarte a otra cosa, a otra profesión?
Sí. Realmente, yo con 25, el verano que firmé por el Valladolid, en abril o mayo había renovado por el Sporting Mahonés. El presidente que había en ese momento, Gaspar Melsión, me había ofrecido cuatro años con equis dinero al mes y con trabajo en una fábrica que había en Mahón que era de bisutería, Catisa, que era de él, y yo había dicho que ok, lo que pasa es que luego en junio fiché en el Valladolid, pero si no, el año siguiente seguramente hubiera estado trabajando y jugando en el Sporting Mahonés.
La vida y esos momentos que te la cambian, porque de Valladolid ya fuiste a Vigo y estuviste dos años que, aunque los más importantes fueron en Mallorca, pero te catapultaron. Porque de ahí ya llegaste al Valencia, a vivir el subcampeonato… Ya fue otra dimensión.
Sí, totalmente. A veces cuando se habla de si un futbolista es mejor jugador o peor jugador, de la edad que tiene, si tiene 21, 23... Hay momentos en los que la situación es muy simple: tú tienes una oportunidad y estás preparado o no estás preparado. Yo en el Mahonés jugué el primer año en Tercera y, luego, cuatro en Segunda B. En el momento en el que fui a hacer con el Valladolid una prueba y entrenar con ellos, me ficharon. Sería que estaba preparado para jugar a ese nivel. De hecho, yo jugué en el Mahonés mi última temporada 35 o 36 partidos en Segunda "B", y el año siguiente en el Valladolid en Primera jugué 35 partidos. Entonces, a veces el hecho de jugar un jugador en equis categoría igual no implica si tienes un nivel un poco más alto o un poco más bajo. A veces le das la oportunidad a un futbolista de estos, como me pasó a mí, y demuestras que estás a nivel para jugar en Primera división. Fue mi caso.
"Siempre he pensado que tenía enfrente al mejor jugador del mundo, y siempre intentaba estar a la altura del que tenía enfrente"
Exjugador del RCD Mallorca¿Qué destacas de aquellos dos años en Vigo y luego en Valencia, con Luis Aragonés?
Las características que yo tenía cuando jugaba en Segunda B es como una base, luego fui creciendo un poco en todos los aspectos. Yo creo que mi gran virtud ha sido mentalmente aprender, aprender mucho de los entrenos y de los partidos, y eso es lo que a lo mejor me hizo progresar tanto como para poder llegar a ser internacional. En Vigo coincidí con una serie de jugadores y de veteranos que fueron una maravilla en mi carrera: Vicente, Atilano, el 'Flaco' Gil, Maté, que eran gente que te apretaba, que te empujaba, que te ayudaba y me hicieron crecer mucho al jugar a su lado. Y, luego, cuando llegué al Valencia, el primer año fue difícil porque me lesioné y encima ficharon a un pedazo de jugador como Mazinho, que venía de ser campeón del mundo, y jugué poco ese primer año, y luego el segundo año ya jugué más. Y también, aprender del día a día, mejorar al lado de los futbolistas buenos que tenía, darlo todo en cada entreno porque siempre he sido un futbolista que he pensado que, en mi manera de ser, entrenar bien y entrenar a tope y solventar situaciones cuando entrenaba me ayudaba mucho para los partidos y, luego, intentar dar siempre el nivel. Siempre he pensado que tenía enfrente al mejor jugador del mundo, y siempre intentaba estar a la altura del que tenía enfrente.
¿Y quién es el mejor realmente que tuviste enfrente?
Ufff, es que he tenido futbolistas buenísimos enfrente mío que me han creado 200 mil dificultades (se ríe). Así a bote pronto, un tipo como Alfonso cuando jugaba en el Betis, Luis Enrique, Zidane en la última etapa, tener enfrente al Ronaldo del Barça, al Rivaldo del Dépor. El Rivaldo del Dépor es de los mejores futbolistas que vi en mi vida. A Figo. Es que han sido bastantes, y me dejo muchos… Hay muchos jugadores que yo cuando los veía por la tele unos años antes les admiraba, y cuando los tienes delante es como ufff, no puedo hacer el ridículo delante de éste. (Se ríe).
"El Rivaldo del Dépor es de los mejores futbolistas que vi en mi vida"
Después de esas tres temporadas en Valencia, Vicente, formaste parte de ese éxodo de jugadores que salisteis del club rumbo a Mallorca y, como suele decirse, no hay mal que por bien no venga, porque viviste una gran época y generaste un vínculo para siempre por el que estás hablando ahora mismo desde Arabia Saudí, con el Mallorca.
Sí. La verdad es que no me gustó nada salir del Valencia, porque yo pensaba que tenía sitio y que podía jugar, pero el club pensó que no, y ya a última hora casi que me uní a los cinco compañeros que iban para Mallorca. Y en el Mallorca lo que encontré fue un ecosistema para jugar y para hacer las cosas que me hizo crecer un montón, pero un montón. Y gracias a mi esfuerzo, pero a mis compañeros, a todos los compañeros que tuve en esos dos primeros años fue por lo que llegué a ser internacional.
¿Cuál es el mejor recuerdo de su primer paso por la isla? Fueron 191 partidos, con aquella Copa y Supercopa del 98, la Recopa del 99 y está escrito en la historia del club que marcaste el primer gol del Mallorca en la Champions, contra el Arsenal.
Sí, es cierto, sí. Lo metí de penalti. Bastante fácil, por cierto. (Se ríe).
¿Por qué fue fácil?
No sé, siempre he tenido tranquilidad para hacer eso y fue una sensación de 'bueno, lo voy a tirar', y vi que el portero se movía y dije: 'Pues por el centro'. Ha habido bastantes veces que aficionados del Mallorca me decían: 'Va, ¿y no te daba miedo tirar un penalti? Y, bueno, la verdad es que siempre he sido, dentro de los nervios, bastante tranquilo para estas cosas y para equis situaciones dentro del campo y no me parecía que era muy complicado ese día meter gol, y por suerte sirvió para ganar.
Y con lo que me quedo, realmente, aparte de con el título de la Supercopa lógicamente, fue con la temporada que hicimos con Luis Aragonés, que nos clasificamos para Champions. Fue un año buenísimo, muy hermoso, las vivencias que tuvimos todo el grupo, y todavía lo recordamos.
Tú ya conocías a Luis de tu paso por Valencia. ¿Alguna anécdota, alguna frase, algún momento que no se te olvide nunca del tiempo que compartisteis?
Sí, (se ríe), con él nos reíamos mucho porque nos hacía gracia, se equivocaba mucho en los nombres de los futbolistas. A Olaizola le llamaba Orisaola y cosas así, pero sobre todo hay una cosa de cuando estaba en el Valencia: hubo un partido que jugamos en Santiago de Compostela y ganamos 1-4. Pedja Mijatovic metió tres goles y entrábamos todos hacia el vestuario allí en el campo del Compos, en San Lázaro, alegres, hablando y tal. Llegamos al vestuario y entró el míster y empezó a echarle una bronca a Pedja Mijatovic… pero increíble, y el vestuario empezó a quedarse en silencio y "que usted tal, porque usted no ha hecho', y era porque sí es cierto que Pedja había metido tres goles, pero Luis le había dado dos instrucciones que él durante la mayor parte del partido no había cumplido y, claro, todos estábamos con una cara y todos acabábamos pensando: 'Jolín, che, le está haciendo esto a Pedja…" Yo lo que creo es que eso lo hizo un poquito por que el grupo no se relajara y por que todo el mundo pensara que si él decía algo, había que arrimar el hombro e intentar hacerlo, pero en ese momento si tú vieras las caras… Yo recuerdo mirar a mis compañeros y yo seguro que tenía una cara como de ufff, ¿qué está pasando?
¿Y qué le había pedido, qué le había dicho que tenía que hacer? ¿Lo recuerdas?
Sí, que cuando no tuviéramos el balón se pusiera en banda derecha cerca de Nacho, porque Nacho era un futbolista que había sido compañero mío en el Celta, que jugaba muy bien, tenía muy buena salida de balón, llegaba por fuera, centraba. Entonces, que cuando estuviéramos ordenados y bajáramos a defender, que él se abriera a la altura de Nacho para que Nacho tuviera más dificultades para subir, y Pedja pasó y se quedó por el centro todo el partido. (Se ríe).
¿Y la otra cosa?
Que, luego, cuando nosotros recibiéramos la pelota él intentara buscar la espalda de los medios contrarios, y Pedja siempre salía corriendo en estampida en vez de buscarla. O sea, hizo todo al revés y metió tres goles. (Se ríe).
Tu paso posterior por el Oviedo y el Coventry City ya fue residual antes de colgar las botas y llegar a los banquillos. ¿Qué destacas de tu etapa final en el fútbol?
Pues la verdad es que si hubiera seguido en el Mallorca, igual hubiera jugado algún año más, pero en el momento en el que en el Mallorca ya me dijeron que tenían que rescindir y que tenía que salir del club, busqué ir a algún sitio que me gustara. Inglaterra me gustaba y en verano no acabé de concretar, entonces fui a Oviedo, que estuve muy bien, la verdad. La situación del club no era muy buena pero a nivel de compañeros y de comportamientos y de ciudad y de todo la verdad es que estuve muy bien en Oviedo, y luego sí que en enero fui allí a Inglaterra, a Coventry, y disfruté mucho, lo que pasa es que tampoco se pudo dar el hecho de renovar allí. Y ya de vuelta a la isla era como que me costaba mucho hacer otra vez las maletas para salir y hablé con el club y fue cuando empecé ya a trabajar en el Mallorca como segundo entrenador de Toni Cazorla en el Mallorca B.
Y, luego, has entrenado en Hong Kong, en Arabia Saudí, precisamente, fuiste seleccionador como decías de Guinea Ecuatorial, ahí sí que hiciste las maletas. Y ¿quieres volver a hacerlas? ¿Quieres volver a entrenar?
Sí, sí, sí. Yo me siento entrenador y, además, no es que me sienta primer entrenador o segundo entrenador, me gusta mucho el fútbol, analizarlo, ayudar a los futbolistas a crecer. Entonces, pues sí, quiero ser entrenador, es de lo que estoy buscando ahora volver a hacer, está metido en la sangre.
"Quiero ser entrenador, es de lo que estoy buscando ahora volver a hacer, está metido en la sangre"
¿Cómo ha sido el reactivarte en esa búsqueda? ¿Qué te gustaría? ¿Uno aspira a un banquillo o tiene algún sueño en concreto?
Yo lo que quiero simplemente es entrenar, no tengo preferencias ni siquiera por ningún país. No estoy cerrado a ningún país. Es ver, recibir una oferta y pensar si me conviene y poder entrenar lo antes posible, es mi objetivo. No aspiro a entrenar a cierto tipo de equipos porque, lógicamente, para eso tienes que tener experiencia o un currículum y algunas cosas que a lo mejor igual no encajo mucho, pero creo que soy un entrenador que, aparte de ayudar a los futbolistas, siempre que he estado de segundo entrenador, por ejemplo, en cualquier cuerpo técnico, creo que no hay un solo entrenador que pueda tener queja de mí, porque disfruto tanto del fútbol que me pasa como cuando jugaba: no me importa pegar dos carreras más para que tú metas un gol. Y a partir de ahí, buscar algo que sea bueno para mí, en lo que pueda ser feliz, que cualquier cosa que sea entrenar prácticamente ya tiene los requisitos y a ver si tengo suerte y dentro de poco estoy en ello. Vivo más a gusto cerca del campo que cerca de la tribuna. Cuando acaba el fútbol hay gente que sirve para unas cosas y gente que sirve más para otras, y yo sirvo para esto.