Valverde juega por Camavinga, Tchouameni, Bellingham... y hasta por Kroos
Según van cayendo lesionados los centrocampistas del equipo, la figura de Valverde se agiganta. Corre y juega por todos. Por Camavinga, por Bellingham, por Ceballos, por Tchouameni... hasta por el retirado Kroos. Que para eso ha heredado su 'ocho'. A sus 26 años, este uruguayo nacido en Peñarol, crecido en el Castilla, fogueado en el Deportivo y consagrado en el Real Madrid, está comenzando a ser insustituible. O imprescindible. O titularísimo. Irreemplazable. Tiren de sinónimos. Es lo que hay.
Un centrocampista reconvertido en todocampista. Que una temporada, la 22-23, marca 12 tantos y da siete pases de gol porque así se lo ha pedido su entrenador. Y en la siguiente, la pasada, se queda en tres dianas, pero da los mismos pases finales, porque así también se lo pide su técnico. No le pide que no marque goles, claro, le insinúa que se sacrifique por el equipo, que no se expanda tanto en ataque porque el colectivo necesita de su esfuerzo, de su sacrificio. Y allí estaba el soldado Valverde para hacer lo que le pide el entrenador y necesita el conjunto.
Esta temporada transcurre por la misma senda. Y más sin Kroos. Dos partidos de interior, contra el Mallorca y contra el Betis, y tres de mediocentro, ante Valladolid, Las Palmas y Real Sociedad. Valverde despliega su físico a lo largo y ancho del campo. Siempre está donde tiene que estar.Pero el uruguayo actual es mucho más que físico. Cada día demuestra que es mejor futbolista. Sabe lo que tiene que hacer en cada momento. Cuando el momento le pide jugar en corto con el apoyo de los compañeros o cuando le tienta acelerar en acciones individuales en conducción en la que supera líneas con la facilidad de un mediofondista.
En su selección, más o menos, le ocurre parecido. Bielsa cree en él tanto como Ancelotti. Allí también juega tanto en el doble mediocentro como de interior. Con Ugarte se entiende bien porque le libera defensivamente. Los entrenadores han encontrado en Valverde un jugador de equipo capaz de brillar también individualmente. Tiempo atrás, Carletto insinuó en ocasiones que era un poco tímido. Quizás le impresionaba jugar al lado de Casemiro, Modric y Kroos. Ahora es jefe con mando en plaza. Y más que va a tener porque desde la plenitud que está alcanzando domina todos los tiempos del juego. Tanto en ataque como en defensa y también en la organización, que al fin y al cabo es la máxima responsabilidad de un centrocampista. Con Valverde, hoy por hoy, el Real Madrid tiene un tres en uno...