El Athletic, centrado en olvidar el primer tropiezo de un mes de enero igual de ilusionante
Pese a la derrota en la Supercopa, el conjunto rojiblanco tiene retos apasionantes en el corto plazo y el vestuario se conjura para seguir con la buena dinámica.
En cuanto terminó el partido ante el FC Barcelona en el King Abdullah Sports City, Iñaki Williams tomó la palabra. Y eso sucede en los grandes días. Más allá de su rajada por el Caso Dani Olmo, uno de los líderes del vestuario dejó claro que lamentaban la derrota, pero en su primera respuesta ya dejó el mensaje claro: quedan muchos retos por delante y todos ellos son muy ilusionantes. Poder volver a levantar un título ilusionaba al grupo, pero el objetivo real está en otros frentes. La Europa League y LaLiga sobresalen por encima de todo, con la Copa como un caramelo al que no le hacen ningún asco.
Y esa es la principal lectura que sale de Arabia Saudí. La plantilla ya está de regreso a Bilbao, donde empezarán a preparar el derbi ante Osasuna en la competición copera del próximo jueves, antes de remangarse para en 13 días medirse a Celta, Besiktas, Leganés y Viktoria Plzen. Esos cuatro partidos, además del duelo ante los navarros, determinarán para qué está el Athletic Club. Y ahí están centrados todos los esfuerzos.
Es cierto que en Arabia se esfumaron dos rachas impresionantes. La primera, la imbatibilidad que tenían los del Txingurri desde el pasado 6 de octubre. Esa era la fecha de su última derrota, en manos del Girona en un choque en el que desperdiciaron tres penaltis. La anterior caída era en agosto. Habían pasado tres meses y 15 partidos que les habían catapultado en LaLiga y la Europa League, siendo la mejor dinámica del conjunto vasco desde hace varias décadas y la mejor de Valverde como entrenador en Bilbao.
Eso habla del buen hacer del equipo. Y en el vestuario nadie duda por este traspiés ante el Barcelona. Se afrontaba como un escenario posible y no se le dan más vueltas. De hecho, las palabras del entrenador, insistiendo en el rival que tenían delante, demuestra esa lectura. No quieren distracciones ni que esta caída afecte lo más mínimo a la confianza de un grupo que se fue a la navidad con el ánimo por las nubes tras ganar en Pamplona, asentándose en posiciones Champions e incluso mirando a los ojos a los grandes.
La otra racha que se cortó en Yeda es la de la imbatibilidad en eliminatorias a partido único. Había que remontarse hasta 2003 para encontrar una eliminación en este tipo de enfrentamientos, con 26 eliminatorias coperas y dos semifinales de Supercopa superadas consecutivamente. Esta vez no pudieron repetir lo conseguido en 2021 y 2022, clasificándose a la final de este torneo, pero seguirán defendiendo el invicto copero el próximo jueves ante Osasuna.
El Athletic, al que en las últimas horas muchos han hecho de menos por ser el equipo que más eliminatorias ha jugado como local con este formato de la Copa, tiene una relación de amor con la competición que es mucho más fuerte que esa 'suerte' en los sorteos. Nadie le ha eliminado a partido único desde que en 2019 se modificó el formato copero y ha estado en las 5 semifinales disputadas. En tres de ellas accedió a la final. Algo que no puede decir nadie en nuestro fútbol, pese a haberse enfrentado al Barça en tres ocasiones y una vez al Real Madrid.
Tiempo para recuperar lesionados
Otra lectura positiva de la eliminación es el tiempo del que disfrutarán los rojiblancos hasta su próximo partido. En un calendario tan cargado, se agradece disfrutar de ocho días para preparar el siguiente maratón de partidos. Más aún en un momento en el que las bajas han atacado a la plantilla. Nico Williams forzó para jugar la última media hora ante el Barcelona, pero Galarreta y Sancet, dos de los jugadores más importantes del plantel, ni siquiera saltaron al terreno de juego.
Valverde espera recuperar a ambos para el duelo ante Osasuna, además de un Yeray que llegó renqueante a la cita de la Supercopa. Poder tener de nuevo a todos sus jugadores disponibles es el principal objetivo de estos días en los que volverán las rotaciones. El cambio de horario del Celta-Athletic, que finalmente se disputará el domingo 19, obliga a medir las cargas más que nunca, ya que el miércoles 22 tendrán que defender liderato europeo ante el Besiktas con la posibilidad de asegurar matemáticamente -virtualmente lo han conseguido- su presencia en los octavos de final.