El ataque de sinceridad de Raphinha destapa un tabú y desliza posibles problemas de futuro para Deco
Joan Laporta se acercó a hablar con el brasileño después de que reflexionara en sala de prensa sobre la situación de Dani Olmo y Pau Víctor.
Siempre fue Raphinha un jugador de sangre caliente. Sobre el campo, su compromiso es innegable. Aunque su intensidad alguna vez le ha traído algún problema, como cuando se desesperaba durante la etapa de Xavi cuando veía en el cartelón del cuarto árbitro que le tocaba desfilar hacia el banquillo. En más de una ocasión, sus honestas declaraciones a pie de campo han servido para dar un toque de atención al vestuario. Palabras de capitán, al fin y al cabo.
Tras la derrota contra la UD Las Palmas, Raphinha espetó un "hemos bajado nuestro nivel y los partidos se están complicando. Estamos haciendo las cosas mal ¿Mi gol? No me importa el gol, hemos perdido". Ese sentimiento de culpabilidad también lo asumió en la derrota contra el Atlético de Madrid, en el último partido de 2024. "Asumo la derrota. He perdido un gol y cinco minutos después empatan, y luego fallo un pase que ocasionó el segundo gol. La derrota la pongo toda en mi responsabilidad. La vida es así", dijo.
En Arabia Saudí, en frío y a las puertas de un torneo que podría ayudar a cambiar el rumbo de la temporada y servir como el primer trofeo de la era de Hansi Flick, en un ataque de sinceridad Raphinha sacó a la luz un tema tabú. "No soy un tipo de persona a la que le guste mentir o contar historias", avisaba el brasileño. Le preguntaron si la situación que vive el club con Pau Víctor y Dani Olmo puede afectar a posibles futuros fichajes.
Las consecuencias de la no-inscripción
"No te puedo decir que no (les afecte) porque estaría mintiendo. Si yo estuviera en otro club viendo la situación de Pau y Dani, quizá pensaría si sería lo mejor estar aquí", respondió. "Cuando vine, sabía la situación del club. Sabía que tenía un porcentaje de chance de jugar con esta camiseta. Esperé hasta el último momento y no me arrepiento", añadió después. Ni siquiera el intento de Flick de rebajar la tensión generada de la nada -"Yo les diría venid y firmad el contrato", apuntó-, le valió a Raphinha de una charla con Joan Laporta.
Antes de último entrenamiento antes de disputar las semifinales contra el Athletic de Ernesto Valverde, el presidente mantuvo una conversación con el brasileño durante un minuto en la que el ejecutivo habló bastante más que el futbolista. El Barcelona lucha, fuera de tiempo, para inscribir a Dani Olmo y Pau Víctor. Los futbolistas no piensan en otra cosa que vestir de blaugrana, pero el plazo del 31 de diciembre pasó y, una semana más tarde, su futuro es todavía indescifrable.
¿Afectación a nivel reputacional?
Las consecuencias a nivel futbolístico de no poder inscribirles es evidente. "Los dos son importantes, han mejorado muchísimo el último mes. Dani es un jugador excelente. Le echamos de menos, pero tenemos que seguir. Claro que nos va a afectar", reconoció Flick. A nivel reputacional, Raphinha deslizó cuáles pueden ser las consecuencias. El verano pasado, Nico Williams ya tuvo dudas sobre si, en caso de aceptar la oferta del Barcelona, el club tendría músculo para inscribirle. En clave Olmo, la llave la tuvo la lesión de Andreas Christensen, que ya vuelve a estar con el grupo.
De hecho, a nivel interno, la intentona del club para fichar a Nico molestó a una parte del vestuario. Había jugadores con situaciones por resolver -inscripciones, renovaciones prometidas- y veían cómo la cúpula se lanzaba a por el extremo del Athletic antes de hacer los deberes pendientes.
En los contratos de Gündogan, Iñigo Martínez u Olmo se puso la cláusula de que, en caso de no ser inscritos, podrían marcharse libres. Sus representantes ya intuían posibles problemas de cara al futuro. Olmo, sin embargo, no quiso activar la cláusula. Ahora que el Barcelona ha recuperado la normalidad económica, alcanzando la ansiada regla del 1-1, Laporta, en este aspecto, respira profundo.