Mourinho en Roma, dos años y medio de cielo e infierno
El club capitalino echó al portugués tras casi tres temporadas, una Conference League ganada y muchas polémicas detrás.
Dan Friedkin, propietario de la Roma, le comunicó personalmente a Jose Mourinho que no seguiría siendo el entrenador del conjunto italiano. Esta decisión llegó después de malos resultados pero también de malas sensaciones y en el ambiente no se atisbaba una mejora, sobre todo después de la derrota en el derbi de Coppa Italia ante la Lazio. Él ya había avisado que si que había que separar los caminos no iba a ser por decisión suya, algo que finalmente sucedió.
Durante estos dos años y medio, la Roma tocó el cielo con Mourinho pero también se vio envuelta en situaciones complicadas con el portugués al mando. Tras muchísimos años, volvió a darle un título europeo al conjunto 'giallorosso', la Conference League. Una temporada después llegó a otra final, la de Europa League que perdió en los penaltis. Quizá si esa tanda de penaltis contra el Sevilla hubiera salido cara la historia de hoy sería distinta.
Mourinho siempre se quejó de que las herramientas no eran las suficientes para poder luchar con los más grandes del país y tenía razón. Siempre a la sombra de Inter, Milan, Nápoles o Juventus, los romanistas no consiguieron ser fiables en liga y sí sacaron fuera todo su carácter en los enfrentamientos eliminatorios. El balance de Mourinho en la Roma ha terminado siendo de 68 partidos ganados, 30 partidos empatados y 40 partidos perdidos, con balance negativo ante la Lazio y con la media de puntos más baja de toda su carrera.
Mourinho, en su estadía en Roma, dejó cosas muy buenas y cosas no tan buenas. Para muchos romanistas es el mejor entrenador que ha pasado por el club en los últimos 20 años, a pesar de todas estas cosas malas. El juego del equipo nunca fue algo espectacular, la falta de ideas de tres cuartos en adelante siempre fue un problema y sólo la llegada de Dybala al equipo arrojó algo de luz en este aspecto.
Los jóvenes, agradecidos a 'Mou'
Quizá el punto más importante que deja Mourinho en Roma es su relación con los jóvenes. Desde su llegada se potenció la importancia de ellos (algunos por necesidad) en el primer equipo y hasta 13 futbolistas debutaron bajo las órdenes del de Setubal.
En la primera temporada con Mou, la 21/22, debutaron Felix Afena-Gyan, Filippo Missori, Dimitrios Keramitsis y Cristian Volpato, este último con gran protagonismo. En la siguiente temporada tenemos el debut de Giacomo Faticanti, Benjamin Tahirovic, Jordan Majchrzak y Niccolò Pisilli. Por último, en la temporada 23/24, la que nos encontramos, debutaron Riccardo Pagano, Francesco D'Alessio, Luigi Cherubini, Joao Costa y Mattia Mannini.
Además de ellos, le dio mucho espacio a otros jóvenes que ya habían debutado antes como Edoardo Bove, Nicola Zalewski o Darboe. Con Mou se mezcló una Roma con jugadores de la casa y de fuera, pero sobre todo con identidad para entender lo que significa el club.
Broncas con periodistas, entrenadores, jugadores, federación y árbitros
En el apartado negativo, Mourinho, al que a veces se le ve más calmado, sigue protagonizando situaciones un poco fuera de lugar. Por ejemplo, la queja de los horarios a la 'Lega' llegaba día sí y día también. Tras un 7-0 al Empoli, fue claro: "Somos poco afortunados. La Atalanta, por ejemplo, juega jueves y lunes. Nosotros siempre jugamos jueves y domingos. A lo mejor en la federación hay alguien al que no le caigo bien".
Tras un partido de Serie A contra el Frosinone, Mourinho se acordó del Papu Gómez y su descalificación por doping: "No jugó la final de Europa League contra nosotros pero sí la semifinal contra la Juventus, cuando se sabía ya de su positivo. Yo tengo un poco de tos, pero su jarabe no me lo tomo, que después doy positivo".
El día contra el Inter en San Siro que la Roma pierde con un gol en el último minuto de Thuram, Mou ve el partido en la zona de periodistas, junto con su equipo de videoanálisis y al término del mismo, se queja del árbitro Maresca y de la federación: "Le ha echado amarilla a jugadores que parecían señalados, a los dos centrales y los dos centrocampistas. No tiene respeto por mis jugadores. La 'Lega' nos ha hecho un buen regalo, hemos jugado el domingo y no el lunes, otra vez".
Tras el partido contra el Sassuolo, una rueda de prensa para el recuerdo: "Mi italiano no es lo suficientemente bueno para exprimir ciertos conceptos. Cuando he hablado de estabilidad emotiva, hablaba de una calidad necesaria en la vida y en el fútbol para poder rendir a máximos niveles". Esa rueda de prensa la dio en portugués, ante la atónita mirada de todos.