Moha rompe su silencio tras pasar por la cárcel y jugar su primer partido: "Me gustaría pedir disculpas..."
El portero del Tenerife B, que tiene el tercer grado, fue titular en el triunfo ante la UD Melilla.
Moha Ramos (Santa Cruz de Tenerife, 24 años) rompió su silencio después de pasar por la cárcel y jugar su primer partido. El guardameta fue titular con el Tenerife B y logró ante la UD Melilla el primer triunfo en el debut de su equipo en la Segunda RFEF (3-1). Fue una alegría después de semanas de calvario. El pasado 27 de julio, el portero fue detenido por un delito contra la seguridad vial de 2019. Aquel castigo quedó pendiente de una nueva infracción, que acabó sucediendo en Gran Canaria años después. La justicia no le localizó para comunicárselo y en el descanso de un amistoso en Lanzarote, la Guardia Civil se lo llevó detenido. Ingresó en la prisión de Tahíche. Un mes después, el 20 de agosto, obtuvo el tercer grado y el pasado sábado salió por primera vez para volver a entrenarse.
"En primer lugar me gustaría pedir disculpas a toda la afición por todo lo acontecido a nivel personal en este último mes; lamentando mucho que la resolución de mis problemas del pasado tuviera lugar perteneciendo a este Club, el cual llevo en mi sangre y en mi corazón desde mis inicios como futbolista. Quiero agradecer a esta gran Entidad y a su Afición el apoyo que me han brindado desde el primer momento, enseñándome a seguir creciendo como persona y futbolista. Y a su vez aprendiendo de los errores y haciéndome más fuerte y profesional aún si cabe", escribió Moha en sus redes sociales.
El exportero del Real Madrid, ahora en el Tenerife B, fue detenido por la Guardia Civil en Lanzarote, adonde su equipo se había desplazado para disputar un partido amistoso contra el Unión Sur Yaiza. Hasta ese momento estaba en libertad porque se le había concedido una suspensión de la condena "por un delito de conducción alcohólica y otros dos de lesiones", informó el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Su defensa, personificada en su agente, Borja Arjona, al que Moha debe casi la vida, logró que el portero fuera trasladado en régimen abierto a Santa Cruz en pleno mes de agosto. Hasta que obtuvo el tercer grado, recluido en su celda, sin móvil, solo conectado con el exterior por contadas llamadas a sus allegados. Ahora debe acudir a dormir a diario a un centro penitenciario.
"Hoy he podido volver a sentir y disfrutar del deporte que más quiero, más seguro y más fuerte que nunca sintiéndome arropado por todos ustedes. MUCHÍSIMAS GRACIAS… Les devolveré toda la confianza depositada, en el terreno de juego. Muy feliz por los 3 puntos de hoy de este equipo y gran familia, deseando y teniendo la certeza que este es el camino a seguir", finalizó el guardameta.
La luz al final del túnel la ha encendido el fútbol. Sus compañeros en el club tinerfeño le recibieron con emoción, ahí han estado como sostén en el momento más difícil de un Moha que sólo quiere centrarse en una temporada que es una de sus últimas balas.