ELECCIONES RFEF

La RFEF, de mal en peor: el polémico Joan Soteras, investigado por corrupción electoral, al frente de la nave

El presidente de la Catalana pasa a liderar la Comisión Gestora en este proceso electoral.

Joan Soteras junto a Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, en mayo del 2023. /RFEF
Joan Soteras junto a Luis Rubiales, expresidente de la RFEF, en mayo del 2023. RFEF
Alberto Martínez
Alfredo Matilla

Alberto Martínez y Alfredo Matilla

A Joan Soteras (76 años) "le gusta el poder". Lo cuenta uno de sus excolaboradores y lo verifica toda una vida ligado a cargos de relevancia en el deporte: directivo y mandamás del Sabadell, presidente de la Federació Catalana de Futbol desde 2018… y, desde ayer, líder de la Comisión Gestora de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ante la protocolaria dimisión de María de los Ángel García Chaves, 'Yaye'. Aunque fueron varios los directivos que se postularon para comandar el órgano de gobierno transitorio (Rafael del Amo, de Navarra, o el canario Alejandro Morales Mansito), Soteras apuró sus opciones en el esprint final y consiguió salir elegido en la Gestora del martes por la tarde en Las Rozas.

El catalán se queda al frente de la nave hasta que haya elecciones completas (podrían alargarse hasta 2025) pese a que muchos compañeros le han intentado hacer ver que no es el candidato idóneo por los diversos asuntos judiciales que le persiguen desde hace años (le acusan de ser parte de una trama de corrupción en la FCF). Él, sin embargo, repite por activa y por pasiva que no ha sido condenado por absolutamente nada y que, por tanto, puede ejercer en cualquiera de los cargos federativos.

Como es la mano derecha de Pedro Rocha y mantiene muy buena sintonía con Rafael Louzán (Galicia), que es el que de verdad manda ahora mismo en este período de incertidumbre, se ha visto con fuerza para opositar a la presidencia de la Gestora. Otros como Monje Carrillo (Murcia), que siempre está ahí para abrazar cualquier cargo que quede vacante, también optaron a coger el volante.

Un “madridista” polémico

Soteras ha estado casi siempre ligado al fútbol. Nació en 1948 en Sabadell, se diplomó en Tintorería Textil y fundó un negocio que le empezó a dar resultados, lo que le valió para iniciar una carrera de directivo en el histórico CE Sabadell desde los años 80. De 1984 a 1990 estuvo en la Junta en una entidad que jugó en Primera y después, de 1994 a 1996, fue presidente en Tercera. No tuvo éxito, se fue y se desvinculó del deporte… hasta que en 2006 llegó su momento. "El Sabadell estaba en una fase complicada y lo llamaron para que liderase la resurrección", explica uno de los excompañeros que mejor le conoce.

"Hizo una cosa inteligente. Se rodeó de abogados, de médicos, de un grupo de unas 15 personas, gente fiel... Con un presupuesto ajustado, logró el ascenso a Segunda", añade. Tuvo el respaldo del Ayuntamiento hasta que en 2012 el japonés Keisuke Sakamoto compró la entidad por 2,5 millones por el 65% de las acciones. "A Soteras no le sentó bien que no le hicieran presidente de nuevo", verbaliza un empleado de aquella época. Soteras dejó el cargo en 2013. Sakamoto pagó y quiso mandar. Lógico.

En esa etapa en Sabadell, Soteras demostró su carácter. Los que le conocen lo definen así: "Arrancada de caballo y parada de burro". Una expresión que define sus enfados constantes pero al mismo tiempo su docilidad posterior. "Mucho gas, pero luego se frena", cuentan sus excolaboradores. Un ejemplo lo protagonizó con Lluís Carreras, el entrenador más exitoso del Sabadell en Segunda pero que no era cien por cien del agrado de Soteras porque "no lo podía controlar": "Era el típico presidente que se quejaba porque quería que los penaltis los tirara otro... Con Carreras no tenía el control del vestuario, había choques".

Con tres hijos, uno de ellos jugó al fútbol y luego fue fisioterapeuta, el Soteras del Sabadell no se escondió como "un gran seguidor del Real Madrid" y amante del golf: cada viernes, aun a día de hoy, va a practicarlo con sus amigos. La salud le jugó una mala pasada durante su etapa de presidente del club, lo que le obligó a dejar de fumar por problemas de corazón. Aunque siguió adelante hasta que en 2018 dio el salto como presidente de la FCF en una jugada maestra.

Después de su paso por el Sabadell, el expresidente de la FCF Andreu Subies lo captó para su junta directiva. Y Soteras se convirtió en el vicepresidente y en el heredero del ilerdense cuando dimitió a raíz del caso Soule, todavía en vía judicial y al que se le investigaba por apropiación indebida y administración desleal, donde también estuvo implicada la RFEF. Subies creyó que Soteras era un aliado, pero cuando el expresidente decidió que quería volver y controlar la FCF, Soteras se desmarcó y se hizo fuerte. Entonces se inició una guerra que aún perdura entre dos bandos.

La imagen de la FCF no ha sido la mejor. Incluso el Parlament de Catalunya pidió en septiembre la dimisión de Soteras por sus primeras declaraciones sobre Luis Rubiales, cuando dijo antes de la Asamblea famosa que intentarían "apoyarle". "Estas actitudes machistas no pueden representar unas instituciones que tienen que tener como objetivo el combate de la violencia machista", rezaba el texto firmado por todos los partidos políticos excepto VOX, Ciudadanos y el PP.

Joan Soteras: "El Govern no es nadie para decirme si debo dimitir".

En los últimos meses, en medio de la guerra de cuchillos en torno a la Federació Catalana, su nombre también ha estado vinculado a una supuesta trama que llevó a la Policía a registrar las oficinas del ente federativo en marzo para buscar indicios de un presunto fraude en las últimas elecciones a la presidencia, celebradas en febrero de 2023. Las ganó Soteras, pero fueron impugnadas por Juanjo Isern, candidato perdedor en las urnas, por irregularidades en el proceso. En 2022, el propio Isern ya había impugnado unas primeras elecciones, que se anularon y se repitieron en febrero.

Oriol Camacho, secretario general de la FCF, participa como testigo en la investigación sobre el último proceso electoral. Según reconoció en Catalunya Ràdio, se vio "con la conciencia y la necesidad de explicar todo lo que había pasado" y denunció "una serie de irregularidades" en las últimas elecciones. Según Camacho, "se tramó una estrategia por parte del propio Sr. Soteras y los profesionales que le dan soporte para intentar favorecerle en multitud de actuaciones coordinadas y con una trama" en la que el secretario general participó al dar "cobertura jurídica a determinadas cosas que eran irregulares".

Isern habló de la "trama de corrupción electoral y federativa más grande de la historia del fútbol catalán" y afirmó que muchos clubes le han reconocido "falsedad documental" y "falsificación de actas notariales". "No puede continuar ni un minuto más al frente de la Federación", dijo sobre Soteras, que se defiende y tildó las elecciones de "del todo legales, de las más legales que se han hecho nunca en esta casa" en los micrófonos también de Catalunya Ràdio.

Entretanto, y mientras el asunto sigue en los tribunales, Soteras ha triunfado en la gran lucha de vanidad por hacerse con el trono temporal de la RFEF y culminar su ascenso en las instituciones. Rocha le apoya y, hasta que se produzcan las elecciones de verdad, será el hombre que mande en la Federación que cobija a la Selección campeona de Europa y olímpica en categoría masculina y mundial en la femenina. Y en Cataluña algunas fuentes que conocen bien las investigaciones advierten: "Acabará condenado...". De mal en peor.