Laia Codina revive el infierno en el avión de vuelta con unas palabras de Rubiales a Jenni Hermoso: "Si no cedías, te iban a meter más mierda"

"Yo me acuerdo de una conversación que tuvimos Jenni, Rubiales y yo. Yo estaba alucinando. Él nos comentaba que estaba conociendo a una mujer y que esa mujer, pues había hablado con ella, y que esa mujer decía que no pasaba nada por el beso, que hicieran el vídeo y ya está".

El relato corresponde a un extracto del documental #SeAcabó: El diario de las campeonas de Netflix, producido por You First Originals. La experiencia, a Laia Codina. La central del Arsenal y exfutbolista del Barça saca a la luz una conversación entre Luis Rubiales, Jenni Hermoso y ella en medio del caos.

Mientras la Selección volvía de Sídney, la imagen pública de Luis Rubiales iba haciéndose pedazos. El presidente de la RFEF -en esos momentos- acababa de protagonizar uno de los episodios más vergonzosos en la historia del fútbol español -y de nuestro país- y su imagen estampándole un beso -no consentido- en los morros a Jenni Hermoso acaparaba todos los focos. El presidente de la RFEF por aquel entonces se había grabado un vídeo (aprovechando la escala en Doha) pidiendo perdón -de puntillas y a su manera- por sus actos. "...donde seguramente me he equivocado. Lo tengo que reconocer porque en un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, sin ninguna mala fe".

El documental se adentra en las presiones que recibió Jenni Hermoso, tal y como adelantó Relevo en una noticia que cambió el curso de los acontecimientos, desde que se subió al avión hasta... ni se sabe. "Antes de subir al avión, Jenni me comentó que la estaban presionando para hacer un comunicado protegiendo a Rubiales. Pero ella lo tenía súper claro, ¿eh? 'No, yo cómo voy a hacer eso. Yo no voy a firmar nada ni quiero salir en ningún comunicado. Pero estoy muy agobiada porque no paran de presionarme'", desvela Amanda Gutiérrez, presidenta del sindicato FUTPRO.

"En el avión, cada vez que yo me acerco a Jenni, mínimo, tres, cuatro personas de la Federación se ponen alrededor nuestro. Muchísima tensión, momentos muy desagradables. Una de las cosas que más recuerdo es gente yendo y viniendo hacia donde estaba Rubiales. Se iban turnando y le estaban recomendando que saliese a pedir perdón", describe.

Hasta en tres ocasiones las campeonas del mundo dijeron no, según desvelan sus protagonistas: Jenni Hermoso, Ivana Andrés y Aitana Bonmatí. "Fueron las azafatas las que nos revivieron y fue cuando empezamos, otra vez, a celebrar un poco dentro del avión. Pero, a la vez, me entró ansiedad porque el jefe de prensa de la Federación vino a hablar conmigo, me propuso hacer un vídeo de lo bien que nos había tratado la Federación. Estuve como entre la espada y la pared", confiesa la exjugadora del Real Madrid, futbolista del Inter y capitana de la Selección por aquel momento. Acabó negándose. Fueron a por Aitana.

"A mí lo que se me pidió es que saliera a dar explicaciones para todas las teles, bajar un poco la tensión de todo lo que se estaba hablando fuera y hacer ver como si no hubiera pasado nada", revela la Balón de Oro. Al igual que Jenni e Ivana, se negó. "Jenni se derrumba, llora y empieza a entender todo lo que pasa. Sabemos que estamos más cerca de casa. Se la veía preocupada y se la veía con miedo también", se lamenta Laia Codina. "Toda la institución está pensando sólo en él. Nadie de esa institución está pensando en Jenni", concluye Amanda.

El testimonio de Irene Paredes, una de las confidentes de Jenni Hermoso durante todo el proceso, es revelador: "Quiero limpiar mi imagen a toda costa. Puedo utilizar a Jenni, puedo utilizar a la familia de Jenni, puedo utilizar a las capitanas y lo intentaron de todas las maneras".

Las vivencias de Alexia Putellas, otro de sus grandes apoyos, van más allá: "Tenías que hacer lo que te estaban pidiendo. Si haces el favor, luego, pues como que se te va a pagar de por vida, ¿sabes?". "Si no cedías, ellos te iban a meter más mierda, ¿no? Pero bueno, la gravedad del asunto pesaba mucho más", sentencia Laia.