Los mil problemas que superó el Real Madrid para construir el Santiago Bernabéu: "Cualquier fallo encadena una masacre económica"
El documental 'Megaestructuras' habla de todos los obstáculos que se encontraron los trabajadores de la obra.
El episodio del conocido programa Megaestructuras que National Geographic le decida a la construcción del nuevo Santiago Bernabéu deja claras las muchas complicaciones que el Real Madrid y las empresas contratadas tuvieron que superar para llevar a cabo la reforma. Llevar a cabo una joya arquitectónica y de ingeniería de tal calibre supuso salvar muchos obstáculos desde el primer día.
Hubo dos aspectos que se hicieron especialmente complicados. El primero, desarrollar la reforma en el centro de la ciudad. En Madrid viven más de tres millones de personas y el barrio del Bernabéu, Hispanoamérica, tiene vida durante los 365 días del año. "La logística de este proyecto es casi un infierno. Sufrimos a diario atascos por el tráfico, falta de espacio, tanto para almacenamiento como para las instalaciones. Tampoco hay mucho espacio para la maquinaria. Creo que hemos llegado a usar al mismo tiempo más de 15 grúas", dice uno de los responsables durante el documental.
A esto se suma la otra dificultad, la cual se recalca en varias ocasiones durante los más de 40 minutos que dura la entrega: seguir albergando partidos mientras se realizaba la reforma. "Todo debe realizarse en un espacio muy reducido y en dos semanas debe estar disponible para un partido", insisten. Ponen como ejemplo el partido contra el Manchester City de ida de octavos de final de la Champions 2021-22. "El estadio debe transformarse. La rutina es siempre la misma: quitar la maquinaria, limpiar y habilitar el lugar", comenta la voz en off. Todo con la idea de atender a las 80.000 personas que acuden al estadio mientras se respetan todas las medidas de seguridad.
Uno de los procesos que debían llevar a cabo en cada partido era el de retirar las grúas torre del perímetro del estadio. Dos horas antes del encuentro, los operarios subían para alejar las grúas de las gradas y el terreno de juego. Aguantan allí hasta una hora después del desalojo del estadio, para colocarlas en posición de trabajo una vez resultaba seguro.
En marzo de 2020 llegó el coronavirus. Lo que en un principio parecía un grave problema para el desarrollo de la obra acabó sirviendo para que todo se acelerase. Como ya es sabido, el equipo mudó sus partidos a la ciudad deportiva de Valdebebas, lo que permitió trabajar en todo el recinto todos los días. Gracias a esto se consiguió llevar a cabo el túnel hipogeo, tal y como afirma uno de los responsables.
Se trata de ese hueco de más de 25 metros en uno de los laterales del estadio que sirve para guardar el césped y utilizar el Bernabéu para otros eventos además de partidos de fútbol a lo largo del año. "Sin pandemia, no se podría haber realizado el hipogeo de la manera que se hizo o el diseño del hipogeo que finalmente se eligió", asegura Jesús Mateos, uno de los jefes de la reforma.
Canteranos para probar el césped del hipogeo
El problema asociado es el césped. Guardarlo en el hipogeo suponía reformular la forma de cuidarlo. Para tratar de conseguirlo se utilizó un laboratorio agronómico en Valdebebas. En un año debían encontrar la luz, el riego y el abonado necesario para mantener en buen estado. Para comprobar que los cuidados funcionaban, algunos canteranos, de forma voluntaria, entrenaban el césped del laboratorio. La imagen más curiosa es la de un operario cortando el césped con unas tijeras para que no se monte el de una de las bandejas con la contigua.
Por último, el regreso del fútbol al estadio. Tras más de un año en Valdebebas el Madrid quiso regresar al Bernabéu y para ello se tuvieron que acelerar todos los procesos. Los trabajadores tenían un mes y medio para conseguirlo. "Cualquier fallo de coordinación encadena una masacre económica y de cumplimiento de plazos que tiene consecuencias tremendas para un proyecto como este", comentan en el documental. "Conseguir jugar ese primer partido en septiembre fue una hazaña que nadie volverá a intentar porque además, no había plan B", añaden.
Esto sin contar problemas menores como tener que recibir cargas pesadas por la noche, retirar toda la arena y escombros de las excavaciones o enlazar cada una de las gigantescas estructuras de cientos de toneladas que conformaron la cubierta. Todo realizado con detalle para construir un estadio de última generación mientras se celebraban partidos y manteniendo todas las normas de seguridad.