Las paradas de videojuego del Real Madrid Castilla tienen nombre: 'Supermario'

Volver al Real Madrid está al alcance de muy pocos y Mario de Luis (Madrid, 2002) lo ha conseguido hasta en dos ocasiones. Se enfundó la elástica blanca por primera vez en el Benjamín B, en la 2010/11, y, desde entonces, su etapa en Valdebebas ha sido una montaña rusa. En 2016 pasó a formar parte del Rayo Vallecano, donde estuvo cuatro años. Allí completó parte de su formación, aprendió el oficio e incluso llegó a ir convocado con el primer equipo como tercer portero. "Las dos veces que Mario ha salido, como les sucede a todos cuando se van, pensaba en volver. La primera vez, cuando se fue en infantil de segundo año, era más un deseo que una realidad, porque no son muchos los que hacen ese camino", aseguran desde su entorno.

En 2020, el Real Madrid volvió a llamar a su puerta para convertirse en el guardián del Juvenil A que dirigía Jorge Romero. Llegó libre, alternó titularidades con Lucas Cañizares y, una vez finalizó la temporada 2020/2021, salió cedido ante el 'overbooking' en la portería del Castilla: Luis López (ahora tercer portero del primer equipo), Toni Fuidias (suplente en el Girona) y el propio Lucas Cañizares (compañero suyo en el Real Madrid Castilla).

En el Real Avilés de Segunda Federación las cosas no le salieron según lo esperado. Mario de Luis participó en 11 partidos (931 minutos) y, a mediados de enero, el Real Madrid puso fin a su cesión por la delicada situación económica que atravesaba el equipo asturiano: "En Avilés aprendió lo que es el fútbol más duro. Se encontró un vestuario de gente muy buena, y una ciudad fantástica, pero con una mala gestión del club en cuanto a condiciones y lo que se había pactado. Tuvo el apoyo del Madrid, de su familia y de su entorno. Aprendió a pasarlo mal y valorar más aún al Madrid".

Con la idea de finalizar su cesión en el Real Avilés, tanto Mario de Luis como Fer Rodríguez, canterano del Madrid ahora en el RSC Internacional (Real Madrid 'C' a partir de la 2023/24), pasaron a ejercitarse en solitario. "Ambos llevaban dos semanas entrenando en solitario. Lo de Mario y el Xerez Deportivo se hizo casi en el cierre del mercado, después de caerse el acuerdo con otro equipo", afirman.

De nuevo a préstamo, aterrizó en el Xerez Deportivo para la segunda vuelta del curso. Allí, Mario de Luis recuperó sensaciones y se ganó el cariño de la afición. Además, la dinámica del equipo, con él bajo palos, cambió por completo: "Llegó a Xerez por la lesión del portero titular y, en tan solo dos semanas, se hizo con el puesto, pasando de ser un equipo peleando por la permanencia y siendo de los más goleados, a llegar a la última jornada con opciones de play-off de ascenso. Allí fue todo fantástico, con un grupo humano que lo acogió como su propio hijo, que le dio todo el cariño y la confianza para desarrollarse. Xerez es, desde entonces, su segunda casa".

El Real Madrid Castilla encadena 16 partidos invicto tras empatar ante el Alcorcón, líder de la categoría, por 1-1. Bajo palos, Mario de Luis está respondiendo a la confianza depositada por Raúl con paradas de nivel y liderazgo. "En lo que más ha mejorado es en la comunicación con el equipo, dar órdenes, avisar y comprender el juego. Pasa página rápido y los errores no le atormentan. Mentalmente es muy fuerte", cuentan los que le conocen. Este curso, tan solo se ha perdido tres partidos (Linense, Racing de Ferrol y Alcorcón, todos de la primera vuelta) y ha encajado un total de 13 goles: "Es por el trabajo defensivo del equipo, que hace que no tenga que intervenir mucho, pero ahí reside la dificultad, que si tienes que intervenir dos veces, aciertes".

Este curso, a las órdenes de Raúl González, Mario de Luis se ha hecho con la titularidad a base de paradas decisivas que mantienen al Castilla con vida en la pelea por los primeros puestos. En los últimos años, por el Castilla han pasado porteros como Luca Zidane (Eibar), Javier Belman (Leganés) o Diego Altube (Albacete). Y, ahora, Mario de Luis, determinante en la buena racha del filial merengue. Seguro en los balones aéreos y en los uno contra uno, intuitivo bajo palos y con unos reflejos felinos que recuerdan al mejor Iker Casillas, la portería del Castilla está en buenas manos.