A Guardiola se le escapan 36 goles y 18 asistencias

Julián Alvarez recala en el Atlético de Madrid para jugar a las órdenes de su compatriota el Cholo Simeone. El antónimo en el sistema de juego de su antiguo entrenador, Pep Guardiola. Las múltiples cualidades del delantero le otorgan una magnífica adaptabilidad a diferentes filosofías para rendir en cualquier esquema táctico. Una característica fuera del alcance de muchos futbolistas y uno de los motivos de su llegada a Madrid. 36 goles y 18 asistencias se escapan del Etihad Stadiumrumbo a España complicando la labor de la segunda línea citizen de cara a portería en la temporada entrante.

Durante su primer curso, comenzó acomodándose a un país diferente, una forma de trabajar específica y una nueva competición con aspectos lejanos a Argentina. Pero, con todas y con esas su rendimiento fue instantáneo, no se arrugó y Julián disputó 49 encuentros y contribuyó con 17 goles y cinco asistencias para culminar con un primer año dorado y estampar su nombre en la historia del Manchester City. 'La Araña' y sus compañeros ganaron la primera Champions League en la existencia del club, la FA Cup y la tercera Premier League consecutiva, firmando un triplete inimaginable.

En el terreno de juego, llegó e inició su andadura con los citizens como remplazo natural de Erling Haaland en la demarcación de delantero centro. Su movilidad, su presión, sus desmarques y sus goles convencían, su único inconveniente para ser titular era el noruego. Guardiola, innovador por naturaleza y experto en exprimir al máximo a sus jugadores, conectó a los dos atacantes.

Julián retrasó su posición a una especie de mediapunta. El buen pie y las rupturas al espacio del argentino confeccionaron una táctica idónea para facilitar la compenetración de ambos en el terreno de juego y encontrar huecos libres y situaciones de gol más claras. Su capacidad para evolucionar le permitió ampliar su espectro para ocupar diferentes demarcaciones en el once titular, ya no estaba atado a ser solamente el '9'. Una receta perfecta que se puede reproducir en el Atlético de Madrid con Sorloth y con Antoine Griezmann como timón desde una posición más retrasada.

La polivalencia en los últimos tres cuartos de campo se introdujo en él. Ahora puede saltar al césped de delantero, segunda punta, interior o extremo, según las necesidades del equipo o el esquema. Además, la presión tenaz que realiza, esencial en el ideal del entrenador catalán o del Cholo Simeone, es un punto fuerte a su favor por las pérdidas generadas en los rivales. No se detiene, corre y ahoga al contrario durante los 90 minutos.

En la temporada 2023/2024 llegó a su culmen, hasta el momento, en su corta estancia en Europa. La lesión de Kevin De Bruyne le otorgó el papel de ser el director de orquesta durante unos meses en el último tercio del campo y en el balón parado. Con Foden, formaron una pareja de interiores capaces de realizar desmarques, apoyos y rupturas con un pase de gran calidad en los metros finales, además de un extraordinario golpeo desde el exterior del área. Julian se sentía importante y aportó, nada más y nada menos, que 19 goles y 13 asistencias.

En cambio, una vez que Guardiola contó con todos sus efectivos disponibles en los partidos de mayor índole participaban otros protagonistas y el de Calchín veía cómo los focos no apuntaban hacia sus botas. Ese hecho le generó dar un paso al costado para ser el jugador que decida ese tipo de encuentros en el Atlético de Madrid.

En definitiva, el Manchester City pierde a un jugador polivalente en las posiciones de ataque capaz de hacer rupturas al espacio con gran velocidad para encarar a los guardametas y destrozar el arco desde el área. Un interior o extremo, cualificado y con talento para combinar, desmarcarse o disparar desde distancias lejanas a la portería y a balón parado con un golpeo excepcional. Un animal insaciable que presiona hasta la extenuación y al "as" en la manga de Guardiola desde el banquillo para aportar en partidos enrevesados o para dar descanso a titulares como Erling Haaland, Kevin De Bruyne o Phil Foden.

River Plate vendió a Julián con tan sólo 22 años al equipo mancuniano. El argentino llegó a la ciudad inglesa como una promesa aún por cumplir, aunque a sus espaldas cargaba, con tan corta edad, títulos de la índole de una Copa América o una Copa Libertadores. Su verdadero potencial estaba por explotar. Dos años y una evolución descomunal después, buscó fuera lo que no le podían dar en Mánchester. El atacante reclamaba más minutos en partidos de gran impacto.

Entrega física, juventud, una presión incasable, goles, asistencias, balón parado, rematar con facilidad en el área o un futuro prometedor le colocan en el mercado como un jugador único en los últimos tres cuartos de campo. El Manchester City le ha dejado abandonar el barco sky blue para dirigirse a LaLiga y comenzar con un rol principal una nueva etapa en su carrera como el delantero estrella, acompañado de Antoine Griezmann o Sorloth, del Cívitas Metropolitano.

Las figuras de Erling Haaland, Phil Foden o Kevin de Bruyne interceptaron su camino para ser indiscutible y coparon todas las portadas y las titularidades en los escenarios importantes. El ex de River Plate veía desde el banquillo de suplentes cómo se escapaban las oportunidades de sus manos, incapaz de cambiar la situación.

Con esta salida, el entrenador de Santpedor pierde presente y futuro. El cierre de su estancia inunda las oficinas de preocupación y de perfiles de nuevos fichajes para poder suplirlo. No era titular indiscutible, ni jugó la final de Champions League 2023 o los cuartos de final ante el Madrid este año pasado (motivos por los que se marcha), pero su trascendencia dentro del equipo era incuestionable.