Así es el sistema de tres puentes que explica las victorias del Arsenal: todo empieza en un lateral
Los 'Gunners' lideran la clasificación de forma incontestable con un juego que es fruto de un trabajo de mucho tiempo.
A cada partido, una prueba más. El Arsenal de Mikel Artetajuega para ganar, pero también para convencer a los incrédulos, como si en la forma en la que los partidos tomasen forma, el técnico del equipo londinense tuviese siempre en mente que el mensaje es relevante porque, al fin y al cabo, quien lo contemple siempre le dará un sentido.Solo así se explica que el líder de la mejor liga del mundo haya sabido darle la vuelta a un relato y a toneladas de prejuicios en solo unos meses. El Arsenal de Arteta es el equipo que él mismo se narra.
Empecemos por el principio. ¿Qué hace especial a este equipo? Lo primero es la energía. Lo avisó Guardiola tras la remontada ante el Tottenham: "El Arsenal muere por cada balón, nosotros no". El equipo de Arteta ha traducido la frustración de un club apartado de los grandes éxitos, que parecía condenado a vivir envuelto en una estética disfuncional, en algo potentísimo; es el leit motiv de un Arsenal que avanza convencido de cada paso que da. Con 24,6 años de edad media en su plantilla, Mikel Arteta ha transformado la juventud en su mayor motor narrativo: nadie la quiere más que ellos.
Los tres puentes del Arsenal
Se podría definir al Arsenal y su forma de jugar al fútbol como un juego de orientación en el que ellos siempre saben hacia dónde avanzar mientras generan dudas en el rival. Desde el primer hasta el último pase hay una firme voluntad de ser agresivo y de querer conquistar las zonas más delicadas que cede el contrario. "Tenemos que aprender a vivir los partidos, a entenderlos", decía Arteta hace poco en rueda de prensa. Y parece que los londinenses han llegado a ese punto de madurez en el que obtienen ventajas leyendo y entendiendo el partido como un ser vivo; en cada jugada, una respuesta distinta.
Partiendo de un 4-3-3, el Arsenal adopta distintos vestidos. Para ello hay un nombre clave, que es el del ucraniano Oleksandar Zinchenko, uno de los mejores fichajes que se han hecho este verano. El ex del City condensa en su cerebro cada ventaja que le enseñó Guardiola, y con esas ideas adquiridas y la inteligencia de Arteta, el Arsenal siempre construye en ventaja. A pesar de partir como lateral zurdo, la zona de influencia de este jugador es imposible de minimizar y, desde ahí, el Arsenal empieza a construir sus ataques.
Zinchenko es el resultado de un enorme ejercicio de captación basándose en las necesidades futbolísticas del equipo. Es una navaja suiza que a Arteta le permite tener siempre el pase correcto y, como él mismo dice, "vivir el partido", de ahí que vaya adoptando distintos roles mientras avanza el juego, porque no vive fijando o esperando, sino participando, leyendo y siendo actor principal en el encuentro. Los fichajes de Gabriel Jesus y del ucraniano, ambos procedentes del Manchester City, han terminado siendo vitales para darle la vuelta a la historia reciente del club.
Una vez el Arsenal inicia, el equipo orbita alrededor de tres pilares. El primero, y ya comentado, es Zinchenko. En un segundo escalón aparece un Thomas Partey que está jugando el mejor fútbol de toda su carrera: ágil pero reflexivo, vertical y pausado. Cada pase en la coordenada indicada, siempre el control que merece la jugada y un golpeo que abre muchas vías. El africano se mueve arriba y abajo, ocupando mucho terreno y siendo un punto de apoyo constante; pocos centrocampistas están jugando al nivel de Partey en el mundo. Y casi ninguno lo hacen tan sencillo como él.
Arteta ha logrado cambiar la mentalidad, pero sobre todo dar un sentido mucho más dañino a su estructura. "Tenemos que cambiar la mentalidad. Desde los dirigentes, pasando por el staff hasta llegar al jugador". Eso decía el técnico cuando aterrizó. Parece que lo ha logrado. Y ahí, Thomas es capital.
Una vez el Arsenal consigue filtrar ese primer pase, tiene toda una estructura preparada para verticalizar las posesiones y sacar el máximo rédito a cada intervención. La obsesión del equipo es vivir lo más cerca del balcón del área rival en una conquista permanente del punto de penalti. Thomas, orbitando por toda la base, es el primer escalón.
En el 4-3-3 de Arteta, el tercer escalón es compartido, uno que une dos puntos de forma ininterrumpida, de distintas formas. Una de las claves de este equipo es que los interiores de los 'Gunners' (Odegaard y Xhaka) son futbolistas que, más que pausar, aceleran. Lo hacen de distintas formas, pues el suizo es un jugador que sirve para tejer sociedades desde el pase y ruptura en el perfil zurdo y el noruego es el verdadero cuchillo del equipo, un futbolista verdaderamente talentoso que es, junto con Saka, el puente que une la mano con el corazón.
El Arsenal es un equipo de extremos. Pocos los usan como los de Arteta, al que le obsesiona que el equipo tenga esa ductilidad para ir de dentro hacia fuera, eso sí, casi siempre como premisa. Aunque con Saka, que es un futbolista distinto, si el balón le llega directamente desde el lateral, Ben White, no hay riesgo de pérdida, pues el inglés entiende y detecta las necesidades colectivas como muy pocos. Es agresividad contenida. Así, los londinenses tienen un circuito muy ancho, pero a la vez siempre se paran dentro, donde la aceleración nace.
Una vez la pelota va de dentro hacia fuera, es más fácil para el que recibe poder ser agresivo, encarar y generar ciertas ventajas. Martinelli y Saka, ambos inamovibles del once titular, son jugadores escurridizos, técnicamente muy buenos, pero sobre todo inteligentes. Desbordan cuando lo pide el momento.
No es extraño que el Arsenal sea el equipo de toda la Premier League con más regates buenos por partido (9,5), porque empezando por Thomas, pasando por Odegaard, llegando a Saka y Martinelli y finalizando en Gabriel Jesus, el Arsenal tiene regateadores en todas las líneas que, sin ser los mejores en ello, sí le permiten a Arteta contar con herramientas para tener superioridades en cada zona y escenario.
Robar arriba y defender lejos
Dime qué jugadores te ganan más presiones y te diré qué intención tienes como técnico. En el Arsenal de Arteta, de los cuatro primeros, dos son delanteros: Gabriel Jesus (3) y Nketiah (2,8) son dos de los jugadores que más presiones ganan, cifras altísimas para el 9 del equipo. Ya lo dijo Pep Guardiola: "No hay delantero que presione mejor que Gabriel". Arteta, conocedor de lo que fichaba, buscó en el brasileño no solo un delantero magnífico para jugar, sino una punta de lanza que oriente, muerda y catalize los saltos posteriores. No hay equipo en la Premier que genere más disparos tras presión adelantada que ellos (3,8).
Y para entender esta presión, hay un punto clave, y es que el Arsenal, con la llegada de William Saliba, tiene una zaga, sobre todo su perfil diestro, muy poderosa a campo abierto. White y Saliba condicionan las transiciones, ganando la mayoría de duelos al espacio, y Gabriel, el central zurdo, tiende a ser el que salta más sobre poseedores para evitar peligros mayores. Una buena presión siempre se sostiene cuando en tu última línea tienes a cartas ganadoras. Si a eso le sumas el gran rendimiento de Ramsdale, te queda un equipo que nada en la misma dirección.
50 puntos en la primera vuelta de una competición tan dura e igualada como la Premier League es una gesta, y más con lesiones como la de Gabriel Jesus o que Zinchenko se ha perdido algunos partidos. En una plantilla tan corta como esta y viendo los enormes planteles de sus rivales, el Arsenal de Arteta es algo único en el mundo. Un equipo que avanza por pura convicción, como si en sus cabezas solo existiese el mensaje de un técnico convencido en cada palabra que dice. Ya no hay quiénes dudan, solo quienes lo disfrutan.