Una grieta cada vez más grande preocupa en la Premier League y amenaza con acabar con una de sus señas de identidad
Los puestos de descenso los ocupan los tres equipos que ascendieron. En la última temporada, los tres clubes que subieron también perdieron la categoría un año después.

No ha empezado el mes de marzo y en la Premier League hay varias guerras que ya están decididas... y no son precisamente anecdóticas. Son las más importantes. En el liderato, el Liverpool goza de 11 puntos de ventaja -con un partido más- y todo lo que no sea un nuevo título de los reds sería una sorpresa mayor en Inglaterra. En el otro lado de la tabla, los tres equipos que ocupan las posiciones de descenso empiezan a pedir auxilio desde lo más bajo: Ipswich y Leicester están a dos partidos de la salvación -eso en el mejor de los casos-, mientras que ya nadie espera el milagro del Southampton, que apenas acumula nueve puntos en las primeras 26 jornadas.
Sí, esa es la realidad: está casi todo sentenciado (a falta de saber qué clubes disputarán la Champions League la temporada que viene, que esa lucha promete tensión gracias a la quinta plaza) y todavía faltan más de dos meses de campeonato.
El problema ya se comenta en el fútbol inglés, donde los medios de comunicación han puesto su foco principal en las posiciones de descenso. Porque no es la primera vez. Porque empieza a ser una tendencia. Porque quien sube, al año siguiente también baja. Se está produciendo en la Premier League una grieta cada vez más grande entre los clubes de Championship, la segunda división, y los de la Premier.
A modo de resumen: Ipswich, Leicester y Southampton son los tres equipos que ocupan las posiciones de descenso esta temporada, pero también fueron los tres que lograron el ascenso hace apenas unos meses. Durante todo este tiempo, entre ellos han gastado más de 300 millones de euros en fichajes, que coincide aproximadamente con el dinero que ingresarán por los derechos televisivos tras estar una temporada en la Premier League (el colista de cada año gana alrededor de 110 millones de euros, una cantidad que mejora en función de la posición en la clasificación y el número de veces que se televisan sus partidos). En cuanto supieron que ascenderían a la Premier, tanto Ipswich como Southampton (y en menor medida Leicester) aprovecharon su poderío económico para darle una vuelta a sus plantillas y tratar de competir en la élite. Sin embargo, son los tres peores equipos de la competición.

Lo que está ocurriendo en la 2024/25 ya se vio hace un año, en la 2023/24. Los tres clubes recién ascendidos eran Burnley, Sheffield United y Luton Town, que solo duraron un curso en la Premier League antes de confirmar su descenso inmediato. Curiosamente, también desembolsaron varios cientos de millones entre todos, pero no sirvieron para la permanencia. Si seguimos retrocediendo en el tiempo, entre 2023 y 2020 ascendieron nueve equipos, de los cuales cuatro ya están de nuevo en la segunda categoría (Leeds, West Brom, Watford y Norwich).
En el otro extremo de la ecuación hay algunos proyectos que sí han conseguido salvar las diferencias entre la Premier League y Championship y se han estabilizado como clubes modelo a la hora de competir y optimizar recursos -con el evidente poderío económico que muestra el fútbol inglés con respecto a las demás ligas europeas-, y que ahora incluso aspiran a Europa. Ahí está el Nottingham Forest o el Bournemouth de Iraola, o también el Brighton, Brentford o Fulham.
En cualquier caso, la tendencia es clara porque la Premier está muy cerca del 6/6 ascendidos que descienden al año siguiente, lo que ha encendido las alarmas en las bases del fútbol inglés: los grandes son cada vez más grandes, la clase media se ha estabilizado y el escalón que divide la Premier del resto es cada vez mayor.