Paulo Iago lo cambia todo, Marc Guiu aplica su ley y España ya está en cuartos

Cuando España no encontraba soluciones, atascada ante la muralla de Japón, apareció él. La entrada de Paulo Iago en el minuto 61 cambió la cara de la Selección Sub-17, que doblegó a los nipones en un apretado duelo de octavos (2-1) y accedió a los cuartos de final del Mundial de Indonesia. Después de que Junyent adelantase a La Rojita en el 8', el combinado asiático creció y empató poco antes del descanso. En la segunda mitad, ya con el atacante madridista en el campo, el equipo de José Lana ganó velocidad y sentenció la cita en el 74', con un pase filtrado de Junyent hacia Guiu y una definición perfecta del delantero culé en el mano a mano. España sigue invicta y se medirá en la siguiente ronda a Alemania o Estados Unidos (se enfrentan el martes a las 09:30).

La Sub-17 sufrió para avanzar, con momentos de esplendor y despistes que pudieron costar caro, pero volvió a demostrar que sus jugones marcan diferencias. Paulo, que empezó sin poder participar en el campeonato por una lesión de tobillo, va cada vez a más; Junyent pinta a crack y no deja de crecer; y Guiu, uno de los mejores 9 del torneo, necesita muy poco para aplicar su ley. Son mimbres que ilusionan, unidos al equilibrio de Prim o la visión de Juan Hernández, y que hacen soñar con conquistar el único título que falta en las vitrinas de la RFEF. Las notas negativas las pusieron las lesiones de Dani Muñoz, con un golpe en la muñeca, y Yáñez, que se quedó en el vestuario en el descanso.

La Selección completó unos primeros 15 minutos sobresalientes. Recuperó el ritmo de balón perdido ante Uzbekistán, apostó por el poderío de Marc Guiu para correr al espacio y se apoyó en sus centrocampistas (Junyent, Pau Prim y Juan Hernández) para encontrar espacios. La jugada del 1-0, que llegó en el 8', fue para enmarcar.

Se cocinó desde atrás, con una salida perfecta entre Prim y Hernández, y siguió con tres gestos técnicos de élite: Hernández condujo en vertical y jugó hacia Guiu, este dejó pasar la pelota entre sus piernas y Junyent, tras fintar con el cuerpo, definió ante Goto con un latigazo a la red. Los futbolistas culés conforman la espina vertebral de esta Selección y se entienden prácticamente de memoria. El gol no hizo más que avivar el dominio de España, que rozó el segundo en una combinación entre Guiu y Pablo López que ninguno de los dos acertó a rematar.

Como ya le ocurrió en el último partido de la fase de grupos, la Sub-17 pareció conformarse con su superioridad y perdió la batuta con el paso de los minutos. Japón, bien plantada, empezó a generar peligro con sus robos y transiciones en campo rival. España cometió varias pérdidas cercanas al área, producto de los riesgos que asume en cada encuentro, y los nipones las aprovecharon para comenzar a meter el miedo en el cuerpo. Nawata obligó a Raúl Jiménez a realizar una buena estirada con un tiro desde fuera.

El paso al frente de los japoneses, que subieron su línea de presión, incomodó en demasía a España a partir de la media hora. La Sub-17 perdió precisión, dejó de merodear con tanta frecuencia la portería rival y se encontró con un duro castigo antes del descanso: en el 40', Sato le robó la cartera a Dani Muñoz cerca del área y cedió el cuero para el brillante Nawata, que clavó su disparo pegado al palo. Muñoz protestó un golpe en la muñeca que le llevó incluso a ser sustituido por Óscar Mesa... pero que ni el árbitro de campo ni los del VAR consideraron punible.

El segundo tiempo arrancó con otro cambio obligado (Yáñez sintió molestias en el añadido de la primera parte) y la entrada como extremo derecho del jovencísimo Igor Oyono, perla del Villarreal. Hubo cambio de protagonistas, pero no de guion: España acumuló balón y balón... y se topó con una Japón compacta y hábil a la hora de contragolpear. La Rojita tuvo el gol en un control defectuoso del portero Goto, pero Guiu se resbaló cuando se disponía a rematar.

Lana, que necesitaba más ritmo y verticalidad, sacó en el campo en el 61' al madridista Paulo Iago, que llegó lastrado al torneo por una lesión de tobillo y ya vuelve a acercarse a su mejor nivel. El damnificado fue Pablo López, con lo que Oyono pasó a jugar en la banda izquierda y Paulo se quedó con la derecha. Desde ahí, todo cambió. El madridista, una de las estrellas del Juvenil A de Arbeloa, no dejó de buscar una y otra vez el desborde por su costado, exigió una parada de Goto con un chut con la zurda y rozó el 2-1 con un disparo que pegó en el larguero. Japón se metió atrás y España se vino arriba.

Con la inercia a su favor, La Rojita logró el 2-1 en el minuto 74. Junyent, en campo propio, levantó la cabeza y trazó un pase inimaginable para Marc Guiu, que le ganó la espalda a los centrales y culminó la victoria de España. En los últimos compases no hubo sufrimiento y la Sub-17 celebró un pase que incrementa la ilusión; por el camino aparecen rivales tan duros como Alemania, Brasil o Argentina (estos dos últimos en una hipotética semifinal), pero, cuando sus jugones se alían, España no se cansa de demostrar que puede plantarle cara a cualquiera. Y con Paulo en plena forma, todavía más.

Ficha técnica:

España: Raúl Jiménez; Héctor Fort, Cubarsí, Andrés Cuenca, Dani Muñoz (Mesa, min. 43); Junyent, Pau Prim, Juan Hernández (Roberto Martín, min. 86); Yáñez (Oyono, min. 46), Guiu (Bernal, min. 86) y Pablo López (Paulo Iago, min. 61).

Japón: Goto; Kosugi, Tsuchiya, Honda, Shibata; Yamamoto (Yada, min. 68), Nakajima (Tokuda, min. 78), Sato, Yoshinaga (Matsumoto, min. 78); Nawata (Michiwaki, min. 68) e Inoue (Takaoka, min. 61).

Árbitro: Pierre Ghislain Atcho (Gabón). Amonestó con tarjeta amarilla a Juan Hernández; Shibata y Nawata.

Goles: 1-0 Junyent (min. 8). 1-1 Nawata (min. 40). 2-1 Marc Guiu (min. 74).

Incidencias: Partido correspondiente a los octavos de final del Mundial Sub-17, disputado en el Estadio Manahan de Surakarta ante 8.587 espectadores.