FUTBOLERO SOY YO

Al 'Parabrisas FC' se le agotó la batería

Luis Enrique saluda a la afición española tras la eliminación./GETTY
Luis Enrique saluda a la afición española tras la eliminación. GETTY

La noche que España goleó a Costa Rica y parecía que ya teníamos la segunda estrella en la camiseta, escribí un artículo titulado: "Siete razones para no creernos campeones del mundo".Todos y cada uno de los argumentos expuestos entonces intentaban explicar que ese resultado no tenía ningún significado trascendente, salvo que la abundancia de tantos a favor eran un buen colchón en caso de empate final a puntos en el grupo, como así fue. Casi medía más el caché de la Roja el empate contra Alemania en el segundo partido que el arranque fulgurante del primero en el que realmente, hay que recordarlo, se jugó muy bien al fútbol.

Después llegó lo de Japón y ahora lo de Marruecos. Penaltis al margen, es evidente que la Selección tiene un grave problema futbolístico. No seré yo ahora quien se tire del carro de los equipos que defienden la tendencia de atacar, atacar y atacar; de tener el balón; de ser protagonistas; de ocupar el campo contrario; de presionar lo antes posible y lo más cerca del área rival que se pueda... Olé en este sentido para la selección de Luis Enrique, pero como ha quedado demostrado en estos dos últimos partidos, y en alguno más anteriormente, el juego del fútbol tiene otros condimentos que también tienes que dominar, o al menos contemplar, por si tu primer plan se colapsa, como diría Luis Enrique. Lo que toda la vida se ha denominado el plan B.

Esta 'Roja' no tiene más registro que el que tiene. Incluso diría que ningunea otras variantes porque no entran en el disco duro de su entrenador. España está fuera del Mundial después de ganar solo uno de sus cuatro partidos. Al Parabrisas FC se le agotó la batería, es el título de la película. Está muy bien, pero que muy bien, superar los mil pases por partido, tener el 80 por ciento de la posesión, sentir que eres superior al rival porque lo encierras en su área... pero todo eso tiene que ir acompañado de otras maniobras futbolísticas más que útiles y necesarias para cuando las persianas se bajan. Una principalmente, el remate. Contra Marruecos, tres ocasiones. Uno a puerta en una falta en corto, no en jugada colectiva (Dani Olmo); uno al poste en el último minuto de la prórroga (Sarabia) y un centro-chut que despejó Bono con los puños (Dani Olmo). ¿A quién se pretende ganar con ese balance posesión-remate?

Resumen del partido Marruecos - España

 El 'Parabrisas FC' es un equipo tremendamente previsible. Sin profundidad, ni perpendicularidad. Sin remate de medida distancia, uno de los argumentos más arcaicos para que el enemigo encerrado salga a cerrar disparos y adelante posiciones. Es, además, un equipo que abusa del juego entre centrales, como si el balón no se pudiera llevar hasta el campo contrario, sino pasara por ellos en cada acción del juego. El 'Parabrisas FC' desaprovecha la faceta ofensiva de sus laterales, aunque se llamen Llorente y Jordi Alba, expertos precisamente en esa materia.

En el 'Parabrisas FC', los interiores, Gavi, Pedri, Soler... no tienen peso en el juego y están a expensas de lo que haga Busquets. Tocan mucho el balón, pero sin llegar a entender que, de vez en cuando, el camino más rápido para avanzar es la línea recta. El Parabrisas FC juega siempre al pie y al mismo ritmo. Sin aceleraciones, sin balones a los espacios, sin desmarques de ruptura... Es verdad que siempre busca la amplitud con los extremos bien abiertos, al menos en posición de arranque, pero esos exteriores, cuando reciben, casi nunca encaran, ni buscan el uno contra uno. Insisten en volver hacia dentro donde los rivales te esperan con la lección aprendida. La excepción la marca Nico Williams, que en 40 minutos dio un recital de lo que debe ser un especialista de la banda.

Todo fue bonito mientras duro, pero al Parabrisas FC, pase tras pase tras pase, se le agotó la batería en octavos de final. A lo peor hubiera sido una catástrofe seguir adelante.